Majón
Meir |
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El
consuelo doble
Rav Eran
Tamir
(Beahava
Ubeemuna No627)
Los capítulos de consuelo – que
leeremos en los
próximos Shabatot – comienzan con el versículo
“consolad, consolad a Mi
pueblo, dice vuestro D’s” (Ishaya 40:1). Y hay que aclarar: Por
qué fue dicha
dos veces la palabra “consolad”?. Acaso no alcanza con consolar una
vez?.
La pregunta se agudiza cuando analizamos las citas
respecto al tema de la destrucción de Ierushalaim y el Beit
HaMikdash
(El Templo), el exilio y la miseria de Am Israel (el Pueblo de
Israel),
y el éxito de las otras naciones – lo que constituye el golpe
más duro de los
mencionados por
Aprendemos de
ello un principio básico importante, en lo que respecta a
nuestra concepción y
fe en la vida: La persona se encuentra sumergida en la vida del
presente. Él
está ocupado con sus necesidades y con sus asuntos. No
sólo en la vida del
particular, sino que también en la vida del pueblo es
así. Muchas veces la vida
presente es difícil, complicada, un problema tras otro, una
desgracia tras
otra. De esa forma la persona puede llegar a desalentarse, porque no le
ve un
futuro a su vida, y por supuesto que no ve cómo la
situación presente – tan
complicada, brumosa y confusa – es parte del futuro al que aspira
llegar. Por
ejemplo: Estamos sumergidos hasta el cuello ya hace muchos años
en dos temas
centrales, relacionados con nuestra subsistencia. El tema de la
seguridad
nacional – en relación con los enemigos por fuera – y el tema de
la economía –
en relación a la sociedad israelí por dentro. Ocupados en
esos temas, no
tenemos tiempo para pensar y actuar en los temas más
auténticos: Todo eso, para
qué?!. Cuál es la esencia, cuál es el significado
de todo eso?. En realidad,
sólo cuando esos problemas existenciales sean resueltos, y
comencemos a
aclararnos quiénes somos y cual es la meta de nuestra vida –
sólo entonces
llegaremos finalmente a nosotros mismos y a nuestra independencia.
Pero mientras tanto - cuando hay
tantos problemas,
y tal parece que sólo se multiplican y profundizan, hasta tal
punto que se
pierden todos los valores – muchos de nosotros pierden
la
esperanza del futuro que nos corresponde realmente. Y por supuesto que
no son
capaces de entender cómo este proceso presente – con todos sus
problemas – es
parte de la edificación del futuro que nos espera.
Y por ello, necesitamos un
consuelo doble: Se nos
dice que a pesar de todo, finalmente llegaremos al buen y pleno futuro.
Y
también se nos dice que todo eso, todos los acontecimientos
torcidos,
incorrectos e innecesarios – a primera vista – también ellos, y
justamente
ellos son los que nos conducirán al futuro. Y por supuesto, debemos corregir
todo lo que podamos.
Como Rabí Akiva - en el momento de la terrible
destrucción, del Beit
HaMikdash y de Eretz Israel (
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