Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Decretos
Rav
Eran Tamir
Respecto a lo que está escrito en nuestra
Parashá, “si andan en mis leyes” (Vaikra 26:3) como explica el Sforno (allí):
“Leyes,
son decretos del rey”, a primera vista encontramos una
contradicción en la Torá.
Por un lado, todas las bendiciones que figuran en nuestra Parashá
son
consecuencia positiva de la providencia Divina sobre nosotros, por
mérito de
nuestro cuidado de la Torá cuyo principio es marchar por
sus leyes. Y por
otro lado, todas las espantosas adversidades que son mencionadas en la Parashá
“Ki Tavo” no son porque no cuidamos las leyes de la Torá
sino justamente
porque “no serviste al Eterno, tu D’s, con alegría y buen
corazón” (Dvarim
28:47). Es decir, le rendimos culto al Eterno, nuestro D’s, y cuidamos
sus
leyes, - pero no con alegría y buen corazón. En resumen,
¿acaso nuestra actitud
frente a la Torá debe ser como una ley religiosa – un
decreto del rey, y
según eso dirigir nuestra vida espiritual y general? ¿O
quizás eso no alcanza,
o incluso está prohibido hacer así?
En
cuanto a esa antigua pregunta ya se ocuparon de ella nuestros sabios,
en todas
las generaciones. Trataremos de resumir la conclusión de sus
palabras, en forma
puntual y esquemática.
La
actitud frente al judaísmo como ley, religión, debe ser
doble. Por un lado,
somos siervos del rey, y como esclavos comprendemos que nuestros
pensamientos
no son como Sus pensamientos, ni nuestros caminos son Sus caminos. Nos
anulamos
- en nuestro raciocinio, sentimientos - frente al infinito Divino por
nuestra
parcialidad y por lo tanto carencia que hay en nosotros. Esa es una
base de
toda la Torá – temor a D’s, y por lo tanto cumplimos la
voluntad del rey
en toda situación, ya sea cuando las cosas nos resultan
entendibles como cuando
no. Es más. Esa regla nos enseña que incluso en lo que
nos parece que
comprendemos la dirección Divina en Su mundo y las mitzvot
nos resultan
entendibles, nuestra comprensión es sólo parcial y falta,
ya que D’s está muy
por encima de nuestra capacidad de entendimiento. Y como dice el Rav
Kuk (Olat
Reaya Bet 61), debemos “elevar todos nuestros valores en cuanto a la
sabiduría
y el bien al más encumbrado lugar… hasta que ya no podamos
diferenciar entre lo
que llamamos sabiduría y lo que llamamos lo contrario, y
así también no hay
ninguna diferencia entre los temas que podemos llamar buenos y los que
llamamos
lo contrario del bien, porque todo es bueno y para bien” (véase
allí todo el
párrafo).
Y por
otro lado somos los hijos del padre, y como hijos deseamos
identificarnos,
sentirnos parte - y por lo tanto, debemos estudiar y comprender Su
dirección y
la intención de Sus leyes. Sólo la comprensión
generará la identificación y el
sentirnos parte que nos son deseados, y nos llevará a alegrarnos
con los designios
de D’s y con el cumplimiento de Sus mitzvot, como dice Rabeinu
Bejaiei en cuanto al versículo anteriormente citado (Dvarim
29:48): “Nos
culpa el versículo por rendirle culto, pero nuestro culto no era
con alegría. Porque
la persona debe alegrarse cuando se ocupa de las mitzvot,
porque la
alegría en el cumplimiento de las mitzvot es una mitzva
de por sí
misma, aparte de la recompensa que tiene por la mitzva, tiene
recompensa
por la alegría. Y por ello castigará al que rinde culto
haciendo la mitzva
cuando no lo hace con alegría, y por ello la persona debe
cumplir las mitzvot
con alegría e intención plena”. Y es más, la
actitud frente al judaísmo como
una ley religiosa, como un conjunto de leyes técnicas que hay
que cumplir,
arranca de cuajo lo principal, la esencia de la vida Divina que D’s
plantó en
la Torá, en Sus mitzvot y dentro nuestro – Am
Israel (el
Pueblo de Israel). Hasta tal punto que el Rav Kuk nos enseña que
el judaísmo en
realidad no merece ser llamado “religión”, porque es mucho
más que eso, y esa
es la diferencia central entre él y las demás religiones,
que no son más que un
conjunto de leyes técnicas prácticas y nada más. Y
así dice en su carta
(Iguerot HaReaya Alef, pág. 164): “Si no saldremos a alumbrar la
oscuridad,
explicar la diferencia entre cada religión, es decir, entre la
religión que no
merece ser llamada con ese nombre en particular, por su altura y su
fuente, y
entre una religión de leyes e incisos técnicos que tiene
sólo lo que pudo
baldear de la fuente robando [= el cristianismo], sin esa acción
espiritual
enorme el tema quedará oculto y la esclavitud interna se
levantará y se
avergonzará con el judaísmo interno…”.
