Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
El
recato y el silencio
Rav Lior
Engelmann (reimpresión)
Ha llegado el momento de revindicar la
virtud del recato. Desde el encumbrado y elevado pedestal de las nobles
virtudes de Am Israel (el Pueblo de Israel) la virtud del
recato
descendió hasta el suelo, y se ensució con el polvo de
las definiciones
técnicas sencillas. ¡Como si todo el recato dependiese de
las prendas de
vestir, como si no hubiese recato en el mundo si no fuese por las
medias, las
largas mangas y las polleras! No es mi intención – ¡D's no
lo permita! –
agraviar las normas de vestir recatadas que nos enseñaron
nuestros sabios. Y a
pesar de ello tal me parece que identificar el recato con el armario de
las
prendas de vestir y nada más, nos hace perdernos un rico mundo,
o incluso
odiarlo. Cuanto más nos encontremos con el recato
auténtico, con todos sus
horizontes y profundidad, también nos será más
fácil aceptar con facilidad su
expresión en la halajá, la que sin un profundo
análisis nos puede
parecer como si nos estuviese quitando la libertad en la vida, los
derechos
humanos, y sobre todo de la mujer – que no debe avergonzarse de
sí misma.
En esta oportunidad pretenderemos también
redimir la virtud del silencio de su silencio... en un mundo colmado de
cháchara, rico en frecuencias de transmisión y muy
variados medios de
comunicación, tal parece que el derecho a callar es un concepto
que sólo está
relacionado con oscuros cuartos de interrogatorio. Todos hablan sin
descanso,
es tan barato charlar – ¡y tampoco tienes que hacerte responsable
de lo que
hablas! Los medios de prensa pretenden revelar más y más.
Y el silencio... es
conceptuado como una debilidad, como una carencia de opinión –
ya que el que
tiene lo qué decir, seguramente que no preferirá callar.
"Por mérito del recato, Rajel se
hizo merecedora que de ella salga Shaul. Y por mérito del
recato, Shaul se hizo
merecedor que de él salga Ester" (Meguila 13B). El Midrash
identifica a Rajel como un primer eslabón en una cadena de
personas recatadas,
que surgirán tras ella. Podríamos esperar que el Midrash
hable del
recato de Rajel cuando su hijo Iosef la escondió de los ojos de
Esav el
malvado. Pero
También Shaul era recatado. Podríamos
esperar que el Midrash cite como demostración el hecho
que él "está
escondido entre el bagaje" (Shmuel Alef 10:23). O quizás nos
cuente que él
acostumbraba a no descubrir ni un palmo de su cuerpo... pero el Midrash
elige citar como prueba de su recato otro acontecimiento: "Pero en lo
concerniente a lo que había hablado Shmuel sobre el reinado,
nada le dijo"
(Shmuel Alef 10:16). También en cuanto a Ester, el Midrash
ignora lo que
dice el versículo que "cuando le tocó el turno a Ester...
ella no pidió
nada..." (Ester 2:15). Y encuentra la señal de su recato en el
versículo
que dice "Ester no revelaba su patria y su pueblo..." (Ester 3:20).
Si analizamos nuevamente el Midrash,
encontraremos que el común denominador de todos los episodios
que describe como
recatados, es la capacidad de guardar un secreto - la fuerza del
silencio.
Guardar un secreto es una misión difícil para muchos de
nosotros: Nos cuesta
guardar dentro de nosotros una noticia atronadora, y a veces intentamos
adquirir a través de su revelación el título del
que "lo sabía
primero". Para guardar un secreto necesitamos un mundo interior rico,
que
es capaz de asimilar en él también ese conocimiento sin
necesidad de revelarlo
o impresionar a los demás. Según el Midrash, la
persona de pocas
palabras es la recatada – una persona cuyo mundo interior es lo
suficientemente
rico para ser capaz de esconder algo.
En efecto, Rajel demostró poseer una
capacidad incalculable de generosidad para con su hermana cuando le
contó las
señales, pero no menos que eso durante todos los festejos del
casamiento ella
se comporta como la hermana de la novia: Seguramente escucha de los
invitados
expresiones como “que pronto tú también te cases”, y
quién como ella sabe cuán
cercana estuvo de ello… ella mira a Iaacov, al que esperó
durante 7 años, que
se casa con Lea… ¡y calla! Ella sabe que con una sola palabra
puede poner en
evidencia todo el engaño, y devolver a Iaacov a ella, pero
encuentra en su
mundo interior un espacio inmensurable, en el que puede incluir el
secreto y
callar.
Shaul se encuentra frente a una
revolución en su vida: ¡El que fue a buscar los asnos
está por ser el rey! Él
encierra dentro de él la importante noticia – y no se la hace
saber a su primo.
Como él, también la reina Ester se encuentra frente
presiones insoportables de
los seguidores de Ajashverosh – ¡pero ella continua con su
conducta, no revela
su pueblo ni su patria, lo esconde! El Midrash (Ester Rabah)
agrega un
nuevo eslabón en la cadena de los silenciosos – recatados:
Binyamin, cuya
piedra preciosa en el Peto, que expresa su tribu, es llamada Iashpe,
e
insinúa que “iesh pe, veshotek” (tiene boca pero calla,
en hebreo).
