Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Rav Eran
Tamir
Una de las halajot que se
aprenden de nuestra Parashá es la prohibición de
contar a los miembros
de Israel con número, como dice el versículo: “Cuando
tomes el censo de los
Hijos de Israel según sus cómputos, cada uno
entregará el rescate de su alma al
Eterno cuando se los cuente” (Shmot 30:12). Y como explica Rashi:
“Cuando
desees hacer la cuenta total del número de Israel para saber
cuántos son, no
los cuentes por cabeza, sino que cada uno entregará un medio
siclo de plata y
luego contarán los siclos, y sabrás su número”.
Esa halajá es tan severa
hasta tal punto que si no se hace así y se cuenta cada
uno, el resultado es que “haya plaga en ellos al contarlos” (Shmot
30:12). ¿Por
qué? ¿Qué problema hay con la cuenta, hasta tal
punto que puede producir, D’s
no lo permita, una plaga y muerte en Israel?
Se puede decir que hay dos razones principales para esa severa
prohibición:
1. El número es particular,
específico, limitado, y no es algo genérico pleno. Todo
número es de por sí, y
la cualidad de la generalización le falta. Y por ello, de
momento que en Am
Israel (el Pueblo de Israel) la base de la vida del particular
emana de la
totalidad genérica, de ella lacta y recibe su vitalidad, si
contaremos cada uno
de por sí, es como si lo desconectásemos de la fuente de
su vida, y por ello
surge en él la carencia y la muerte, D’s no lo permita.
Así escribe el Rav Kuk
en muchos lugares: “En Israel el alma de los particulares emana de la
fuente de
vida de los mundos del atesorado de la totalidad genérica, y es
ella la que
entrega alma a los particulares. Si siquiera se pensará en
desvincularse de la
nación, debe desconectarse de su alma y su fuente de vida, y por
ello es muy
primordial la necesidad de cada particular de Israel de la totalidad
genérica,
porque el alma y su corregido propio exige eso de él” (Orot
Israel 2:3). Y en
forma más detallada en ese tema: “Los particulares maman de la
totalidad
genérica, y el contado genera carencia y muerte, cuando se
desvincula de la
totalidad genérica” (Ein Aya Shabat Bet, 6:27).
2. El contado y el número es algo
finito, tiene comienzo y fin. Tiene límites. Pero nosotros somos
Am Israel,
y cada uno de nosotros como particular pertenece al infinito Divino
ilimitado.
Ni número ni contado. El infinito Divino es la fuente de nuestra
vida y somos
ordenados descubrirlo dentro del mundo limitado donde vivimos. Y como
dice el Rav
Kuk: “No se debe definir la esencia de Kneset Israel (el alma
genérica
del Pueblo de Israel) con límites determinados y sustantivos
restringidos,
incluye ella al todo, y el todo se basa en su deseo interno del D’s”
(Orot
Israel 1:3). Y por ello el contado limita y mata a la persona en el
aspecto
finito de este mundo, porque pertenece al infinito Divino que se
encuentra en
nuestra esencia y es nuestro papel. Somos genéricos e infinitos,
y por ello no
tiene sentido hablar de número tratándose de nosotros.
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta:
El problema es que Bagat”z
no tiene autorización para determinar la halajá.
Para temas relacionados
con la kashrut se necesita talmidei jajamim (eruditos
del estudio
de
Pregunta:
Pero ellos arguyen
que no estará escrito “kasher” o “kashrut” ni
habrá certificado
de kashrut, sino que otras palabras como “pacto de confianza”.
Respuesta:
Eso es un engaño.
El judío sencillo ve un certificado cuyo significado es que se
trata de algo kasher,
no se fija en detalles, y se piensa en su inocencia que es algo kasher.
Es un ardid.
Pregunta:
¿Pero ellos arguyen
que realmente se trata de algo kasher?
Respuesta:
No alcanza con lo
que ellos arguyen. ¿Cómo sabes si se basan en
determinaciones que no son
aceptadas por los poskim (sabios que determinan la halajá)?