Seremos
merecedores, con la ayuda de D’s, de ser siervos del rey y
también hijos del
padre, “nuestro padre y rey”, y en base a ello poder cantar “y ahora,
hijos,
canten al rey”: No sólo esclavos del rey y no sólo hijos
del padre, sino que
hijos del rey…
Preguntas
y respuestas – el estado
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta: ¿El estado tiene kdushá (santidad)?
Respuesta: Por supuesto. De momento que es una mitzva,
y
toda mitzva tiene kdushá, como la
formulación de nuestros sabios
en las bendiciones: “Bendito seas… que nos santificó con Sus mitzvot”.
Pregunta: ¿Dónde está escrito en la Torá
la
mitzva de edificar un estado?
Respuesta: “Tomarán posesión de ella y se
asentarán en ella” (Dvarim 11:31), es decir, soberanía
nacional. El Ramba”n
explica que la mitzva de Eretz Israel (la Tierra de
Israel) se
divide en tres: Habitar en la tierra. Edificar la tierra, es decir,
asentarla.
Conquistar la tierra, es decir poseerla – estado.
Pregunta: ¿Cómo lo formula?
Respuesta: “Que no dejemos ningún lugar bajo el
dominio de algún otro pueblo”. Esta tierra tiene que estar bajo
nuestro
dominio, y no bajo el dominio de otra nación (acotaciones del
Ramba”n al Sefer
HaMitzvot del Ramba”m, positivas 4).
Pregunta: ¿Y según el Ramba”m?
Respuesta: Hay una mitzva de edificar un
reinado (Ramba”m, Hiljot Melajim cap. 1). El Estado de Israel tiene
cierto
aspecto de reinado, como dice el Rav Kuk (Shu”t Mishpat Cohen).
Pregunta: ¿También un estado laico tiene kdushá?
Respuesta: No es un estado laico. Es una mitzva,
por lo tanto, es kdoshá. Sólo que hay en ella
ciertas cosas laicas.
Pregunta: ¿Eso no es crítico?
Respuesta: Por supuesto que sí. Pero el profeta
Iejezkel escribe que edificarán casas, y plantarán
viñedos – y no que
construirán Beit Kneset (Sinagoga) y Beit Midrash (centro
de
estudio de la Torá). Por supuesto, deseamos que sean
construidos, y los
construiremos. Pero mientras tanto, también lo que hay es
plasmación de las
visiones de los profetas.
Pregunta: ¿El estado es una mitzva o es
una promesa profética?
Respuesta: Ambas, como la tshuvá (arrepentimiento
sincero) o la kdushá.
Pregunta: A primera vista es una
contradicción, ya que si se trata de una promesa, D’s lo hace. Y
si se trata de
una mitzva, nosotros lo hacemos.
Respuesta: D’s hace a través nuestro, dentro
nuestro.
Pregunta: ¿Cómo puede ser que haya talmidei
jajamim (eruditos del estudio de la Torá) que no
entienden algo tan
sencillo?
