Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Rav David
Landau
En el Seder de la noche de Pesaj
lo primero que hacemos es: “¡Kadesh!”.
En la salida de Egipto le fue dicho a Paró
(El Faraón): “Mi hijo primogénito es Israel” (Shmot 4:22),
“envía a Mi
pueblo” (Shmot 5:1). Fuimos elegidos como un pueblo kadosh (santo).
Esa es la
declamación para los gentiles: Somos primogénitos.
¿Qué es primogénito? No
depende del hijo, sino que el padre lo convierte en primogénito,
es un hecho.
Esa persona, ese judío, es kadosh para siempre, y en
base a ello recae
sobre él una kdushá (santidad) especial y halajot
especiales. Y
ese pueblo, tiene un orden especial, una halajá
especial, una educación
especial: “Santifica a Mi todo primogénito” (Shmot 13:2). Hay
una mitzva
de santificarlo. Y si no sabremos y no lo declamaremos, ¿acaso
no será kadosh
de por sí? A pesar que es kadosh, hay una mitzva
de santificarlo,
expresarlo y hacerlo saber, con acciones y conocimiento. Hay una mitzva
de santificarlo, a pesar que es kadosh incluso en contra de su
voluntad
propia.
Así es en cuanto a Clal Israel (la
totalidad genérica del Pueblo de Israel): “Santos serán” (Vaikra 19:2). A
pesar de ustedes mismos ustedes son santos, ya sea que ustedes quieren
saberlo,
ya sea que ustedes quieren ignorarlo. En Pirkei Avot
está escrito: “Son
apreciados Israel, que fueron llamados hijos de D’s” (Avot 3:17). Eso es un
hecho. Continúa
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta:
No es un problema
nuevo. Surgió desde que los judíos comenzaron a
desconectarse de la fe en D’s y
el culto a D’s. Por supuesto que también existe entre los
gentiles en todo el
mundo occidental.
La
desgracia es que la moralidad secular es una moralidad superficial, y
por ello
es una moralidad débil que no puede hacerle frente a los brotes
de los deseos,
como explica el Rav Kuk al principio del libro “Musar HaKodesh”.
Y
también el nacionalismo secular es superficial y se encuentra
con duras crisis.
Ya
hace mucho tiempo que el nacionalismo secular se basa en la
concepción del
escritor “Ejad HaAm”. Él tenía conocimientos de
judaísmo y también un estilo
muy entusiasmado, y por ello logró descarriar muchas personas
con sus escritos.
Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk lo define como “el que
estudió y lo
abandonó todo, y basó con su herejía y su estilo
el pensamiento nacional
secular de Israel”. Por su estilo brillante y sus vastos conocimientos,
no se
dieron cuenta que por la cantidad de influencias que él
absorbió su creación
está colmada de contradicciones, y su actitud frente a la
religión no es
profunda. Y nuestro Ministerio de Educación marcha tras
él.
Ejad
HaAm estaba a favor de la tradición judía, pero sin Torá
ni mitzvot.
Entonces, sería bueno que explicase que comprende esa
tradición judía. Es
decir, sus palabras son de negación, pero no habla de lo que
sí tiene. No Torá
escrita ni Torá oral. ¿Entonces, qué es
ese judaísmo del que él habla?
Él
también negó el nacionalismo político de Hertzel y
también el sionismo de
asentamiento de Jovevei Tzion, y apoyaba el
nacionalismo
espiritual. También en este caso negó, y no se
molestó en explicarnos qué es
ese nacionalismo del que habla.
En su
opinión hay que cuidar sólo la moral nacional, es decir,
vaciar el judaísmo y
el nacionalismo de todo el pasado de
Nuestro
Ministerio de Educación marcha por ese camino, y como lo
definió nuestro Rav,
el Rav Tzvi Iehudá Kuk, enseñan en él una
enseñanza gentil traducida al hebreo.
Y esa orientación va penetrando más y más en la
educación religiosa e intenta introducirse
también en la educación jaredi (ultra ortodoxa).
Llegamos al
nacionalismo sin nacionalismo y el judaísmo sin judaísmo.
Por supuesto que es
una desgracia judía nacional. Y el remedio es sabido:
Añadir Torá,
añadir nacionalismo auténtico, añadir amor por
Israel auténtico.
Pero
no debemos desesperar. Las acciones corruptas, las palabras corruptas,
los
pensamientos corruptos. Pero la sgulá (esencia
espiritual intrínseca) de
Israel interna no se corrompe. Ella es pura. La naturaleza
israelí es santa y
pura, sólo está cubierta de máscaras que la
ocultan. Pero despertará, y va
despertando. Junto con el renacimiento nacional surgirá
también el renacimiento
del kodesh (lo santo).
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
Cuando se hospedan varias familias o varias mujeres en
un
mismo lugar y comen juntos en un mismo comedor, si cada familia o cada
mujer
tienen un cuarto separado para dormir, según todas las opiniones
cada mujer puede
bendecir cuando enciende las velas en su cuarto, y una de las mujeres
encenderá
y bendecirá en el comedor. Y a pesar que no comen en los
cuartos, y no los
utilizan para preparar la cena, de todas formas pueden encender y
bendecir
allí, porque también en los cuartos es obligación
encender velas por la paz del
hogar, para que no se tropiecen con maderas o piedras[1].
En efecto, cuando encienden las velas en los cuartos donde
duermen, es necesario que las velas sean suficientemente largas para
que
continúen encendidas hasta que regresen a los cuartos luego de
la cena y puedan
disfrutar de la luz de las velas, porque de lo contrario su
bendición es en
vano, como fue explicado anteriormente[2].
Muchos hoteles, por razones de seguridad y similares, no
permiten encender velas en los cuartos, y por otro lado determinar un
lugar
fijo para encender velas de todos los huéspedes, donde no se
come ni se duerme,
y en ese caso se debe preguntar a un talmid jajam (erudito del
estudio
de
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