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Los cuatro pilares

Rav Shlomó Aviner
(Beahava Ubeemuna No630)

La dirección de la nación se basa en cuatro pilares: La Torá, la profecía, el sacerdocio y el reinado - justamente según ese orden. Hay varios asuntos que se expresan a través del número cuatro: Los cuatro términos de la gueulá (Redención), los cuatro hijos que son citados en la Hagada de Pesaj, las cuatro copas, etc. Cuando la raíz de todos ellos, son las cuatro letras del nombre de D’s – que son cuatro matices distintos de la revelación de lo Divino en el mundo.
“Jueces y magistrados pondrás para ti en todas tus ciudades” (Dvarim 16:18). Hay un sistema judicial ordenado, que comprende jurados de tres jueces, de 23, de toda la ciudad, de toda la tribu, y de la totalidad de Am Israel (el Pueblo de Israel), que se encuentra en Har HaBait (el Monte del Templo) (Ramba”m, Hiljot Sanhedrin 1:1-2). En la cúspide, se encuentra el Beit HaDin HaGadol (Suprema Corte), cuyo papel es aclarar todas las dudas y diferencias de opinión. “Cuando te fuere demasiado difícil algún asunto de juicio... y te llegarás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y consultarás, y ellos te declararán la sentencia del juicio” (Dvarim 17:8-9. Ramba”m, Hiljot Mamrim 1:1).
Las diferencias de opinión son naturales: “De la misma forma que sus rostros son distintos, también sus opiniones son distintas”. El hecho que las personas son distintas, genera forzosamente diferencias de opinión. Las discusiones son nuestra forma principal de aclaración: La Gmará está llena de discusiones. Cuentan que cuando falleció Reish Lakish [sabio de la época del Talmud. N. del T.], le enviaron a su maestro y amigo – Rabí Iojanan – otro sabio para que estudie con él. Cada enseñanza de Rabí Iojanan, ese sabio le citaba fuentes que reforzaban su opinión. Le dijo Rabí Iojanan: “Qué pena!. Cuando estudiaba con Reish Lakish, cada enseñanza que yo decía, él me hacía 24 objeciones, y yo me veía forzado a encontrar 24 respuestas a ellas, y de esa forma las cosas se aclaraban y se ampliaban. Pero tú sólo refuerzas mi opinión... Acaso yo no se que tengo razón?!” (Baba Metzia 84A). Las ratificaciones no ayudan a aclarar, mientras que las objeciones nos obligan a profundizar, aclarar y ampliar los temas. Hay que acostumbrarse a pensar que cada asunto puede ser visto de distintas formas. En el Sanhedrin (Suprema Corte de Justicia) sólo se acepta al sabio que sabe 150 argumentos para purificar el sheretz [nombre genérico de distintos tipos de animales impuros. N. del T.] (Sanhedrin 17A). Pero el sheretz continuará siendo impuro!. Qué sentido tiene esforzarse por inventar argumentos para purificarlo?!. A primera vista, es sólo vanidad! (Sanhedrin 17A, Tosafot). Pero es que si bien es cierto que el sheretz tiene aspectos puros, ellos son nulos en comparación a los aspectos impuros, y en la práctica será considerado impuro – a pesar que no hay que desentenderse de sus aspectos puros, como explica el Mahara”l de Praga en varios lugares (Beer HaGola, Beer Alef, Pág. 19. Derej Jaim 5:17, Pág. 259. Jidushei Agadot, Guitin 6B). Nuestros sabios nos explican: “‘Agrupados’ – esos son los talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) que se sientan grupos, grupos, y estudian la Torá. Estos impurifican, y aquellos purifican, estos prohíben, y aquellos permiten, estos descalifican, y aquellos califican. Quizás tú digas: Entonces, cómo podré estudiar la Torá?!. Por ello continúa el versículo: ‘Las cuales fueron dadas por parte de un solo Pastor’ (Kohelet 12:11): Un sólo D’s la entregó, un mismo Proveedor, todos lo escucharon del Señor de todas las Obras, bendito sea. Como dice el versículo: ‘Y dijo el Señor todas estas palabras’ (Shmot 20:1). Entonces, tú debes esforzarte por escuchar atentamente y entender los argumentos de los que impurifican y los que purifican, los argumentos de los que prohíben y los que permiten, los argumentos de los que descalifican y los que califican” (Jaguiga 3B). Hay que estudiar y saberlo todo - para poder determinar la halajá (Sanhedrin 7A. Ramba”m, Hiljot Sanhedrin 2:1).

La Mishná nos cuenta que hasta la época de Iosi Ben Ioezer y Iosi Ben Iojanan lograron determinar la halajá en toda discrepancia (Ver Jaguiga 16A. Y también Talmud Ierushalmi, allí). No es lógico que hasta esa época no habían discusiones: Las había, pero determinaron la halajá según mayoría de opiniones. Las pautas prácticas para todo Am Israel eran las mismas – salvo un sólo caso extraordinario (Jaguiga 16A. Sanhedrin 84B)...
El papel del Sanhedrin es resolver y determinar una pauta práctica uniforme, para que nadie haga lo que le plazca basándose en su opinión en base a la Torá. ElZaken Mamre” (sabio rebelde) – que determina la halajá en algún tema en forma opuesta a la opinión del Sanhedrin – es castigado con el ahorcado (Sanhedrin 7A. Ramba”m, Hiljot Sanhedrin 2:1): Se puede pensar distinto que la mayoría de los sabios del Sanhedrin – pero está prohibido determinar las pautas prácticas en contra de su opinión (Ramba”m, Hiljot Sanhedrin 3:6-7. Pero el Sanhedrin puede permitirle enseñar su punto de vista, siempre y cuando no ordene a las personas hacer como él dice. Mishpat HaHoraha, del Maharit”z Jaiut).
Puede ser también que el Sanhedrin se equivocó: Es muy poco probable – porque está compuesto de los más grandes sabios de todo Am Israel – pero es posible. De todas formas, es preferible que haya una posibilidad de error de una millonésima, a que la autoridad del Sanhedrin sea puesta en tela de juicio, y cada uno haga lo que le parece correcto, y de esa forma ocurrirán muchos errores, mucho más severos y genéricos (Sefer HaJinuj, Mitzva 495-496).

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