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“Hazte un Rav” – y respeta a los demás
Rav Shlomó Aviner
(Beahava Ubeemuna No584)

Pregunta: Estoy confundido. Hay tantos Rabanim (Rabinos), tantas escuelas!. Cómo sabré a cual seguir?. Por qué no se unen, y no conforman una especie de Sanhedrin (Corte Suprema)?. Y por qué no todos los Rabanim se alinean según los más grandes Rabanim de nuestra generación?.
Respuesta: Esa es una muy dolorosa pregunta. Antes que nada, en cuanto al Sanhedrin: Ya escribió el Rav Kuk que para conformar un Sanhedrin se necesitan Rabanim muy grandes, de un nivel muy elevado, que no hay en nuestros días (Iguerot HaReaya Alef 341). Y si así era en su generación, mucho más en la nuestra. Pero él se esforzó mucho por fundar la preparación para el Sanhedrin (Iguerot HaReaya Bet, Pág. 59-60) – eso es la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato) de Israel (Maamarei HaReaya 455). Y por ello, si tú deseas la unión de los Rabanim, por favor, fortalece el respeto y la posición de la Rabanut HaRashit de Israel – pero no digas que ella no representa exactamente tu forma de pensar. Porque el que dice “yo soy partidario de la unión de los Rabanim, pero a condición que todos sean como yo” – no ha entendido qué es unión (véase lo que cuenta la Gmará, Rosh HaShana 25B). Así es, la Rabanut HaRashit es el camino para llegar a la unión de los Rabanim, pero no debemos abrigar falsas esperanzas: Los Rabanim no se unirán hoy, ni tampoco mañana: Todavía llevará mucho tiempo.
En efecto, cuando no hay un Sanhedrin, se debe acatar a los más grandes Rabanim de la generación, como dice el autor del “Sefer HaJinuj”: Los grandes Rabanim son los suplentes del Sanhedrin (Sefer HaJinuj, Mitzva 495). Y también así dijo Tosafot respecto a un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) excepcional (Tosafot, Baba Kama 41B). Pero, quién decidirá cual es el talmid jajam excepcional de la generación?!. Si le preguntarás a un jasid, te dirá que es su Admo”r (el Rav que dirige su corriente jasídica). Si le preguntarás a un litai (procedente de las comunidades de Lituania), mencionará a algún erudito de la halajá. Si le preguntarás a un leumi-dati (nacionalista religioso) señalará a algún gran Gaón (erudito del estudio de la Torá), un jasid de Breslav dirá que es Rabí Najman, y un jasid de Lubabitch dirá que fue el último Rebi de Jabad. Y todos tienen razón, todos son grandes talmidei jajamim, “todos ellos son amados, todos ellos son dilectos, todos ellos son kdoshim (santos), y todos ellos cumplen con reverencia y temor la voluntad de su Creador, y todos ellos abren sus bocas con santidad y pureza” (Birkat Iotzer Or) – pero no se ponen de acuerdo. Pero hay un pasillo que conduce al salón: El “salón”, es que todos los Rabanim lleguen a un acuerdo, y el “pasillo” es que cada uno siga por su camino, respetando a los demás. Sin pasar por el “pasillo”, nunca llegaremos al “salón”.
Por ello, en la época del “pasillo” – que no sabemos cuanto durará – “hazte un Rav” (Avot 1:6), y dirígete tras él. Pero respeta todo otro Rav, y respeta a todo aquel que acata otro Rav. No pretendas imponer tu forma de pensar, y no descartes las otras posibilidades. Y si tienes un Rav, continúa tras él, no le temas a nada, incluso si su opinión es única frente a todos los demás que se oponen.
Lee lo que cuenta la Gmará, que donde habitaba Rabí Iehudá del Galil cocinaban y comían carne de ave con leche, y donde habitaba Rabí Eliezer talaban árboles en shabat si era necesario para preparar un cuchillo para hacer el Brit Milá (circuncisión) (Shabat 130A). Y así continuaban haciéndolo muchos años después que esos Rabanim habían fallecido, porque los habitantes de sus lugares eran considerados sus discípulos, ya que el Rav de un lugar determinado es como si fuese su maestro devoto (ver Jazon Ish, Iore Dea 150:5). Y ya escribió el Rashb”a que se debe acatar al Rav de un lugar incluso si su opinión es única frente a la de todos los demás (Shut HaRashba 1, inciso 253. Shuljan Aruj, Joshen Mishpat 25:2, acotación). Y el Gaón, el Rav Solovietchic escribió que en todas las generaciones siempre hubo grandes sabios de la Torá que tenían distintas formas de pensar y formas particulares de rendirle culto a D’s, como Rav Guidel y Rabí Iojanan (Brajot 20A), que tenían formas peculiares de rendirle culto a D’s, y no cambiaron de parecer (Divrei Hashkafa 235-240).
Y escribió el Rav Tzvi Shijter que en la Gmará (Iebamot 14) es aclarado que si un talmid jajam discrepa con los grandes Rabanim de su generación, incluso si su opinión es única frente a la de todos los demás, él y sus discípulos tienen el deber de continuar enseñando e incluso conduciéndose según su opinión. Y la pauta de “seguirás a la mayoría” (Shmot 23:2) se refiere al resto del pueblo, que no son sus discípulos. Y también escribe que todo talmid jajam que llegó al punto que puede determinar la halajá, tiene la obligación de exponer su opinión, de acuerdo a lo que él estudió y concluyó que es lo correcto (Nefesh HaRav 60-62). Él incluso cita al Gaón de Vilna (fue citado también al respecto en el libro Jut HaMeshulash, de Rabí Jaim de Voloshin, al final del inciso 9) que si ha llegado a una conclusión contraria a lo que determina el Shuljan Aruj (el libro de halajá por excelencia), pero determina la halajá como dice este último, trasgrede la prohibición de “no complacerás al grande en el juicio” (Vaikrá 19:15, Nefesh HaRav 62).
Incluso un discípulo que no opina como su Rav tiene prohibido callarlo, porque está escrito “te alejarás de la mentira” (Shmot 23:7, Shavuot 31A). Y también está escrito: “‘No habéis de temer a nadie’ (Dvarim 1:17) – no callarás por miedo a nadie” (Sanhedrin 6B). Por ello, en el Sanhedrin se comienza por los sabios más pequeños (Sanhedrin 32A), porque de lo contrario puede que no se atrevan a expresar su opinión cuando escuchen alguno de los grandes sabios diciendo lo contrario, y de esa forma trasgredirán la prohibición de “no le temerás a nadie”(Sanhedrin 36. Y véase Nimukei Iosef y Tosafot allí). No hay favoritismos tratándose de
l estudio de la Torá, y el discípulo tiene el deber de perseguir la verdad, incluso si será atacado por ello.
La regla es que un talmid jajam después de haber reconocido su verdadero valor con humildad, sabiendo que es muy pequeño, pero teniendo una forma de pensar y de rendirle culto a D’s determinada que es producto de su esfuerzo en el estudio de las fuentes de la Torá, no tiene la obligación de anularse e incluso lo tiene prohibido. Esa es la forma correcta de conducirse, y la Torá tiene 70 rostros distintos, y no se trata de una posibilidad número 71 – que es ajena a la Torá. Por ello, él desea que todos se dirijan por su camino, y es esa su obligación.
La regla es “hazte un Rav”, dirígete tras él, y permítele a los demás dirigirse tras su propio Rav.

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