Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Rav Ioram
Eliahu
Los jóvenes tienen aspiraciones
de kodesh
(santidad), desean el vínculo con D’s, también alguno que
nos parece no tan
vinculado, podremos verlo de vez en cuando en momentos especiales, de
elevación, y ya hemos escrito varias veces que hay que alegrarse
con esos
momentos de ellos, fortalecer, abrazar, expresar nuestra
valoración, también si
no se trata de la forma en que nosotros estamos acostumbrados a
rendirle culto
a D’s.
Eso es notorio especialmente en relación a los
lugares kdoshim (santos) y las tumbas de los tzadikim
(justos).
Muchos muchachos no están dispuestos a perderse una entrada a la
tumba de
Iosef, muchos de ellos fueron merecedores de estar en Meron en el
festejo de
Rabí Shimon Bar Iojai, y se adhirieron a las masas que rezaban y
bailaban. Y
hay quienes llegan más lejos, y viajan a Umán en Ucrania
para sentir una
vinculación a su Padre en el Cielo.
Pero tal parece que la actitud frente al lugar del kodesh
y del Beit HaMikdash (El Templo), y los restos de él, el
Kotel
(Muro de los Lamentos) – que esta semana festejaremos 51 años de
su liberación
– no está clara, y a veces es incluso un poco despectiva.
Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk zt”l nos
enseñó
que ese lugar es como el corazón entre los miembros del cuerpo
en cuanto a
todos los otros lugares de nuestra tierra. Y así
escribió, muchos años antes de
la liberación del Kotel (y también muchos
años antes de la conocida
canción): “Hay corazones, y hay corazones. Hay corazones de
hombres, y hay
corazones de piedra. Hay piedras y piedras. Hay piedras sin vida, y hay
piedras
corazones”. Y continuó escribiendo “de la misma forma que Am
Israel (el
Pueblo de Israel) es el corazón de las naciones, el
corazón del hombre, así
también es la relación entre la tierra y el lugar del Beit
HaMikdash en
ella – el corazón del mundo, el corazón de Israel”. Y eso
es, explica el Rav
Tzvi Iehudá Kuk, porque
Aprendemos de ello que la mejor y más selecta forma
de ser merecedor de un vínculo cercano con D’s se encuentra muy
cerca, el rezo
en el Kotel, lectura de Tehilim (Salmos), todo lo que
sea kadosh
allí, en ese lugar, hace despertar olas y corrientes de kodesh
del Kotel
al que reza, y del que reza al Kotel. Así nos
enseñó el Rav Tzvi Iehudá
Kuk en una de sus charlas especiales que fueron dichas en la noche de Iom
Ierushalaim (Día de
Nuestra tarea es asimilar y vivir ese nivel, llegar
a encuentros de recargado de la fuente, del corazón, los restos
de nuestro Beit
HaMikdash. Y enseñarles a nuestros hijos que la fuente de la
kdushá
de todos los otros lugares santos es aquí, en Ierushalaim
reconstruida, en el Kotel.
Y en base a ese vínculo de corazón, serán
merecedores de recibir también kdushá
auténtica de todos los otros lugares, a todo lo largo y ancho de
nuestra
tierra.
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta: Yo siento que soy un perdedor crónico, no
soy la
persona que quisiera ser. Soy un desgraciado. No me llevo bien con mi
esposa,
no disfruto de mi trabajo y ahora me despidieron, mi auto dejó
de funcionar, y
estoy enojado por la situación del país. Mi vida no tiene
valor. ¿Hay en
Respuesta: Para eso no se necesita Torá,
alcanza con el
entendimiento natural y la moral natural, lo que es llamado derej
Eretz
que antecedió a
La estoica
tiene cuatro principios:
1. El
primer principio es que la meta de la vida debe ser querer ser una
persona
mejor, con mejores virtudes, buenas virtudes entre la persona y su
prójimo y
entre la persona y sí mismo, buenas virtudes de valor y
valentía, de justicia
para con el prójimo, de contención frente a los placeres
de la vida, no tomar
demasiado rápido ni demasiado poco, sino que en forma
equilibrada. Y por
supuesto, no es algo a lo que se puede llegar de un salto, sino que en
forma
gradual y con una labor diaria de elevación continua.
