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La plenitud del defecto
Rav Itiel Ariel
(Beahavá Ubeemuná No564)

Gran parte de la Parashá de nuestra semana habla de la descalificación de un animal falto como ofrenda, y de un Cohen (sacerdote) defectuoso en ese tipo de labor, detallando pormenorizadamente cada tipo de defecto. Es más, el que lea en el "Sefer HaMitzvot" del Ramba"m encontrará nada menos que 10 mitzvot distintas - positivas y negativas - relacionadas con ese tema, cuando su resumen esquemático es que tanto el que realiza la ofrenda como el animal deben carecer de todo tipo de defecto. Y esa descalificación exige una explicación: Acaso un insignificante defecto externo en el cuerpo del Cohen descalifica su personalidad a los ojos de D's?. Acaso no fue dicho que "el hombre mira a los ojos, mas el Eterno mira al corazón" (Shmuel Alef 16:7)?. Acaso debemos interpretar que el mensaje educativo que nos es trasmitido de nuestra Parashá es que el inválido y el deforme son dejados de lado, como si no fuesen iguales a los demás en el plano espiritual, y su destino es ser excomulgados y vivir aislados de la sociedad?.
El profeta Malají cuando trató ese tema, justificó la descalificación del defectuoso utilizando una comparación entre el que presenta una ofrenda al gobernante y el que la presenta a D's: "Y si ofrecéis en sacrificio un animal ciego, no es malo?. Y si ofrecéis un animal cojo o enfermo, no es malo?. Preséntalo a tu gobernador!. Por ventura él se agradará de ti, o aceptará tu persona?" (Malají 1:8). Pero esa comparación misma exige profundizar: Acaso es correcto imputarle a D's esa preferencia basada en elementos superficiales, como un gobernador de carne y hueso, cuyos miopes ojos tienden a dejarse impresionar de la gracia superficial de la ofrenda, y no tiene otra forma de juzgar la profunda intención del que la ofrece?.
Y en efecto, encontramos en las palabras de nuestros sabios una posición opuesta en cuanto a ese tema, una postura que puede nivelar la concepción educativa en cuanto a qué actitud debemos tomar frente a la invalidez y las distintas limitaciones. Cuando comentan el versículo que habla del que se arrepiente sinceramente, "el corazón contrito y afligido, oh D's, no lo despreciarás" (Tehilim 51:19), ellos ven en la aflicción del corazón cierto tipo de invalidez, una invalidez que no descalifica a la persona, sino que por el contrario, convierte su culto a D's en un culto más elevado - "todo defecto que descalifica al animal, cualifica a la persona" (Vaikrá Rabah 7). Y sin duda, esa formulación nos enseña que el defecto no es una descalificación esencial de la persona, sino que en el campo específico de las ofrendas, él se ve impedido.
Y por qué?. Porque el sacrificio expresa una vinculación total con D's, que permite la expresión plena de todos los aspectos de la persona, incluso los más superficiales y materiales. Y a los ojos de las personas, si la Torá consintiese de alguna forma con los defectos corporales podría generar un menosprecio del esfuerzo principal que es exigido - no renunciar a ningún detalle en el plano de los defectos espirituales. Y para recalcar que la vinculación con D's depende de la aspiración de la persona a la plenitud, no hay más remedio que descalificar todo lo que a los ojos de las personas podría ser interpretado como una renuncia a esa exigencia absoluta.
Y realmente, el culto a D's del Cohen no es el único campo en el que el defectuoso es descalificado. En forma semejante, encontramos respecto al nombramiento de un sabio para formar parte del Sanhedrin (Corte Suprema) que una persona defectuosa no puede ser juez, como nos enseñaron nuestros sabios en base al versículo: "'Toda tú eres hermosa, mi compañera, y no hay en ti defecto alguno' (Shir HaShirim 4:7) - en forma similar, el tribunal está limpio de todo defecto" (Iebamot 101B). Es más, nuestros sabios le dieron preferencia también a otras cualidades que están relacionadas con la apariencia externa de los miembros del Sanhedrin - "no se nombra un juez del Sanhedrin, salvo que sea alto". Y por qué?.
El Ra"n en sus darshot (5) agrega otro campo en el que es exigida una apariencia externa soberbia y plena - en el plano de la profecía. Como se puede entender según la interpretación más simple de las palabras de nuestros sabios: "La Shjina (manifestación de la Presencia Divina) mora sólo en una persona sabia, valiente, rica y modesta" (Shabat 92A) - es decir, una apariencia externa que imbuye respeto, junto con una plenitud de virtudes. Y él recalca que esas cualidades son necesarias por la delicada posición del profeta frente al público, cuando su papel es amonestarlo, y más de una vez será despreciado - él y su misión - y amenazado, como encontramos que le sucedió varias veces a los profetas. Y por ello, le es exigido al profeta que se prepare a sí mismo desde un principio, y sea conciente de la resistencia natural con la que se encontrará, y proveerse de una apariencia que lo haga ser respetado frente al público.
Y en resumen - ese es el punto. Mientras el defectuoso sea considerado a nuestros ojos como una persona deficiente, debemos ser concientes de ello y evitar colocarlo en posiciones que representan a nuestros ojos la "Persona de D's", en su plenitud. Pero en realidad, debemos procurarnos un punto de vista más profundo, según el cual justamente "no hay nada más pleno que un corazón quebrantado".

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