Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Itro     18 de Shvat 5775     No 1005

Límites
Rav Eran Tamir

Por lo general, cuando una persona se encuentra con un gran ideal – un ideal muy significativo, distante, que para ser adquirido se necesita de un largo camino - reacciona de una de dos formas contrarias: Perdiendo la esperanza de alcanzar ese gran ideal por la gran brecha entre lo deseado, el futuro pleno, y la realidad actual, parcial y limitada en la que se encuentra. O con un entusiasmo exagerado, un poderoso deseo de alcanzar ese gran ideal rápidamente y con precipitación, salteando las etapas intermedias necesarias, impulsado por la imaginación y las fantasías que producirán finalmente desmoronamiento, quebrantamiento y desplomo.
Esa era la situación en la que se encontraba Am Israel (el Pueblo de Israel) luego de haber llegado al Monte de Sinai antes de la Entrega de la Torá, cuando escucharon el gran ideal para el cual ellos recibirán la Torá en unos pocos días. “Y ustedes Me seréis un reinado de sacerdotes y un pueblo santo” (Shmot 19:6), es decir, un pueblo que en su esencia interna espiritual – y por lo tanto es su papel – es capaz de expresar los ideales Divinos no sólo en el kodesh (lo santo) y en el espíritu, sino que también en lo laico y en la vida material, no sólo en la vida del particular sino que también en la vida del pueblo, en la vida pública, en un estado e incluso en la política. Y como dice el Rav Kuk zt”l (Ein Aya Shabat Bet, Pág. 171): “Elevados maestros y guías para todo el mundo, kdoshim (santos) en su vida externa [material] e interna [espiritual], de los individuos [como particulares] y de la nación [como pueblo]”. Y en más detalle (Orot, LeMaalaj HaIdeot 82): “Para que sepan que no sólo individuos particulares singulares inteligentes, sobresalientes, piadosos y abstinentes y santos viven a la luz de la idea Divina, sino que también pueblos enteros que incluyen dentro de ellos todas los distintos niveles humanos, hasta los amplios sistemas sociales y económicos… para plasmar esa aspiración se necesita que ese público tenga un estado político y social, un reinado nacional en la cúspide de la civilización humana, y la idea Divina absoluta gobierne allí y de vida al pueblo y la tierra con su resplandor de vida”.
Explica el Rav Kuk que justamente de hecho que parte de la esencia espiritual y la aptitud de Israel es expresar ese ideal nacional kadosh, no cabía que perdiesen la esperanza del gran ideal, sino que justamente lo contrario, había que cuidarse del entusiasmo exagerado y la precipitación sin límites por alcanzar el ideal sin la preparación necesaria y el largo y complejo proceso necesario para plasmarlo auténticamente. Y en sus palabras (Orot, LeMaalaj HaIdeot 24): “No se debe temer la languidez y la negligencia, sino que el entusiasmo que sobrepasa todos los límites… que abandona todos los senderos de la conducción y genera ruina y quebrantamiento en el mundo”. Por ello, enseguida después de la buena nueva del gran ideal, D’s les ordenó limitar el monte, para “detener el torrente del corrido, para que no sobrepase los límites”.
Como en aquel entonces, así también en nuestros días, para el individuo particular y para el público general: Justamente en situaciones de vinculación con la Torá y las mitzvot, situaciones acompañadas muchas veces de tempestades espirituales y gran entusiasmo emocional, hay que cuidarse mucho que el raciocinio guie las cosas con paciencia y delicadeza, según todas las preparaciones y niveles necesarios para adquirir la Torá auténticamente, no sólo en forma superficial y pasajera, D’s no lo permita, sino que en forma profunda e interna – “el tercer día les ordenó la limitación del monte”. 