Sobre
todo cuando gracias al desarrollo tecnológico el tema de la kashrut
en
la industria es muy complicado. En resumen, no se puede que cada uno
determine
para sí lo que es correcto y lo que no lo es.
Pregunta:
¿Entonces,
tratándose de organizaciones particulares como los distintos Badat”z
no
hay problema, porque está claro que se trata de judíos
temerosos de D’s?
Respuesta:
No necesariamente.
A veces figura el nombre de un Rav que no es conocido, y nadie sabe
quién es,
quizás se trata de una falsificación. Si se quiere algo kasher
certificado por algún Badat”z, se necesita que
también tenga un
certificado de
Pregunta:
Dicen que la kashrut
de
Respuesta:
No sé si es cierto.
E incluso si es cierto, la solución no es fundar un sistema
alternativo sino
que corregir el sistema actual. Es más, si tratándose de
Pregunta: ¿Pero
en definitiva, hay algún problema en privatizar ese tema?
Respuesta: Por
supuesto. De la misma forma que no se privatiza el ejército o el
gobierno, no
se debe privatizar
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
La mitzva del encendido de
las velas se refiere en un principio a las velas en el lugar donde
cenarán,
porque cuando se cena a la luz de las velas eso es parte del deleite
del Shabat,
como fue explicado anteriormente. Por ello, hay que cenar en el lugar
donde
encendieron las velas en honor al Shabat, y no se debe
abandonar el
lugar donde alumbran las velas y comer en otro cuarto o en el patio[1].
De momento que la cena se debe comer
en el lugar donde las velas alumbran, también el Kidush
(las bendiciones
con las que se santifica el Shabat) de la noche debe hacerse en
ese
mismo lugar, porque la regla es que “no hay Kidush sino que en
el lugar
donde se come”[2].
Cuando el cenar en el lugar donde
las velas alumbran implica un gran sufrimiento, por ejemplo porque
sufre por
las moscas que hay en ese lugar, puede hacer Kidush y comer en
el patio
u otro cuarto, a pesar que no puede ver las velas desde ese lugar,
porque la mitzva
del encendido de las velas fue dictaminada para deleitarse, y no para
sufrir[3].
Y de todas formas, es mejor
que haga Kidush donde alumbran las velas y coma allí un
poco, y sólo
después salga a otro lugar donde continuará allí
la cena[4].
[1](Shuljan Aruj 273 inciso 7, Mishná Brurá
inciso 32, Biut Halajá
comienza veaji mistabra).
[2] Allí
Es decir, la persona no cumple con la obligación del
Kidush sino cuando hace Kidush donde come, y eso se aprende del
versículo “y
llamarás al Shabat deleite”, respecto al cual dijeron nuestros
sabios: Donde
hay deleite, es decir donde se come, allí habrá de llamar
al Shabat, es decir,
hacer Kidush (273 inciso 1, Mishná Brurá inciso 1).
[3]Allí, inciso 7. Y véase Biur Halajá
allí, que lo que el Shuljan Aruj
citó “y hay quienes opinan que el Kidush depende del lugar donde
encendieron
las velas”, y dijo al respecto que “así parece”, se refiere a
que disfruta más
en el patio, pero si no es así hay que ser estricto y comer en
el lugar donde
se encuentran las velas, y también hacer Kidush allí.
Pero Kaf HaJaim (allí,
inciso 48) citó al Birkei Iosef que escribió al respecto
que el Shuljan Aruj
demostró con ello que la halajá fue determinada como la
última opinión, que es
también la opinión de la mayoría de los poskim, y
también hay que determinar
así según la lógica sencilla. Y véase
más en Kaf HaJaim (allí, inciso 47 y 262
inciso 1 7) que escribió que las velas estén encendidas
delante de él cuando
hace Kidush según los escritos esotéricos.
Y véase más adelante que cuando no se come donde alumbran
las velas, las velas deben permanecer encendidas en la casa hasta
después de la
cena o debe utilizar la luz de las velas un poco en los preparativos de
la
cena.
[4](Allí, Mishná Brurá inciso 32)
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