2. El
segundo principio es la dicotomía de gobierno. Es decir, dividir
las
resoluciones de la vida en dos. Todo acontecimiento en la vida
pertenece a una
de estas dos categorías: Un acontecimiento que está bajo
mi control, y un acontecimiento
que está fuera de mi control. Lo que está bajo mi
control, lo cambiaré para
bien. Y lo que no está bajo mi control, lo aceptaré tal
cual es, con paz
interior. Por ejemplo, una resolución del gobierno no
está bajo mi control,
entonces la aceptaré tal cual es, con tranquilidad. O por
ejemplo si el tiempo
está terrible, no me quejaré ni temeré, porque no
lo cambiará para nada. En
resumen, todo problema de la vida tiene sólo dos soluciones: Si
está bajo mi
influencia, debo cambiar la situación. Y si no, no tengo de
qué preocuparme ni
lo que hacer al respecto. Antes por supuesto hay que saber distinguir
entre
esos dos tipos de problemas. Al principio no será fácil,
pero en forma gradual
se puede llegar a ello. Todos conocen el rezo de la tranquilidad: “Mi
D’s, dame
la tranquilidad para aceptar lo que no tengo fuerzas para cambiar, la
valentía
de cambiar lo que tengo fuerzas, y la sabiduría para distinguir
entre ellos”. Lo
formuló un cura de EE.UU. llamado Reinhold Niebuhr, pero es muy afín con la estoica. Y
ya escribió Rabí
Shlomó Even Gvirol: “El principio del raciocinio, la
diferenciación entre lo
que puede ser y lo que no puede ser, y el consuelo por lo que no es
parte de mi
capacidad” (Mibjar Pninim 17).
3. El tercer principio, es que la
forma en que percibimos los problemas es diferente de los problemas en
sí. Una
misma situación puede generar dos reacciones personales
distintas en distintas
personas, todo depende de qué actitud se toma frente a lo que
ocurrió. Por
ejemplo, el fracaso puede generar desmoralización o impulsar a
mejorar. Si te
despidieron del trabajo, tú puedes sentir que es el fin del
mundo, quejarte a
todos los que te rodean, culpar a tu jefe y al gobierno, y quedarte
desocupado.
O pensar que una persona sea despedida de su trabajo es algo que ocurre
en el
mundo, y no puedes cambiarlo, y por lo tanto enseguida ponerte a buscar
otro
trabajo, que seguramente encontrarás, porque el esfuerzo siempre
tiene
recompensa. Tú no puedes elegir siempre lo que te
ocurrirá en la vida, pero
siempre puedes elegir cuál será tu reacción.
4. El cuarto principio, es que la
felicidad de la persona no depende de razones externas. Ese principio
emana del
anterior. De momento que yo elijo cómo reaccionar, siempre puedo
ser feliz, no
importa lo que pase. El filósofo estoico Epictetus dijo:
“Enfermo, y a pesar de
ello feliz. En peligro, y a pesar de ello feliz. Agonizando, y a pesar
de ello
feliz. En el exilio, y a pesar de ello feliz. Rechazado, y a pesar de
ello
feliz”. Y él estaba en una posición adecuada para hablar
de la felicidad en
condiciones extremas, porque era un esclavo de un amo cruel, que
también le
rompió la pierna y por ello rengueó toda su vida.
Tu felicidad depende sólo de ti, y para ello debes realizar una
labor. Muchas veces la persona hace depender su felicidad de razones
externas:
Su esposa, su trabajo, su auto. Por ello, cuando hay dificultades,
él cae presa
de la depresión. No debe ser así, tu felicidad
sólo depende de ti. Si decidirás
ser feliz, lo serás.
Si quieres, lee “Meditaciones” de Marcus
Aurelius, o “Discursos morales” de Epictetus o “Epístolas
morales a Lucilium”
de Seneca. Pero no es necesario, en nuestras fuentes hay cosas mucho
mejores,
como Mesilat Iesharim u Orjot Tzadikim.
Hay filósofos que escribieron en
forma complicada y es difícil de entender qué dicen
exactamente, y a veces hay
dudas si realmente dijeron algo. Pero los estoicos hablaron en forma
sencilla, comprensible,
y práctica para la vida diaria.
