Sólo
hoy
Rav
Shlomó
Aviner (Beahava Ubeemuna No607)
Pregunta: Muchas veces me siento desalentado. Yo realmente
me esfuerzo y me empeño en corregir mis virtudes y mis acciones
– y no lo
logro. Miro mi pasado, y mis ojos se oscurecen. Miro mi futuro, y si
soy
sincero conmigo mismo, si soy realista – no veo ninguna esperanza.
Tantas veces
he caído, me he levantado – y al otro día, he vuelto a
caer!. Hoy me estoy
comportando bien – pero no me parece que por mucho tiempo. Entonces,
para qué
esforzarme hoy?.
Respuesta: Tú has dicho la respuesta:
“HOY”. D’s no te
exige que corrijas todo tu futuro, sólo HOY. “Hoy – si
escucharéis Su voz”
(Tehilim 95:7). Hoy, sólo hoy. Cuando se ayuda a personas que se
encuentran en
un estado de adicción, a veces se utiliza un método: No
se les exige corregir
su conducta para siempre - sólo hoy. Y mañana – veremos.
Así nos explica el Rav Kuk
(Midvar Shur): Nuestros sabios dijeron
“arrepiéntete el día anterior a tu muerte” (Avot 2:10). Y
cuando le preguntaron
a Rabí Eliezer sus discípulos quién sabe
qué día morirá?, les dijo: "Entonces,
que se arrepienta hoy, porque quizás mañana
morirá!" (Shabat 153A). Si así
es, por qué no dicen simplemente: Que se arrepienta cada
día?. Porque no es
la misma tshuva (arrepentimiento sincero). Si una persona
cree que
todavía le quedan muchos años de vida, debe planear el
presente y el futuro
para que no vuelva a reincidir en su falta. De esa forma sentirá
sobre sus
hombros un pesado yugo, y perderá la esperanza de arrepentirse
sinceramente:
Quién sabe qué pruebas le esperan en el futuro?.
Por ello, le decimos:
Prepárate sólo para un día. “Y por un sólo
día, le será fácil vencer a su instinto en las
pruebas que encontrará, incluso
si se ha acostumbrado a hacer el mal – D’s no lo permita. Y
después, se
esforzará otro día más, hasta que se acostumbre a
andar por el buen camino”
(Midvar Shur 88-89).
Ese es el secreto de la
concentración de las fuerzas: No te
disperses, concéntrate en lo que haces en este momento, y en
este día (ver
Musar Avija 2:2, Bejol Drajeja Daeu). Pero toma en cuenta que puede que
toda tu
vida tengas que luchar por alcanzar las mismas metas. También Tzaha”l
(Ejército de Defensa de Israel) lucha con gran sacrificio contra
nuestros
enemigos desde la
Declaración de la Independencia
– y todavía hay enemigos. Pero
cumple su papel, y se merece gran aprecio. También el libro “Tania”
fue
escrito para la persona beinoni (medio. Ni justo, ni malvado.
N. del T.)
que toda su vida lucha contra el mismo Ietzer HaRrá (mal
instinto), y
gracias a D’s logra vencerlo en sus acciones, sus palabras y sus
pensamientos.
Hay una antigua leyenda griega,
según la cual un personaje fue
castigado de una forma muy frustrante: Debía llenar con agua
para toda la
eternidad un barril perforado, que se vaciaba todo el tiempo. Salvando
las
grandes diferencias, nuestros sabios nos cuentan que el que estudia y
se olvida
todo lo que estudia – en forma semejante al barril que se vacía
constantemente
– no debe preocuparse, porque será recompensado por cada balde
de agua que
volcó en el barril. En otras palabras: “La recompensa, es
proporcional al
esfuerzo” (Avot 5:23). D’s no juzga a la persona por sus logros, sino
que en
base a su esfuerzo, en base a la utilización plena de las
fuerzas de su alma.
Cada persona en la tierra tiene
condiciones de inicio y
condiciones de lucha distintas. Por ello, no es juzgada según
los logros, sino
que según su lucha. “Y quizás tú digas: Yo estudio
mucho, y él estudia poco?.
Ya sea que estudia mucho o estudia poco, lo importante es la
intención” (Brajot
17A).
Escribió el Rav Kuk
(Shmona Kvatzim 8:36): No debemos desesperar
si después de esforzarnos muchos años nos encontramos
exigiéndonos en los
mismos asuntos que tanto nos ocupamos de ellos y andamos en derredor. Y
en lo
que respecta a las cosas básicas de las buenas virtudes, a veces
nos
encontramos en la misma situación, permanecimos en nuestra
pequeñez, y nos
vemos necesitados a lo largo de toda nuestra vida del mismo esfuerzo
para
superar problemas morales sencillos – es decir, nos encontramos en el
mismo
punto de partida. Pero después de todo, sabemos que nuestro
esfuerzo no fue en
vano, y nuestro espíritu se ha enriquecido mucho con esa labor.
El sentimiento
de frustración que nos acompaña cuando nos damos cuenta
que después de tanto
trabajo todavía nos encontramos en la oscuridad, llega para
enseñarnos: Qué
pretende D’s de nosotros?. Él pretende que siempre – incluso
hasta la vejez –
nos encontremos armados de nuestras fuerzas espirituales, para trabajar
y
cargar, y nunca digamos que ya hemos terminado nuestra tarea. Porque la
meta no
es alcanzar algún logro, sino que elevarnos, y siempre andar
trepando. Y cuando
nos ataca algún sentimiento de holgazanería que pretende
debilitar nuestro
esfuerzo, y nos hace ver la dura realidad: Tal parece que todo nuestro
esfuerzo
pasado no tuvo ningún fruto, como si permaneciésemos en
la misma situación
inicial en la que empezamos a trabajar, de pobreza de espíritu y
congoja. Eso
no es para que desesperemos – D’s no lo permita – sino que para
hacernos
recordar que debemos luchar siempre, que no debemos alcanzar una meta
determinada sino que luchar. “Bienaventurado sea el hombre temeroso de
D’s que
desea las mitzvot” – las mitzvot en sí, y no su
recompensa. Y
después que aceptemos con buen corazón la época de
oscuridad, nos alumbrarán
luces nuevas- viejas, “D’s es mi luz y mi esperanza – de quién
temeré?”
(Tehilim 27:1).
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