Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Vaikra     1 de Nisan 5775     Shabat HaJodesh     Rosh Jodesh     No 1011

Parashat HaJodesh
Rav David Landau

“Este mes será para ustedes” (Shmot 12:2). Nos encontramos con la dimensión del tiempo. La persona vive en el tiempo. En cuanto a la formulación de la bendición – “santifica a Israel y a los tiempos” – en la Gmará hay una definición: “Santifica a Am Israel (el Pueblo de Israel) que santifica al tiempo”. D’s santifica a Am Israel, y en base a ello Am Israel tiene la capacidad de santifica al tiempo, santificar nuestra realidad en el tiempo. La capacidad de Am Israel de santificar el tiempo nos enseña y nos revela qué es Am Israel. Por ello, la primer mitzva de la Torá es “este mes será para ustedes”. Ese hecho figura en la Parashá agregada que leemos en este Shabat: “Este mes será para ustedes el principio de los meses, será para ustedes el primero de los meses del año” (Shmot 12:2). Aquí se revela la realidad de “mes”. La primer mitzva es muy genérica, define el marco de meses y del tiempo. Así es el orden del tiempo, desde el principio de las generaciones hasta la última.
En base a ello, ese mes tiene un valor singular. La Salida de Egipto no fue todo el mes, y a pesar de ello está escrito: “Cuida el mes de la primavera… porque en el mes de la primavera el Eterno, tu D’s, te sacó de Egipto en la noche” (Dvarim 16:1). Ese momento del mes está relacionado con todo el mes. Y también al final de la Parashá: “Y harás esta labor en este mes” (Shmot 13:5). También en Purim encontramos: “En el mes en que se convirtió para ellos de mes de tristeza en alegría, y de duelo en día festivo” (Ester 9:22). Ese día de la salida de Egipto determina, irradia y esparce su resplandor a todo el mes. Este es el mes al que le pertenece el día en que ocurrió ese episodio.
En base a ese prólogo general, que está relacionado con la santificación del tiempo, se desciende a los detalles de lo que ocurrirá en ese mes. Enseguida después de la Salida de Egipto nos encontramos con los niveles de Torá y cumplimiento de las mitzvot: Pesaj, Matzá (pan ácimo) y Maror (hierbas amargas). Tres que son uno. La base, es el sacrificio de Pesaj, y están relacionados con él y se le suman la obligación de comer Matzá y la prohibición del Jametz (levadura). Y en  base a “esta labor en este mes” (Shmot 13:5) se continúa el asunto de “siete días comerás Matzot” (Shmot 23:15). De la misma forma que hay un marco de mes, así también hay un marco de 7 días especiales en cuanto al tema de comer Matzá - y sólo Matzá. Y en base a ello, “no será visto en su posesión Jametz” (Shmot 13:7). La regla básica de nuestra Parashá es “los Hijos de Israel salen con mano alzada” (Shmot 14:8) a la libertad eterna, la libertad de la Torá. Y esa regla básica se va pormenorizando en las mitzvot. La Torá es la regla general, y las mitzvot son los detalles de la plasmación del orden de vida según la Torá. “Son Mis esclavos, y no esclavos de esclavos”. La servidumbre de D’s es la libertad de la Torá, y ella se revela a través de las mitzvot (según Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Shmot pág. 111-113, 131, 134). 

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Retrospección
Rav Shlomó Aviner