Esa es la regla: Cesa de intentar
todo el tiempo de cambiar el mundo externo, concéntrate en
cambiar lo que tú
puedes cambiar, que es tú mismo. Si una inundación
amenaza tu casa – o la
reforzarás, o pasa a vivir a otro lado. Pero la
inundación no podrás detener.
No lloriquees todo el tiempo: Mi
esposa no me comprende, mis padres se desentendieron de mí, el
sustento no me
alcanza, las personas no me toman en cuenta, el gobierno es un desastre
nacional… Piensa qué puedes hacer tú para cambiar la
situación. Siempre es más
fácil apuntar con el dedo culpando a los demás, y exigir
que ellos cambien.
Aclara cuidadosamente qué depende de ti y qué no. Y lo
que no depende de ti, no
le des importancia, como si no existiese.
¿Las relaciones con tu esposa son
duras? ¿Piensas divorciarte? Aprende a aceptarla tal cual es, y
haz tú una
labor para mejorar las relaciones con ella. ¡Cesa de pretender
que ella cambie!
¿No ganas suficiente? ¡Consigue otro
trabajo! O agrega otro trabajo al que tienes, o reduce tus gastos.
¿No te gusta
tu trabajo? ¡Cambia de trabajo! O quédate donde
estás y aprende a valorarlo sin
quejarte.
Dicho sea de paso, no es lo mismo
que el pensamiento positivo, que sostiene que todo está bien:
Las relaciones
con tu esposa son maravillosas, y no hay lo qué cambiar. El
estoico dirá: Tengo
problemas con mi esposa, ella es nerviosa y difícil, pero de
momento que no
tengo control sobre ello, veré qué puedo hacer yo para
cambiar y mejorar
nuestras relaciones. Él no se desentiende del problema, sino que
lo enfrenta
con valor y responsabilidad. Lo que depende de mí, lo
haré. Y lo que no, lo
aceptaré tal cual es.
Dicho sea de paso, hubo estoicos
herejes, pero hubo también estoicos que creyeron en D’s, y
pensaron que Él es
el alma del mundo, y por lo tanto todo lo que ocurre depende de
Él, y por ello
seguramente que hay que ser feliz. Esa ya es una idea elevada, pero por
supuesto de eso hay mucho más en nuestras fuentes, como Jovat
HaLevavot,
Shaar HaBitajon.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
La salida del Shabat
Es una mitzva instituida por
nuestros sabios de recitar la bendición de
El vino antecede a las demás bebidas para ese efecto. Pero si no
tiene vino,
puede hacer Habdala sobre
alguna otra bebida que sea considerada Jamar Medina (bebida
importante, que se toma para gozar de su gusto, y no sólo para
saciar la sed)[3].
Una bebida es definida como Jamar
Medina cuando la mayoría de las personas en ese lugar
acostumbran a
beberla, y es considerada una bebida importante[4].
Eso depende del lugar, y se
debe preguntar un talmid jajam (erudito del estudio de
No se debe hacer Habdala con
agua. E incluso en los lugares donde beben por mayoría agua, de
todas formas no
es considerada una bebida importante, y no es Jamar Medina. Por
ello, si
no tiene ninguna bebida aparte del agua, no debe hacer Habdala sobre ella[5].
[1](Ramba”m, Hiljot Shabat 29:6).
[2](Tur, Orej Jaim 296. Mishná
Brurá inciso 8, Kaf HaJaim inciso 2).
[3](Allí, inciso 2).
[4](Véase 272, Mishná Brurá
inciso 24 25. Biur
Halajá allí, comienza shemekadshin. Kaf HaJaim inciso 46
49. 296, Mishná Brurá
inciso 9 10, Kaf HaJaim inciso 23A).
[5](296 inciso 2, Mishná Brurá inciso
10). E
incluso si mezclaron en el agua limón o jugo de frutas
concentrado para darle
gusto, esa bebida no es considerada importante, y no se puede hacer
Habdala con
ella (Aruj HaShuljan inciso 13).
Y véase en Aruj
HaShuljan allí y Minjat Shabat 96 inciso 9 lo que escribieron en
cuanto al café
o el té.
Es posible leer
la publicación de esta semana y las anteriores en www.alumbrar.org. Para recibirla
directamente a
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