Binyamin sabe que sus hermanos vendieron a Iosef, pero no le
contó a nadie de
ello.
El recato, como también el silencio, es
una virtud interna. Cuanto más rico es el mundo interno de la
persona, cuanto
más amplio es – así también la necesidad de
recibir constantemente elogios es
menor. Él esconde, calla, y a pesar de ello vive con todas las
fuerzas, está
colmado de un contenido interno. Y al contrario, cuanto más
vacío y carencia
siente la persona dentro de ella intentará llenar ese
vacío con algún tipo de
expresión hacia fuera, charlando sin parar y buscando la
apreciación y el
interés del entorno. Cuanto más baja es la autoestima,
así también las
expresiones de cinismo y exteriorización serán más
extremas. Puede que elija
esconderse totalmente de la vista de los demás – porque se
avergüenza de lo
poco que posee. O por el contrario, puede que elija presentarse en
forma tal
que “grite” todo el tiempo: “¡Yo estoy aquí!”.
Las halajot del recato no
pretenden esconder a la persona con las ropas - según la
concepción que piensa
que el hombre y la mujer deben avergonzarse de su cuerpo - sino que
parten del
deseo de abrirle una puerta al mundo interior a la persona, que no se
mida todo
el tiempo según como lo miran por fuera. Un portón al
mundo del silencio, que
es tan valioso - más que todas las palabras que puedan decirse.
Una puerta a un
mundo recatado e interno, al cual ninguna exposición puede
comparársele.
Fecha
cristiana
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta: ¿Está permitido utilizar la fecha
cristiana (lo que
es llamado calendario gregoriano) para los libros de la empresa?
Respuesta:
1. En un
principio, lo mejor es utilizar únicamente la fecha hebrea, y no
utilizar la
fecha relacionada con esa persona.
2. Si
tiene obligación de utilizar la fecha cristiana para los libros
de la empresa
por todas las organizaciones relacionadas, se lo debe permitir bajo
ciertas
condiciones:
A. Agregar
también la fecha hebrea.
B. Si se
puede, anotar sólo día y mes, sin denotar el año.
C. Si se
puede, anotar el nombre del mes y no su número. Por ejemplo, 20
de Mayo y no
20/5.
3. Por
supuesto, cuando hay necesidad y está permitido, no hay
diferencia si el que lo
hace es algún contador o alguna otra persona que se lo exige, y
no es nuestro
“gentil de Shabat”.
Que seamos
merecedores de quebrar el yugo de los gentiles de nuestro cuello.
Pregunta: El Rav escribió que si se tiene que
escribir la
fecha cristiana, es preferible no escribir el año.
¿Cuál es su fuente? El Gaón
(genio del estudio de
Respuesta:
1. Está
prohibido utilizar la cuenta de los años de los cristianos, y
también está
prohibido utilizar los meses de los cristianos, como escribe el
Mahara”m Shej
(Iore Dea 171). Por ello, si hay alguna necesidad para el comercio o
por las
leyes por lo que debe apoyarse en los que lo permiten, hay que elegir
el mal
más pequeño, y no hacer lo que no es necesario.
2. Nuestro
Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk se opuso terminantemente a ello
(como es citado en
Sheilat Shlomó 1:260), y se lamentaba mucho por la
publicación de la respuesta
del Rav Ovadia Iosef zt”l al respecto (véase LeNetivot Israel
Bet, pág. 239).
Pregunta: En general, ¿acaso hay alguna
razón para permitir
utilizar las fechas cristianas que están relacionadas con su
creencia?
Respuesta: Hay quienes intentaron encontrar alguna
razón para
ello, porque los que escriben las fechas no pretenden asemejarse a
ellos o
seguir sus leyes, y por ello no es válida la prohibición
de “no marcharás por
sus leyes” (Vaikra 18:3). Y también ese número no es la
fecha de nacimiento de
esa persona, delincuente de Israel que los gentiles lo convirtieron en
idolatría, ya que según nuestros sabios nació
antes del año 0, y esa es también
la opinión de los historiadores. Y también encontramos
que varios grandes
sabios de Israel utilizaron esas fechas en sus respuestas.
Y por ello
si es necesario escribir esas fechas, hay quienes lo permiten, pero “es
bueno
acotarles que escriban por lo menos también nuestra fecha” (el
Gaón, el
Rav Ovadia Iosef zt”l, Iabia Omer Guimel, Iore Dea 9).
Pero en un
principio, a fin de cuentas esa fecha está relacionada con esa
persona y su
recuerdo, y al respecto escribió el Rav Tzvi Iehudá Kuk:
“D’s no lo permita,
que no nos confundamos e introduzcamos en las cuentas de nuestras
vidas… la
profanación del Nombre de D’s del recuerdo de esa
idolatría impura de ese
criminal de Israel, de la herejía y la lucha contra el Eterno de
Israel”
(HaTzofe, 3 de Adar 5732).
