Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir


Parashat Vaigash     9 de Tevet 5777     No 1101

El ayuno del mes décimo se convertirá en día de goce y regocijo
En la actualidad

 Ayunamos en el décimo día del mes de Tevet porque en ese día Nebujadnetzar comenzó el sitio de Ierushalaim, que culminó con la destrucción (Shuljan Aruj, Orej Jaim 549, Mishná Brurá). Ese día también fue instituido por la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato de Israel) como el “Día del Kadish General”, por los judíos kdoshim (santos) que fueron asesinados en el Holocausto en Europa y a lo largo de toda la historia y no se conoce su día de defunción. Hay una relación estrecha entre la destrucción de Ierushalaim y la plegaria del Kadish: El sitio de Ierushalaim es el comienzo del proceso de la destrucción. El 10 de Tevet comenzó el sitio, el 17 de Tamuz el enemigo logró penetrar la muralla, y el 9 de Av fue destruido nuestro Beit HaMikdash (El Templo) y fuimos exiliados a la galut (exilio) por 2000 años. Y la expresión más cruel de ella es el terrible Holocausto. Cuando decimos el Kadish, proclamamos que “magnificado y santificado sea Su gran Nombre” (oración del Kadish): A pesar de todas las penurias y destrucciones - generales y particulares - será magnificado y santificado el Nombre de D’s en el mundo, a través del regreso a Tzion, y la reconstrucción de Ierushalaim y el Beit HaMikdash, que serán construidos pronto, en nuestros días.
En la actualidad, el ayuno tiene como objetivo incentivar el arrepentimiento, para que corrijamos nuestra conducta (Shuljan Aruj, Orej Jaim, Ídem.). Sobre todo en estos días, debemos hacer una gran tshuvá (arrepentimiento sincero) en nuestra actitud con respecto a Eretz Israel (la Tierra de Israel) e Ierushalaim, cuando nuestros enemigos aspiran a renovar el sitio de Ierushalaim, fundando un estado árabe alrededor de ella. Y también dentro de Am Israel (el Pueblo de Israel) hay personas que su fe y espíritu fueron debilitados, y están dispuestos a conceder a nuestros enemigos, pensando que de esa forma lograrán seguridad y paz en Israel. Pero es justo lo contrario. Desde el tiempo del malvado Nebujadnetzar que sitió a Ierushalaim, nuestros enemigos a través de todas las generaciones aspiran apoderarse de Ierushalaim, valiéndose de distintas estratagemas – por la lucha armada y el terrorismo, o debilitando la nación y su fe, o intentando dividir a Am Israel y separar entre el pueblo y su tierra, D’s no lo permita.
Debemos fortalecer nuestra fe y espíritu, continuar luchando con vigor renovado por la posesión de Ierushalaim y nuestra tierra de vida, fortalecer el espíritu de la nación y su unidad, a través del regreso a las raíces que nos unen a todos, y también a través del regreso a la tierra que nos convierte en un pueblo único. Y de esa forma se cumplirán las palabras del profeta Zjariá: “El ayuno del mes cuarto, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Iehudá en días de gozo y de regocijo, y en fiestas alegres. ¡Amad, pues, la verdad y la paz!” (Zjariá 8:19).

 
De quien anhela la salvación plena

Dov Bigún

Iosef y sus hermanos
Rav Shlomó Aviner
(Tal Jermón – Torá. Pág. 80-83)

