Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Shlaj Leja     19 de Sivan 5776     No 1074

El Pecado de los Espías
Rav David Landau

El Pecado de los Espías fue más severo que el Pecado del Becerro de Oro. El Pecado del Becerro de Oro no fue realmente culto a otros dioses, ni tampoco participó de ello todo el pueblo – sólo 3000 personas. De todas formas, fue muy severo según el nivel del pueblo, y “es grande el que sus pecados son contados” (HaKuzari 1:93 y 97). Y por ello, quedó para todas las generaciones la marca de esa acción, “en el día que recuerde, les recordaré su pecado” (Shmot 32:34). Y a pesar de todo eso, el Pecado de los Espías fue más severo. En el Pecado del Becerro de Oro luego del enjuiciado las cosas fueron arregladas y volvieron al buen camino. Pero luego del Pecado de los Espías no hubo reconciliación Divina y la generación fue rechazada totalmente, como dice el versículo “y vuestros cadáveres caerán en este desierto” (Bamidvar 14:32).
Todo eso, porque el principal asunto de Am Israel es sólo en la tierra. “Y quién como Tu pueblo Israel, un pueblo en la tierra” (Shmuel Bet 7:23), sólo en Eretz Israel (la Tierra de Israel) ellos son llamados “un pueblo”. Ese asunto de Am Israel comienza con nuestro patriarca Avraham, al que le fue dicho “haré de ti un gran pueblo” (Bereshit 12:2), grande en cuanto a la posibilidad de revelación de la kdushá (santidad) en su dimensión nacional. Porque la kdushá del individuo particular se encuentra también en los demás pueblos, pero kdushá del Clal (totalidad genérica) se puede encontrar sólo en Am Israel, como explica el Mahara”l. Es así que D’s “nos eligió de entre los pueblos” (bendición de la Torá) y determinó nuestra naturaleza Divina, como dice el versículo: “Este pueblo que he creado para Mi” (Ishaya 43:21).
En base a ese principio - uno de los principios de nuestra fe, que D’s eligió a Avraham, la raíz del “gran pueblo” - se continúa la fe en que para ese pueblo especial tiene que haber una tierra especial. Y de la misma forma que Am Israel es un pueblo central entre las naciones, así también Eretz Israel es el centro de las tierras. Es la tierra de la profecía, y por ello le pertenece al pueblo de la profecía. La fe que Eretz Israel le pertenece a Am Israel emana de la fe en que el Creador del Mundo, al principio de la creación, fundó Eretz Israel y la destinó para Am Israel. Porque D’s “miró en la Torá y creó el mundo” como dicen nuestros sabios, y el principal cumplimiento de la Torá es justamente cuando Am Israel se encuentra en Eretz Israel.
En las palabras de los espías se revela la falta de comprensión del vínculo esencial entre Am Israel y Eretz Israel. Los espías hablan del pueblo que habita allí – “no podremos subir contra este pueblo porque es más fuerte que él” (Bamidvar 13:31) - sin tomar en cuenta la tierra y su imperiosidad para Am Israel. Pero Ioshua y Kaleb dicen: “Subamos de una vez y tomemos posesión de ella, porque muy bien podemos conquistarla” (Bamidvar 13:30). Ellos toman en cuenta la tierra misma y la necesidad Divina de que Am Israel habite en ella, lo que implica que es obligatorio subir a ella y heredarla (según Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Bamidvar pág. 136-141, 149-161).

