Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Shmot 19
de Tevet 5775 No
1001
Rav David
Landau
Así también en
nuestros días, los gentiles fueron
los que comenzaron a ocuparse de nuestros asuntos y de la posibilidad
de la
edificación de un estado, y establecieron los cimientos a
través de
Am Israel (el Pueblo de Israel) es una
creación Divina singular, que tiene un
cuerpo fuerte e incluso un alma grande. Todo cuerpo tiene algo que le
da vida,
que es llamado “alma”. Eso es cierto tratándose de toda persona
particular, y
no menos tratándose del público, del pueblo.
También Clal Israel (la
totalidad genérica del Pueblo de Israel) tiene un alma,
Donación
de emergencia
Majón Meir se
encuentra en
una muy difícil situación financiera que le dificulta
continuar con su
actividad y pone en peligro de cierre su actividad en Arutz Meir.
Queridos amigos de
Majón
Meir, los necesitamos hoy más que siempre para continuar con
nuestra bendita
actividad y nuestro estudio y enseñanza de
Por favor, apóyenos
con su
donación y serán bendecidos del cielo.
Director de Majón
Meir
La felicidad al servicio de D's
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta: Este
es
un tema delicado. Si alguien realiza el culto a D’s para
alcanzar una experiencia sentimental o religiosa, es signo que sin duda
no está
sirviendo a D’s sino que a sí mismo. Significa que su culto a
D’s está
condicionado por cierto sentimiento religioso, no es puro.
Evidentemente,
también el culto Divino que no es desinteresado constituye un
culto a D’s, pero
si sirves a D’s a pesar de que no
sientes nada, entonces significa que lo haces sin condiciones.
Entonces, ¿qué
necesidad de pedir un consejo para descender de este nivel de servicio
Divino a
uno de culto insincero, tan sólo para sentir la emoción?
Sin duda, podemos estar convencidos que al final del camino
sentiremos
una emoción sagrada, sublime e intensa, pero no es ese el
objetivo del culto a
D’s. Existe una diferencia fundamental entre el saber y el querer.
Sabemos que
así será, pero no es el principal motivo.
Rabí Moshé Jaim Luzzato comienza su libro “Mesilat
Iesharim” señalando que el fundamento de
la santidad es
“encontrar el placer en las proximidades de D’s y disfrutar del
esplendor de Su
Presencia” (Cap. 1). No obstante, el Rav Kuk nos explica que “no hay
que
comprender esta expresión en el sentido de un deseo
egoísta” (Orot HaKodesh
Guimel 167).
El Señor del Universo creó al hombre para que
llegue al verdadero
regocijo a través del culto a D’s, pero el objetivo de nuestro
servicio debe ser
el cumplir con la voluntad Divina, o como lo expresa nuestro maestro,
el Rav Kuk:
“Dar satisfacción a nuestro Creador” (Musar Avija, 3:4).
Alcanzar la perfección
en nuestro culto a D’s significa cumplir “el culto sólo para
D’s”, la
aspiración de hacer únicamente la voluntad Divina y no
para obtener un premio,
ni siquiera una gratificación sentimental.
Se puede comparar esta situación a una persona que
salvó a su ciudad y
recibió por hacerlo una gran recompensa de mil piezas de plata.
Debe estar
feliz por haber salvado a una ciudad y no por la recompensa recibida
(Musar
Avija, 3:4).
Nuestro objetivo supremo debe ser realizar la voluntad de
D’s, y sólo
después buscar la emoción. No siempre el individuo se
emociona. El Rav Kuk cita
el libro “Jovat HaLevavot” de Rabeinu
Bejaie Iben Pakuda, el que dice que quien desea cambiar su propia
naturaleza
para bien y llevar a cabo una revolución en su interior, debe
estar dispuesto a
probar el gusto del “medicamento amargo” (Shaar Avodat
Elokim, Cap.5). Evidentemente, quizás el remedio
sea dulce, pero hay que estar predispuesto a que también sea a
veces amargo (Musar Avija, 2:1).
No siempre nos emocionamos. El yerno del Rav Kuk se
quejó ante él por
el hecho de que no sentía un progreso en el estudio de
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