En nuestra Parashá continuamos con Iosef y su capacidad, que llega a su cima con la organización general política y agraria del Reinado de Egipto - que en la práctica es la modelación de todo el sistema económico general del mundo civilizado antiguo, donde Egipto era el centro. La Torá cuenta con detalle las medidas económicas que tomó Iosef para solucionar la escasez de los años de hambre: Centralización de los recursos, compra del ganado, compra de los campos, deportación de la población a las ciudades, un sistema impositivo, etc.
Pregunta: ¿Por qué nos deben interesar los detalles de la agricultura egipcia?
Respuesta: Por el contrario, con sus medidas Iosef genera una realidad justa. Lo que él hace, es centralizar los medios de producción, y los vuelve a repartir en forma justa y equilibrada...
La habilidad fabulosa que se revela en Iosef es la capacidad de edificar la base material de la vida. Esa es la fuerza de Meshiaj Ben Iosef (el Redentor del linaje de Iosef), una fuerza que actúa a lo largo de las generaciones (Kol HaTor, de acuerdo a las enseñanzas del Gaón de Vilna). Esa fuerza no comienza a revelarse con Iosef ni cesa con su muerte. Ya con nuestro patriarca Avraham encontramos su revelación, en sus luchas contra los reyes, en el cavado de los pozos de agua, en su rebaño y sus riquezas. También en Itzjak se reveló un destello de esa fuerza, en el cavado de los pozos y en la abundancia de sus cosechas: "Y cosechó cien veces tanto" (Bereshit 26:12). Luego esa fuerza se revela en Iosef mismo – con más potencia y vigor – cuando es nombrado virrey. Y también continúa revelándose en forma clara en su descendencia: 30.000 personas de la tribu de Efraim intentan quebrantar el yugo de la esclavitud y salir de Egipto prematuramente (Shmot Rabah 20:11). Ioshua – de la tribu de Efraim – detiene al Sol en su lucha, y su nombre se hace famoso en el mundo (Ioshua 10:12). Ieruvam – de la descendencia de Iosef – es el encargado del trabajo de las tribus de Iosef, en el reinado de Shlomó. Y finalmente se transforma en el rey de Israel, cuando el reinado se divide (Melajim Alef 14:47-52). Y en nuestra época, con el despertar del anhelo nacional, escribió el Rav Kuk en su necrología a Hertzl que también él es un destello de Meshiaj Ben Iosef: También en él se revela esa fuerza que lo impulsa a edificar el cuerpo nacional. Pero ese destello se debilita con el tiempo, porque no está vinculado con Meshiaj Ben David (el Redentor del linaje de David). Hay una desconexión de los aspectos espirituales que construyen a la nación, y por ello la fuerza que edifica el plano físico se debilita...
En contraste con la fuerza de Meshiaj Ben Iosef, se encuentra la fuerza de Meshiaj Ben David: Esa es la fuerza encargada de la edificación del aspecto espiritual de la nación, de la Torá, del Beit HaMikdash (El Templo) y de la profecía. No nos podemos conformar con una situación en la que no todos los integrantes del Pueblo de D's son profetas, como dice el autor del libro "Or HaJaim": Somos el Pueblo de la Profecía, el Pueblo que Conoce a D's, que se encuentra vinculado con D's, y la fuerza interna de Meshiaj Ben David nos impulsa, lentamente, en dirección a esos altos niveles.
En Iosef se revela la fuerza de Meshiaj Ben Iosef, mientras que en sus hermanos hijos de Lea – y sobre todo Iehudá – se revela la fuerza de Meshiaj Ben David. No necesariamente tienen que pelearse, pero en la práctica las diferencias producen distanciamiento. "Iosef solía traer a su padre habladurías malas sobre ellos" (Bereshit 37:2). ¿Qué decía? No está claro, no está escrito en forma explícita en la Torá. No se trata de algo específico, que se puede aclarar y hablar de ello: Es un antagonismo genérico. También los hermanos sienten hostilidad para con Iosef. Esa hostilidad comienza a revelarse con la túnica que le hizo su padre: "Vieron sus hermanos que su padre ama a él más que a todos sus hermanos, y lo odiaron, y no podían hablarle pacíficamente" (Bereshit 37:4). El antagonismo es total. Él sueña sus sueños de liderazgo, y ellos quieren saber: "¿Acaso reinarás sobre nosotros? ¿O dominarás sobre nosotros?" (Bereshit 37:8). ¡¿Acaso te propones gobernarnos en contra de nuestra voluntad?! Él no contesta, las cosas se aclararán más adelante. Y el odio crece. Ambas partes critican: Iosef sostiene que ellos son holgazanes, dejan de lado los asuntos materiales – "las gavillas de ustedes la rodearon y se prosternaron ante mi gavilla" (Bereshit 37:7). También ellos sostienen: "Pues tú eres como Paró (el Faraón)" (Bereshit 44:18) – tú eres otro Faraón, que se ocupa del aspecto material de la realidad, mientras que la tarea de Am Israel
(el Pueblo de Israel) es edificar el aspecto interno del mundo. El antagonismo se transforma en odio, y crece tanto que es capaz de hacerles pensar en asesinar...
La lucha entre los hermanos – que comienza con el odio – termina con la unificación: "Luego beso a todos sus hermanos" (Bereshit 45:15). Lentamente, con el tiempo, se van "cocinando" las cosas y se va aclarando el valor de la diferenciación. También el distanciamiento y el odio del principio – que tienen por objetivo evitar que cada cualidad se pierda – tienen su valor. Y finalmente, después de un gran recorrido, queda claro que el desarrollo por separado de cada fuerza tiene por meta que se vuelvan a unir. Entonces entienden que cada uno tiene su lugar, que todos pueden estar juntos, y que sólo todos juntos constituyen la plenitud de Am Israel.