Y por
supuesto que ese es nuestro honor y esplendor israelíes, que
utilicemos
nuestras fechas especiales de los meses hebreos, que emanan de la
certeza de
nuestra Torá, y debemos acostumbrarnos a quitar el yugo
de la cultura
del exilio de nuestro cuello, y edificar nuestra independencia y
esencia, en la
escritura, en el habla y en el conocimiento de nuestras fechas (y
véase
LeNetivot Israel Bet, pág. 239).
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Bishul
La regla anteriormente mencionada,
“no hay cocinado luego del cocinado” tiene vigor sólo
tratándose de un alimento
seco, pero si es un alimento líquido no es así.
Tratándose de un alimento
líquido – como sopa o jugo – incluso después de haber
sido cocinado, si se
enfrió podrá ser cocinado nuevamente.
La razón es que tratándose de algo
líquido el concepto de cocinado es principalmente el que
está caliente[1],
y cuando se enfría deja de
estar cocinado, y por lo tanto cuando vuelve a calentarlo a una
temperatura que
la mano se aparta es como si lo cocinase, y trasgrede la
prohibición de cocción[2].
Los poskim (sabios que
determinan la halajá) discrepan en cuanto a cuán
frío debe estar el
alimento para que esté prohibido volver a calentarlo nuevamente.
En opinión del Shuljan Aruj
cuando el alimento se enfrió y se encuentra por debajo de la
temperatura que la
mano se aparta, a pesar que todavía está caliente, es
considerado frío a esos
efectos. Por ello, sopa o algo similar que se enfrió y ahora se
encuentra por
debajo de la temperatura que la mano se aparta, está prohibido
dejarlo en algún
lugar donde puede calentarse hasta esa temperatura[3].
Pero si todavía está tan
caliente que la mano se aparta, incluso si no está hirviendo, no
rigen sobre él
las prohibiciones de cocción[4].
El Ram”a escribió que si el
alimento no se enfrió totalmente[5],
acostumbraron a ser menos
estrictos y considerar que no rigen sobre él las prohibiciones
de cocción. Y
según eso, sopa o similar que se enfrió, incluso si
está menos caliente que la
temperatura que la mano se aparta, mientras no se haya enfriado
totalmente está
permitido colocarlo en un lugar donde puede llegar a la temperatura que
la mano
se aparta[6].
De todas formas, no se puede colocar
la sopa sobre el fuego mismo, como será aclarado más
adelante en las reglas de
devolución de un alimento sobre el fuego[7].
[1](Jazon Ish, Orej Jaim 37 inciso 13, comienza
siman en su explicación de la opinión del Ro”sh).
[2](Shuljan Aruj, Orej Jaim 318 inciso 4,
Mishná
Brurá inciso 39).
Hay muchos alimentos
que están secos en parte y en parte son líquidos, como
Jamin con jugo y
similares, y los poskim discrepan en cuanto a la cantidad de
líquido necesaria
para ser considerado líquido y prohibir su calentamiento por
cocción después de
cocción.
[3](318 inciso 4, Mishná Brurá inciso
24. Kaf
HaJaim inciso 54). Por ello está prohibido depositarlo sobre una
olla que está
sobre el fuego o sobre
[4](Allí, Mishná Brurá. Kaf
HaJaim inciso 54). Y
si han pasado el alimento a otro recipiente, que es considerado Kli
Sheni,
incluso si todavía la mano se aparta es considerado como si se
hubiese
enfriado, y está prohibido agregarle cocción
(allí, Biur Halajá comienza im
itztanen. Kaf HaJaim inciso 55 citando a Pri Megadim. Y véase
Jazon Ish allí,
comienza uvemishná Brurá).
Acotación:
Es común que después de
haber bajado la olla con el caldo del fuego se sirve en varios platos,
y luego
si sirvieron platos de más desean devolver el contenido a la
olla. Los que
acostumbran como el Shuljan Aruj deben prestar atención que
mientras el caldo
en la olla está tan caliente que la mano se aparta, no pueden
devolver el caldo
del plato a la olla, ya que el plato es considerado Kli Sheni, e
incluso si el
caldo todavía está muy caliente y la mano se aparta, de
todas formas como fue
aclarado anteriormente se considera que se puede llegar a volver a
cocinar, y
si lo pone nuevamente en la olla que es Kli rishon lo cocinará.
[5]Es decir, que todavía está tan
caliente que se
lo puede comer (allí, Pri Megadim, Eshel Avraham inciso 39.
Shuljan Aruj HaRav
allí inciso 9. Eglei Tal, Melejet Ofe inciso 8).
[6](Allí, inciso 15).
Pero si el caldo se
enfrió totalmente, se puede llegar a cocinar nuevamente, y por
ello no se puede
devolver el caldo frío del plato a la olla [incluso cuando esta
no se encuentra
sobre el fuego] cuando el caldo en la olla está tan caliente que
la mano se
aparta.
[7](Allí, Mishná Brurá inciso
24. Inciso 15,
Ram”a, Mishná Brurá inciso 98). A no ser que la quitaron
del fuego en Shabat y
cumplieron con todas las condiciones de devolución como
serán aclaradas más
adelante.
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