El Smartphone – un Ietzer nuevo
Rav Shlomó Aviner

Si nuestro patriarca Avraham viviese en nuestra generación, tomaría un hacha y rompería todos los Smartphone. Por supuesto que se enojarían con él: Es tan interesante, tan práctico, agrega tanto conocimiento, vincula tanto entre las personas. ¡Como si nuestro patriarca Avraham no lo supiese! Y quizás lo habrían tirado a la hoguera.
Nuestros sabios nos dicen al final del tratado Suca que el Ietzer (mal instinto) de la persona se renueva cada día. El Smartphone es un invento nuevo del Ietzer. Por supuesto, un Ietzer camuflado. Como el ángel que luchó contra nuestro patriarca Iaacov, respecto al cual hay diferencia de opiniones entre nuestros sabios – si le parecía un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) o un bandido. ¿Cómo puede ser? ¡Son tan distintos! No es problema: Un bandido disfrazado de talmid jajam.
Nuestros sabios dijeron que el que está sin esposa se encuentra sin bien, sin alegría, sin bendición. Ahora, el Smartphone es la esposa de la persona – sin él, le parece que está sin bien, sin alegría, sin bendición. Si se descompone por un momento – D’s no lo permita – su mundo se viene abajo. Pero en realidad es un terrible veneno, de los peores venenos que inventó hasta ahora el Ietzer HaRra. Si fuese un mal evidente, sería más fácil luchar contra él, pero se disfraza del amigo del género humano.
Por ello, no hay más remedio. La persona debe utilizar su raciocinio para aclarar la naturaleza de esa víbora. Esa víbora provee de películas obscenas y abominables que el 90% de los varones miran. También mujeres. También el filtraje logra traspasar esa abominación. Por supuesto, es menos espantoso con filtraje que sin filtraje, pero sólo resuelve una pequeña parte del problema. Hay también violencia, herejía, maldad, mentira, tonterías, vanidades – que inundan a la persona.
Él deja de pensar, el nivel de los estudios desciende en todos los países del mundo. La capacidad de encontrar información pronto no desarrolla el pensamiento – por lo contrario, lo atrofia. Pierde el vínculo con el prójimo, con su pareja, con sus padres, con sus hijos, con sus amigos. Pierde la sensibilidad para con el prójimo, se hace más apático - como ese pequeño aparato.
Pierde el vínculo consigo mismo, ya no se pregunta: ¿Quién soy, cuál es mi papel en mi mundo, cuál es mi meta, cuál es mi esencia, cuál es mi obligación? El Smartphone lo distrae. Ya dijeron los grandes filósofos que los pasatiempos y distintas tareas distraen a la persona de las preguntas serias de la vida – como los estoicos Séneca y Cicerón, o los filósofos franceses Montaigne y Pascal. Pero ni siquiera en sus peores pesadillas se imaginaron la espantosa desolación de hoy en día.
La persona pierde su capacidad de razonamiento, que es su principal virtud, como dice el Ramba”m en el prólogo y el final de su libro More Nebujim (Guía de los Descarriados). Pierde el conocimiento, y de esa forma se pierde a sí mismo.
Pero esa distracción es sólo superficial. A su pesar, la persona se encuentra en un mundo complejo y peligroso, un mundo de sufrimiento y miseria, un mundo de dificultades y soledad. No encontrará su paz en su adicción al Smartphone, por el contrario, los estudios muestran que produce daños síquicos como ansiedad y problemas de personalidad. Y ya mencionamos que los logros intelectuales van en descenso de momento que las personas se hacen más y más holgazanes. Y también mencionaremos que el alma Divina en la persona grita porque es apresada con las cadenas de la vanidad, y la persona es llevada a una depresión terrible, como es explicado en el libro Orot HaTshuvá.
Cada generación y sus disertadores, cada generación y sus sabios. Esta es la generación del Internet, de las pantallas, la generación del Tablet, la generación del Smartphone, y los sabios de la generación dicen: Destroza, quema y extingue.
Por supuesto, no estamos en contra de la tecnología. Pero es una espada de doble filo. Depende de lo que se hace con ella, si a través de ella traemos bendición o maldición - y sobre todo cuando ambas se encuentran en el mismo aparato mezcladas, y la bendición esconde falsamente la maldición.
Así escribe el Rav Kuk en su artículo “Tom VeMada” (Maamarei HaReaya), que la ciencia necesita de la dirección de la entereza. También el filósofo humanista Rabelais ya escribió que ciencia sin conciencia es la destrucción del alma. Ese problema es llamado por los pensadores americanos de nuestra época: “La civilización tecno-bárbara”. Es decir, es cierto que la persona añade tecnología pero por dentro queda un bárbaro, lo que por supuesto aumenta el peligro.
Lamentablemente, los educadores superficiales dentro nuestro no ven el peligro, y como se acostumbra ellos se apoyan en citas distorsionadas de las palabras del Rav Kuk. Por ejemplo:
“En todos tus caminos sabe a D’s, y utiliza la tecnología para el culto a D’s” – vanidades.
“El Smartphone no es una prohibición, es un desafío” – vanidad de vanidades.
“No hay que negar, sino que abarcar” – vanidad y confusión.
“La generación es una gran generación, enterrada en las profundidades del pecado y también acaricia la luz” – infame legitimación.
Todos ellos son educadores amados y entregados, pero no de esta generación. Por supuesto que el Rav Kuk nos enseñó cómo sacar la luz de la oscuridad, pero no nos enseñó crear oscuridad para esos efectos. Es más, él también nos enseñó que hay escorias definitivas, que debemos exterminar totalmente.
Esa es la regla, no utilizar el Smartphone no es un deseo de piadosos, es una obligación categórica. Filtrado no es más que una solución a medias, pero como es sabido, es preferible media prohibición que prohibición entera. Y por supuesto, estamos hablando de filtrado del proveedor y del aparato también.
“Purifica nuestro corazón para rendirte culto auténticamente”.

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