UN - nada
Rav Shlomó Aviner

En el año 5715, a raíz de los muchos atentados terroristas que llegaron de la Franja de Gaza, y sobre todo por la granada que fue tirada en medio del casamiento en el moshav Patish, David Ben Gurión propuso expulsar a los egipcios de la Franja de Gaza. Él dijo que a parte de las represalias “hay otra razón, una razón de educación y moral. Miren a esos judíos. Ellos llegaron de Irak, de Kurdistán, del norte de África… ellos llegaron de países donde su sangre era barata, allí era permitido mortificarlos, torturarlos, pegarles, hacerles crueldades. Ya se han acostumbrado que ellos son víctimas indefensas de los gentiles. Aquí debemos demostrarles que su sangre no es barata, que hay un país y un ejército del Pueblo Judío, que no permitirá que les hagan más maldades, y hay un precio por sus vidas y pertenencias que deberán pagar. Debemos erguirlos, plantar en ellos sentimientos de independencia y orgullo. Debemos hacerles saber que el que los ataque no se salvará de castigo, porque ellos son ciudadanos de un país soberano, que es responsable de su vida y bienestar”.
Y frente a los que arguyeron que hay que respetar a la UN, porque si no fuese por sus decisiones el estado no habría nacido, él dijo: “No, de ninguna manera, sólo la audacia de los judíos fue lo que hizo nacer al estado, y no la decisión de la UN – nada”.
Un mes más tarde, en el Día de la Independencia, frente a una decisión anti-israelí dijo: “No seremos mal agradecidos frente a las cosas importantes que fueron dichas en la asamblea de la UN y la decisión platónica que fue tomada en cuanto a la edificación del estado – pero reconoceremos las cosas tal cual son, que sin nuestro esfuerzo, nuestra lucha y nuestra valentía – no habría ningún resultado de las lindas palabras y las bellas declaraciones. Y no nos debemos consternar demasiado por las palabras no tan bellas y las declaraciones no tan lindas. La historia no se hace con palabras – sino que con hechos…. Somos un país joven, pero este país fue rejuvenecido y edificado por un pueblo antiguo. En nuestro largo viaje… en el campo internacional nos encontramos con muchos pueblos y países…vimos muchos cambios, nos hartamos de desventuras y luchas, acumulamos una experiencia de vida como pocos pueblos, y no a través de titulares propagandísticos efímeros de periódicos diarios, sino que desde una perspectiva histórica de altura miraremos a las cosas que se hacen alrededor nuestro…”
“¡Nuestro futuro no depende de lo que digan los gentiles, sino que de lo que hagan los judíos!”
Parecido a eso, luego de la decisión de repudio de la UN en el año 5727, Golda Meir dijo: “Nunca dije UN – nada, pero siempre dije y lo digo también ahora: Por la seguridad de Israel – es responsable sólo un estado: El Estado de Israel”.
Y también nuestro Primer Ministro Binyamin Netaniahu, dijo respecto al repudio por la edificación del barrio Har Joma en el este de Ierushalaim en el año 5767: “Si eso es lo que tiene para hacer la UN, entonces realmente no es nada”.
Y volvió a decir en el año 5772: “No me importa lo que la UN diga”.
