Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Ki Tisa 16
de Adar
5775 No
1009
¿Regalo?
Rav Eran
Tamir
La culminación de los cuarenta
días
que estuvo nuestro Rav Moshé en el Monte de Sinai – cuando
estudió de D’s mismo
Y hay que entender: ¿Por qué
necesitó D’s entregarle
Es que aprendemos de ello un gran principio
básico en cuanto a nuestra actitud para con
Ese principio no es sólo en cuanto a
Por ello, haremos lo nuestro, no nos
debilitaremos ni seremos holgazanes, pero sabremos que si alcanzamos
ciertos
logros en nuestra vida en el kodesh (lo santo) o en nuestra
vida
material, en la vida particular o en la vida del público
general, no nos
enorgulleceremos diciendo “mi fuerza y el poder de mi mano han hecho
para mí” (Dvarim
8:17), sino que nos colmaremos de satisfacción que hicimos
nuestra parte, y le
agradeceremos a D’s por todo lo que nos entregó en Su bondad y
Su misericordia
– “y recordarás al Eterno, tu D’s, porque Él es el que te
da poder para hacer”
(Dvarim 8:18).
Donación
de emergencia
Majón Meir se encuentra en
una muy difícil situación financiera que le dificulta
continuar con su
actividad y pone en peligro de cierre su actividad en Arutz Meir.
Queridos amigos de Majón
Meir, los necesitamos hoy más que siempre para continuar con
nuestra bendita
actividad y nuestro estudio y enseñanza de
Por favor, apóyenos con su
donación y serán bendecidos del cielo.
Director de Majón Meir
Rav
Shlomó Aviner
En efecto, se trata de un argumento nuevo, que no lo
encontrarán ni en
Ese es un tema complejo: El argumento es cierto en
cuanto a que hay que sentirse vinculado y ser natural, pero la
conclusión que
hay que renunciar si eso no se cumple – no es cierta. ¿Por
qué? Porque
lamentablemente nuestra naturaleza hoy en día no es buena,
nuestra naturaleza
está enferma. De tantas trasgresiones se confundió, y por
ello no podemos
fiarnos en nuestro sentido natural para diferenciar entre lo bueno y lo
malo,
como dice el Ramba”m (Shmona Prakim, Cap. 2) que la persona enferma
degusta lo
amargo como dulce, y lo dulce como amargo.
Por ello, nuestra tarea es sanear nuestra
naturaleza. ¿Y cómo sabremos cuál es nuestra
naturaleza auténtica? A través del
estudio de
Mientras nuestra naturaleza este enferma, sentimos
cierto alejamiento de
Esa es una teoría antigua: Paganismo. El paganismo
antiguo declamaba: Toda tendencia del corazón de la persona es kdoshá
(santa),
todo Ietzer HaRra es bueno. Y si hay alguna
contradicción entre las
distintas tendencias, hay que edificar entre ellos una armonía
de placeres – en
lo que eran expertos los griegos. Ellos también estaban
dispuestos a conjugar
buenas tendencias, a condición que se compaginen en la
armonía general de todas
las tendencias. Lo que comenzó hace 500 años con la
naturalidad y la
vinculación, es en realidad el mismo paganismo, el mismo
helenismo que renació,
lo que es llamado “Renaissance”, es decir, renacimiento del paganismo.
Como hemos dicho, siempre existió en el hombre la
lucha entre el Ietzer HaTov y el Ietzer HaRra. Y
cuando la
persona sintió una tendencia natural a algo, enseguida
trató de identificar
quién habla dentro de él: ¿El Ietzer HaTov o
el Ietzer HaRra?
Porque ambos hablan con la misma voz. En los últimos cientos de
años esa lucha
se complicó mucho, porque surgió una ideología que
dice que también el Ietzer
HaRra es bueno, porque es natural y está vinculado al hombre.
¡No!, dicen nuestros sabios. ¡El Ietzer HaRra
es malo! D’s lo llamó “malo”, como dice el versículo:
“Porque la tendencia del
corazón del hombre es mala” (Bereshit 8:21).
Esa es la serpiente, que arguyó: Es cierto que D’s
ha prohibido comer, pero no hay problema, porque si comeréis
seréis vosotros
mismos como dioses, que saben el bien y el mal, y deciden qué es
bueno y qué es
malo (véase Nefesh HaJaim de Rabí Jaim de Voloshin, Shaar
1, cap. 6, acotación
extensa). Dice la serpiente: Hay algo mejor que escuchar a D’s y estar
vinculado a él – ser dios mismo, estar vinculado al dios que hay
en mí.
Y nosotros, los discípulos de nuestro patriarca
Avraham, los discípulos de nuestro Rav Moshé decimos: Y
elegirás la vida, la
vida auténtica, del lugar del Eterno, nuestro D’s vivo.
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