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Aliá
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Acaso ha llegado el momento de ir a vivir a Israel, por los atentados en Francia?
Respuesta: Ya hace tiempo que llegó el momento. Llegó el momento desde que fuimos exiliados de nuestra tierra, pero en ese entonces no podíamos volver, por el decreto Divino. No estábamos exentos de la mitzva de hacer Aliá (inmigrar a Israel), pero no podíamos cumplirla. Por ello, de momento que los portones de Eretz Israel (la Tierra de Israel) se abrieron ya hace más de cien años, la mitzva volvió a despertar, y todos tenemos la obligación de hacer Aliá.
Pregunta: La pregunta se refiere a este momento, por la ola de atentados.
Respuesta: Es cierto que se debe escapar del terror. Pero si no hubiese terror, y todo estuviese tranquilo y calmo en el exterior, y aquí hubiese atentados y otras adversidades, todavía tendríamos la obligación de hacer Aliá, pase lo que pase. Porque esta es nuestra tierra, y nosotros la amamos. Como una mujer que fue encerrada en una casa ajena, sin poder salir, y allí le proporcionan toda la riqueza y las comodidades. Cuando la puerta sea abierta, ¿acaso no volverá enseguida a su marido y a su hogar, a pesar que sufrirá allí de la pobreza?
Pregunta: Pero hay quienes arguyen que no se debe escapar de la galut (el exilio), sino que continuar allí valiéndose de valor y valentía y soportarlo todo, ya sea desde el punto de vista espiritual y material.
Respuesta: Esa es una idea suicida. No hay ningún ideal de quedarse allí, por el contrario, hay que hacer Aliá incluso si en la galut reina la tranquilidad, y por supuesto si hay adversidades.
Cuando el Ramba”m llegó al norte de África allí habían decretos contra los judíos. Parte de ellos murieron santificando Su Nombre, y parte se convirtieron al Islam en apariencia. Cuando le preguntaron al Ramba”m, les dijo que hay una tercera solución que es la verdadera: Escaparse. Le contestaron que por supuesto que saldrán de la galut, pero esperan al Meshiaj
(el Mesías). Los advirtió el Ramba”m: El que así dice, peca y hace pecar a los demás, porque no sabemos cuándo llegará el Meshiaj, y mientras tanto o son asesinados o se convierten al Islam, y la fe en el Meshiaj no alcanza para detener esas dos cosas.
Pregunta: ¿En qué se diferencia de la situación que había en Gush Katif y en la península de Sinai, cuando dijimos que hay que quedarse y sacrificarse, sin temer del terror?
Respuesta: Porque Gush Katif y la península de Sinai son parte de Eretz Israel, y allí hay una mitzva de sacrificarse por la Aliá, por el asentamiento de la tierra y la lucha por ella. Y por supuesto que no tenemos ninguna mitzva de sacrificarnos por Francia u otra tierra ajena.
Pregunta: En general, ¿acaso se debe utilizar el argumento del terror para convencer judíos de hacer Aliá?
Respuesta: Ese es un argumento negativo. Si llegarán aquí y tendrán que enfrentar dificultades, ¿qué les diremos? Hay que hacer Aliá por argumentos positivos – es una mitzva, es nuestra tierra. Pero a veces el argumento negativo del terror hace despertar el anhelo interno auténtico.
Pregunta: Hay quienes arguyen que de todas formas los judíos que hacen Aliá son los que son fuertes en su judaísmo. ¿Quizás su obligación es quedarse allí, para fortalecer a sus amigos más débiles?
Respuesta: Hay algo de cierto en ello. Por ejemplo, el capitán del barco que se hunde primero evacúa a todos en lanchas de rescate, y él es el último en descender. Pero en este caso es distinto, por dos razones: Los capitanes no bajan lanchas para evacuar a los demás, ya que no organizan una Aliá. Y en segundo lugar el barco no se está hundiendo, sino que ya se hundió hace tiempo, se encuentra sumergido bajo el mar. Millones fueron asesinados en el Holocausto, y otros millones se asimilaron, lo que es apodado “el Holocausto trasparente”. Y es más, los casamientos mixtos en Francia son entre 65 a 85%.
Pregunta: Entonces, ¿hay que llamar urgentemente a los judíos de Francia a hacer Aliá?
Respuesta: Por supuesto, pero no alcanza con ello. Hay que ayudarles en tres campos: Encontrando institutos de enseñanza apropiados para sus hijos, encontrándoles trabajo, y viviendas en zonas donde hay otros olim (inmigrantes) de Francia, para facilitarles su asimilación social en el país.

Ya hace muchos años que fue creada una organización llamada “Aliá BeKvutzot” (inmigración en grupo), que organiza seminarios de familias en el exterior y paseos de estudio en Israel. klitaki@netvision.net.il
“Vete de tu tierra… a la tierra que te mostraré”.

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