Parashat Ki Tavo     21 de Elul 5778     1184

Con alegría y buen corazón
Rav Ioram Eliahu

“Porque no rendiste culto al Eterno, tu D’s, con alegría y buen corazón cuando todo era abundante” (Dvarim 28:47), con ese versículo nos explica la Torá por qué recaerá toda la desgracia mencionada en la sección de la reprimenda en nuestra Parashá.
Y es extraño, ¿cómo puede ser que de momento que la persona no hizo partícipe la alegría en su culto a D’s, eso puede generar todas esas desgracias? “También si diremos que la alegría es uno de los detalles del cumplimiento de las mitzvot, ¿acaso por omisión de algún detalle en su cumplimiento merecemos semejantes maldiciones?”, así pregunta el Rav Avigdor Nebentzal en sus charlas de Rosh HaShana (Principio de Año). Y él contesta que “todo el que cumple la Torá con alegría es seguro que siempre querrá agregar más y más, el culto a D’s con alegría es el testimonio de la identificación interna de la persona con las mitzvot, y es la prueba que ella comprende su enorme valor… pero el que cumple las mitzvot sintiéndose obligado… también si en este momento se cuida en su cumplimiento… la Torá nos dice que probablemente al final las abandonará totalmente”. Y por ello amonesta la Torá a la persona, “porque si continuará cumpliendo sus mitzvot congeladas, sus hijos o sus discípulos asimilarán la falta de vida de su interior, y plasmarán su deseo oculto”. Y de aquí el camino es muy corto al abandono de la Torá y las mitzvot totalmente, D’s no lo permita.
Así también nos enseña el Rav Kuk, “el placer y la alegría… obligatoriamente deben acompañar toda ocupación espiritual. Sólo cuando la persona se deleita y se alegra con la acción buena y correcta, entonces será solícita en su cumplimiento en toda su plenitud, y les agregará día a día”. En base al placer y la alegría en el cumplimiento de la mitzva llega la persona a esforzarse más y añadir en el cumplimiento de las mitzvot. Y agrega el Rav Kuk, “sólo cuando hay placer y alegría interior en el corazón combinados con la acción buena y correcta, entonces se basa en la persona en forma fija el marchado por el camino del D’s bueno, bendito sea, y de la fuente de su alma emanará agua viva… para añadirle sabiduría y para conducirlo por los senderos de vida” (HaOneg VeHaSimja, Ikvei HaTzon). Esa es la garantía para estar fijo en el camino de la Torá y las mitzvot, dice el Rav, así se arraiga en la persona en base a la vinculación interna con las mitzvot, y ellas le agregan sabiduría y orientan su vida en dirección de una vida recta y correcta.
Nuestra generación, que es una generación maravillosa, como escribe el Rav Kuk zt”l en su artículo HaDor, desea rendirle culto a D’s, estudiar Torá y cumplir las mitzvot con alegría y buen corazón. Para ello necesita:
1. El ejemplo de sus padres y educadores, cuando él los ve cumpliendo las mitzvot con alegría, en base a la identificación interna, un cumplimiento pleno y auténtico sin buscar todo tipo de “aliviados” que a veces arrancan de cuajo la mitzva, entonces se vincula, él también desea ser merecedor de esa alegría, de esa plenitud, y si todavía no cumple todo por lo menos logra entender y ver que eso es algo vivo, que las mitzvot acarrean placer y alegría, y aspirará y deseará llegar a ese nivel.
2. Su gran alma necesita vincularse con energías de alegría, ya sea en el plano del estudio – como escribe el Rav Kuk (Guinzei HaReaya) “el estudio de la alegría en toda su pureza y resplandor… ese resplandor se escondió mucho sobre todo por las tinieblas de la galut (el exilio)… y volvió y despertó a través de los grandes pensadores de la jasidut (corrientes jasídicas)” – ya sea en el plano del sentimiento, con las músicas y los cantos en su pureza santa.
Todo eso llevará a nuestros maravillosos jóvenes a la vinculación correcta con todo lo que está relacionado con la kdushá (santidad) y se harán merecedores a través de ello de descubrir el gran resplandor que mora dentro de ellos. 