El consejo Divino maravilloso para acercarse a D’s y corregir las virtudes es la retrospección diaria, como es aclarado en el libro “Mesilat Iesharim”:
“El que todavía no gobierna sobre su Ietzer (instinto), se encuentra todavía entre los senderos [del laberinto], y no logrará discernir entre ellos. Pero los que gobiernan sobre su Ietzer que ya han llegado a la galería, que ya han salido de los senderos y vieron todos los caminos con sus ojos en forma clara, ellos pueden aconsejar al que está dispuesto a escuchar, y a ellos tenemos que creerles. ¿Y cuál es el consejo que ellos nos dan? Vengan a hacer cuentas, vengan a hacer las cuentas del mundo, porque ellos ya probaron y vieron y saben que sólo ese es el camino auténtico para que la persona llegue al bien que desea - y ninguna otra cosa. La regla general, la persona debe analizar con su raciocinio - siempre en todo momento y en momentos fijos a solas - cuál es el camino auténtico según la Torá que la persona debe marchar por él. Y luego analizará sus acciones, si son de acuerdo a ese camino o no, porque a través de ello seguramente le será fácil purificarse de todo lo malo y enderezar sus caminos” (cap. 3. Y también al principio de Etz Jaim del Ramja”l, que fue impreso al final del Mesilat Iesharim).
Por supuesto que no es un invento del Ramja”l, ya fue escrito en el libro “Jasidim”: “Los primeros piadosos escribían en una carta sus pecados cuando pecaban, para reconocer sus pecados, y para recordar y arrepentirse sinceramente, porque recuerda sus pecados y sabe que en el futuro deberá rendir cuentas por ellos y se arrepentirá sinceramente, por ello es bueno escribirlos y cumplir lo que dice el versículo ‘tengo siempre presente mi pecado’ (Tehilim 51:5). Y debe recordarse el día de la muerte, y el infierno y el día del juicio. Y finalmente el amor al Cielo, que es lo más selecto, pero escribirá [sus pecados] en forma insinuada, que nadie los entienda” (Jasidim, inciso 21). Y ocurrió que un gran talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) que escribía sus pecados en una libreta, y después cuando se arrepentía sinceramente borraba la tinta con sus lágrimas. De todas formas, aprendemos que aparte del elevado consejo de la retrospección hay otro consejo más, y es escribir.
Y así escribió Rabeinu Ionah: “Y es adecuado que toda persona que se arrepiente escriba en un rollo las cosas en que pecó, y las mitzvot que no cumplió en plenitud, y lea de él sus memorias todos los días” (Shaarei Tshuva, Shaar 1, inciso 8. Y también en el comentario a Mishlei 4:21). Y también el autor del  libro “Jovat HaLevabot”: “Y si podrás escribirlo, hazlo” (Shaar HaPrishut 5). Y también el libro “Orjot Tzadikim”: “Se necesitan grandes demarcaciones para no olvidar la Torá, como dice el versículo ‘cuídate… no sea que olvides…’ (Dvarim 4:9), pero recordará su pecado y lo escribirá en un libro, y lo leerá siempre para recordarlo todo y arrepentirse de cada uno” (Shaar HaShijeja).
Y ya en la Gmará cuentan que Rabí Ishmael se equivocó: “Leyó, y movió [la vela], y escribió en su libreta, yo Ishmael Ben Elisha leí y moví la vela en Shabat, cuando sea reconstruido el Beit HaMikdash (El Templo) traeré un sacrificio gordo para purgar” (Shabat 12B).
Y fue más lejos Rabí Mendel de Stanov que escribió un libro entero sobre el tema, llamado “Jeshvon HaNefesh”, que fue alabado por Rabí Israel Salanter. Él mismo le dijo a sus discípulos que cada uno prepare una libreta pequeña donde anotará sus virtudes, y cada día anotará al lado su comportamiento en cuanto a cada virtud y virtud, y de esa forma hará un control perpetuo y corregirá lo que es necesario.
Y también Rabí Shlomo Iguer contó que su padre, Rabí Akiva Iguer, anotaba sus acciones en una libreta a diario, y cada noche verificaba si se comportó como es debido (Jut HaMeshulash).
Y el Gaón, Rav Liev contó respecto a su padre, el Jafetz Jaim: “Y yo también recuerdo desde mi infancia, que se apartaba muchas veces a los campos de la ciudad, y realizaba su retrospección respecto a todas sus acciones, día a día. Y varias veces se fijó límites, en cuanto a cosas que alguna vez hizo en forma incorrecta. Y lo escuche muchas veces muchos años después que le parecía extraño que las personas para el negocio más pequeño se hacen una libreta para anotar las ganancias y los gastos, pero para las cuentas de la persona con su alma no se fijan en absoluto, para saber cuál es su situación, si las ganancias son más que las pérdidas o al revés, D’s no lo permita, y esperan sólo al Olam HaBa (Mundo Venidero) donde le harán saber a la persona sus cuentas, pero es después de mucho tiempo, porque ‘no hay obra, ni empresa, ni conocimiento ni sabiduría en la tumba a la que te diriges’ (Kohelet 9:10)” (Toldot HaJafetz Jaim).
Y en Rusia los tzadikim (justos) acostumbraban a apodar esa libreta “pasaporte”, porque es el pasaporte al Olam HaBa. Ocurrió una vez que un policía ruso detuvo a uno de esos tzadikim y le exigió que le muestre su pasaporte, que le permite pasar de un lugar a otro en el país. Su interlocutor le dio la libreta de su retrospección. El policía lo miró y parpadeó sin entender: ¿Qué es esto? El tzadik le contestó: Es mi pasaporte al Olam HaBa. El policía sonrió, y le permitió pasar.

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