Majón
Meir |
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La
recompensa por traer a los niños
Rav Itiel
Ariel (Beahava
Ubeemuna No582 )
Esta vez quiero hablar de un tema
delicado que surge en nuestra Parashá: Cuál es la
forma correcta de integrar a los niños en el Beit HaKneset
(sinagoga)?.
Debo confesar que me ocupo mucho de ese tema en la dirección de
mi comunidad, y
según lo que tengo entendido también
inquieta a casi todas
las comunidades existentes.
Aprendemos y volvemos a repetir una y otra vez en
las Parashot semanales que la consolidación del
público de Clal
Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel) exige
incluir dentro de
él también a los niños. El pacto entre D’s y Am
Israel (el Pueblo de Israel) incluye
también a los niños pequeños – “estáis
hoy todos vosotros en presencia del Eterno... vuestras cabezas de
vuestras
tribus, vuestros ancianos, y vuestros magistrados, con todos los
hombres de
Israel, vuestros niños…” (Dvarim 29:9-10) – y también
ellos son partícipes de
la responsabilidad mutua dentro del pueblo. También nos es
prometido al final
de
Y en el medio, se encuentra la mitzva de reunión del
pueblo al
término del año de Shmita – “congregarás
el pueblo, los hombres y las
mujeres y los niños” (Dvarim 31:12). Y ya comentó Rashi
basándose en
Y no es por azar que el Ramba”n determinó según la
interpretación
sencilla que se trata de niños que han llegado a una edad en la
que sus padres
ya tienen la obligación de educarlos [6 o 7 años de edad.
N. del T.], porque
sólo en ese momento hacerlos participar de esa ceremonia en la
que se vuelve a
aceptar
Pero tal parece que el principal provecho no se limita al plano
intelectual solamente, sino que principalmente al plano de la vivencia
– que
existe en el niño también antes de la edad en la que
comienza la obligación de
educarlo. El Temor a D’s no se adquiere solamente a través de
una investigación
abstracta, y no cabe dudas que los niños necesitan de una
vivencia educativa, y
no un sermón común. Y por ello fuimos ordenados traerlo
con nosotros a la más
elevada ceremonia pública de aceptación del Yugo Divino,
porque esa vivencia se
grabará profundamente en él, y no hay un estudio
más importante.
Es más, también el público obtiene un gran
provecho del acompañamiento
de los niños en esa ocasión, también en el plano
de la vivencia. La presencia
de los niños dentro del público es una profunda
expresión del anhelo de todo
padre y madre del éxito de la educación de sus hijos, de
su Temor a D’s y de su
culto, y no hay una dicha mayor para los padres que aceptar juntos el
Yugo
Divino, una generación acompañada de la otra. Y el autor
del libro “Sfat
Emet” agrega que esa misma es la recompensa: D’s los ayudará
a concretar
ese anhelo educativo por el que los padres tanto se sacrifican, y
arraigará en
el corazón de los hijos Su Temor.
Y si ese es el objetivo de la participación de los niños
en
Pero para cuidar esa vivencia en su pureza, debemos cuidarnos mucho del
error tan común, cuando el Beit HaKneset se transforma
en el lugar de
los niños a lo largo de toda
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