¿Por qué se desgasta el casamiento?
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Las personas se casan con un gran amor, pero lamentablemente ese amor se desgasta en la mayoría de las parejas. ¿Por qué?
Respuesta: Está escrito en Avot: “Todo amor que depende de algo, cuando eso cesa, cesa el amor. Y el amor que no depende de nada, no cesa nunca” (Avot 5:16). Si el hombre ama a su esposa porque es bella, y con el tiempo ella será menos bella, o encontrará alguna mujer más bella que ella, él no la amará más. Si la ama por su riqueza, y su riqueza se perderá, también su amor desaparecerá. Y si la ama porque es inteligente, quizás su inteligencia disminuirá con el tiempo, o quizás él ya no se interesará en ello, y ya no la querrá. E incluso si la ama por sus buenas virtudes, ¿qué será si sus buenas virtudes se debilitarán? Por supuesto, hay que cuidarse, y no perder las buenas virtudes, pero lamentablemente eso sucede a veces, ¿acaso por ello él no la amará? ¿Qué podemos hacer, que en forma natural con el correr de los años la persona encuentra defectos en su cónyuge que no notó en un principio? Y sí, muchas veces las dificultades de la vida generan caídas morales. Y como hemos dicho, la persona debe ser valerosa, e incluso si su cónyuge se debilitó, esa no es razón para dejar de amarlo.
Pero, ¿si el amor no depende de nada, por qué amamos? Sin razón, gratis, por la buena causa.
Suena muy extraño, pero es muy simple. No porque su esposa es bella él la ama, sino que por el contrario, de momento que él la ama ella es la más hermosa a sus ojos. Dicen en la Gmará (Ktuvot 17A): Novia bella y graciosa. Dijeron los discípulos de Shamai: ¿Y si es coja o tuerta? ¡Te alejarás de la mentira (Shmot 23:7)! Les dijeron los discípulos de Hilel: La persona siempre debe ligar su opinión con el público. Es decir, debes ponerte en la cabeza del novio. Explica el Mahara”l de Praga que no por su belleza él la ama, sino que por el contrario, de momento que la ama, ella es bella a sus ojos, y no le importa que ella sea coja o tuerta (Netivot Olam, Netiv HaEmet). Y de momento que él la ama, a sus ojos ella es inteligente, rica y con buenas virtudes.
Es decir, esa es la diferencia entre un amor pasivo y un amor activo. Cuando se trata de un amor que depende de algo, la persona reacciona en su mundo interno a consecuencia de la impresión que le llega por fuera, y por ello puede haber cambios. En contraste, el amor que no depende de nada es creativo. De momento que él la ama, genera pensamientos para verla adorable.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Melajot
Es una mitzva de la Torá cesar de hacer melaja (labores determinadas) en el día de Shabat, como dice el versículo “seis días harás tus labores, pero en el séptimo día te abstendrás”[1]. El que hace alguna melaja en el día de Shabat no cumplió esa mitzva, y también trasgrede una prohibición, como está escrito “no harás ninguna labor”[2].
De las raíces de esa mitzva es que no nos ocupemos de nuestros trabajos en honor al día de Shabat, para que fijemos vigorosamente en nuestro alma la fe que D’s creó de la nada el mundo en los seis días del Bereshit (Génesis), ya que esa fe es la base de toda la religión. Y el día de Shabat de cada semana es un recuerdo para nosotros, que el mundo fue creado en seis días y en el séptimo día nada fue creado, porque cuando las personas descansen un día determinado de la semana, y preguntará alguien ¿por qué descansan?, la respuesta será que “en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra…”[3], y a través de ello cada uno se robustecerá con la fe auténtica[4].
Otro punto que nos recuerda el cese de melaja en el día de Shabat es el recuerdo del milagro de la Salida de Egipto[5]. Es decir, mientras fuimos esclavos en Egipto no podíamos descansar según nuestra voluntad, y D’s nos salvó de la mano de los egipcios y nos sacó de la esclavitud a la libertad, y nos ordenó descansar el séptimo día para recordar Su bondad con nosotros, que nos sacó de la esclavitud al descanso[6].