Respuesta: Ellos realmente son talmidei
jajamim, pero se acostumbraron tanto tiempo a la galut (el
exilio)
que no entienden el tema del estado. Pero con el tiempo, será
corregido
paulatinamente.
Pregunta: Y a pesar de ello preguntamos, ¿después
de tantos cientos y miles de años que esperamos el estado, por
qué hay en él
todavía secularidad? ¿Por qué hay crisis?
Respuesta: Hay crisis y habrá crisis aún
mayores, pero las superaremos. También en la época de
Ioshua y los jueces hubo
crisis, y finalmente nos superamos con Shaul, David y Shlomó.
Sin hablar de la
situación espantosa en el estado de los Jashmonaim.
Pregunta: ¿Es decir, ahora el pueblo está
enfermo?
Respuesta: Es cierto. Pero el Rav Kuk escribe
que se curará (Orot).
Pregunta: ¿Cómo?
Respuesta: Gracias a Eretz Israel (la
Tierra de Israel) y el Estado de Israel, que serán más y
más iluminados con el
resplandor de la Torá.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Hatmana
2. Hatmana con algo que no agrega calor:
Hay materiales en los que envuelven con ellos y no agregan calor, sino
que sólo cuidan del calor para que el alimento no se
enfríe – como prendas,
frazadas o similares. Esa Hatmana es efectiva sólo
cuando el alimento
todavía está caliente, y cuando se lo envuelve bien su
calor es cuidado por
mucho tiempo.
Nuestros sabios prohibieron envolver en Shabat con esos
materiales que no agregan calor[1]. La razón es porque temieron que puede darse que la
persona quiera
envolver en Shabat las ollas para cuidar de su calor, y cuando
note que
se enfriaron, por equivocación las hervirá antes de
envolverlas, y trasgredirá
de esa forma una prohibición de la Torá[2].
Pero antes de Shabat, está permitido envolver con
materiales que
no agregan calor, porque también si cuando querrá
envolver las ollas notará que
se enfriaron, está permitido hervirlas. Por ello, antes de Shabat
está
permitido envolver la olla [que no se encuentra sobre el fuego o la Plata
eléctrica[3]] con
prendas o frazadas y similares, pero en Shabat mismo eso
estará
prohibido[4].
Los materiales que no agregan calor por su naturaleza, está
permitido
envolver con ellos incluso cuando están calientes. Por ejemplo,
toallas y
frazadas que se calentaron en la estufa o al sol o similares, incluso
si están
calientes, son considerados materiales que no agregan calor, y
está permitido
en vísperas de Shabat envolver con ellos las ollas[5] [que no
se encuentran sobre el fuego o la Plata eléctrica[6]].
[1](Shabat 34A).
[2](Allí. 257 1, Mishná Brurá
inciso 1, Kaf HaJaim
allí, inciso 2). Y si hervirá el alimento,
trasgredirá la prohibición de
cocinado. E incluso si se trata de un alimento con el que no puede
llegar a
trasgredir la prohibición de cocinado, por ejemplo, si es un
alimento sólido
que fue cocinado todo lo necesario, también eso está
prohibido [y así también
según las opiniones que un alimento líquido que no hay
cocinado luego del
cocinado, como es aclarado en 318 15, Ram”a que hay quienes son menos
estrictos, de todas formas está prohibido envolverlo], porque se
teme que
cuando vea que el alimento se enfrió lo calentará sobre
el fuego y avivará las
brasas para hervirlo, y de esa forma trasgredirá una
prohibición de la Torá
(Mishná Brurá allí, Shaar HaTziun inciso 3).
[3]Y cuando la olla se encuentra sobre el fuego o
la Plata eléctrica, véase anteriormente.
[4]Según lo anteriormente mencionado.
[5](Allí, Mishná Brurá inciso
24).
[6]Y cuando las ollas se encuentran sobre el fuego
o la Plata eléctrica, véase anteriormente.
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