Esa es la regla, estamos colmados de repudios de la UN, ellos hablan y nosotros continuamos edificando nuestro estado, por las bondades de D’s para con nosotros. También la Operación Entebbe en el año 5736 fue apodada “un acto de violencia injustificable”. Y en el año 5745 fue decidido que el Sionismo es racismo. También la Guerra del Golfo en el año 5760 fue repudiada, y más y más (véase Wikipedia, relaciones UN-Israel). Es decir, tenemos prohibido defendernos, tenemos prohibido vivir, a lo sumo tenemos permitido soportar los golpes y desaparecer - y entonces nos harán un monumento en nuestro recuerdo.
Todo eso no nos sorprende. El rey David que edificó el Reinado de Israel nos enseñó: “Rescátame y líbrame de la mano de los hombres extraños, cuya boca habla mentira y su diestra es falsa” (Tehilim 144:11). En contraste, continuamos construyendo: “Que nuestros hijos son como plantas bien crecidas en su juventud, nuestras hijas como piedras angulares labradas a manera de las de un palacio, nuestros graneros llenos, suministrando acopio de todas suertes, nuestros rebaños que paran a millares y a diez millares en los campos nuestros, nuestras bestias de carga andan cargadas, no hay daño ni pérdidas, ni quién profiera lamentos en nuestras plazas. Bienaventurado es el pueblo a quien así sucede, bienaventurado el pueblo cuyo D’s es el Señor” (Tehilim 144:12-15).
Y le preguntaron al Primer Ministro Itzjak Shamir en la Asamblea de Madrid: “¿Por qué tú no estás dispuesto a renunciar a Judea y Samaria?” Contesto: “Porque sí”. Hemos dicho: ¡Bienaventurado es el pueblo que así le es!
“No tenemos en quién confiar, sólo en nuestro Padre en el Cielo”, y Él actúa a través nuestro y dentro nuestro.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
La bendición del encendido de las velas hay que recitar cuando se prenden las velas que se encuentran donde se cenará, y no las velas que se encienden en los otros cuartos. Porque en un principio la mitzva se cumple con las velas donde se cena y se come a su luz, por ello incluso si se enciende otras velas en los demás cuartos, corresponde bendecir sobre las velas donde se comerá[1].
Con la bendición que recita la mujer sobre las velas donde se comerá se exime de bendición todas las otras velas que son encendidas. E incluso cuando el esposo enciende las velas de los demás cuartos no debe bendecir, porque es eximido con la bendición de su esposa[2].
Pero una mujer que se hospeda en otra casa y cena con los anfitriones en una misma mesa [y sobre las velas en donde se cena bendice la ama de casa], la mujer que se hospeda puede bendecir sobre las velas que enciende en otro lugar de la casa, ya que en todo lugar donde se encienden velas para que puedan utilizar ese lugar es por la paz del hogar, como fue explicado anteriormente, y se puede bendecir también por ese encendido[3].


[1](Shuljan Aruj 263 inciso 10, Ram”a. Mishná Brurá inciso 45. Kaf HaJaim inciso 67).
[2](Allí, Biur Halajá comienza bajurim).
[3](Allí, Mishná Brurá inciso 45).
Y véase Kaf HaJaim (allí, inciso 54) que escribió que debe encender bendiciendo en el cuarto donde dormirá. Y así también escribió Ben Ish Jai (segundo año, Noaj inciso 11. Rab Paalim segunda parte inciso 50).

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