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La avidez de la carne
Rav Itiel Ariel
(Beahavá Ubeemuná No517)

El episodio de los que apetecían comer carne constituye la cumbre de la pasión por el materialismo ordinario de Am Israel, cuando los términos utilizados para expresar esa avidez son dichos en público en la forma más directa y falta de vergüenza - "quién nos dará de comer carne?" (Bamidvar 11:4). El Rambán (allí) recalca cuan absurda era esa pasión, cuando los que comían el Man (alimento milagroso) - que era sabido por su excelente sabor - llegaron a desear en forma imaginaria y artificial "como si deseasen comer carbón, polvo y los alimentos pútridos". Y tal era su deseo que finalmente se hastiaron, y al término de todo un mes continuo en el que se entregaron a la comida de la carne, llegaron a la repugnancia - "hasta que os salga por las narices y os cause asco" (Bamidvar 11:20).
De esa forma comenta Rav Vejaiei el número de días que comerán carne que los versículos especifican: "No la comeréis por un día, ni por dos días, ni por cinco, ni por diez días, ni por veinte días" (Bamidvar 11:19). Esa detallada lista exige ser estudiada. En su opinión, esa enumeración se efectúa con los dedos de las manos y los pies, e insinúa la forma en que come apasionadamente una persona. Al principio, come con un dedo, y con dos. Pero finalmente, cuando ya ha comido con todos los cinco dedos y los diez dedos de sus manos, termina comiendo también con los veinte dedos de las manos y los pies, de tanta avidez...
También el momento en que ese episodio ocurre exige ser estudiado. Ese ímpetu estalló justamente en la primer vez que emprenden la marcha del Monte de D's [donde fue entregada la Torá. N. del T.] a Eretz Israel, en el momento en que Am Israel se encontraba en el nivel más alto y eran semejantes a ángeles celestiales. Sólo hace unos pocos días se encontraban a los pies del Har Sinai (Monte de Sinai) y fueron merecedores de ser ordenados en escuadrones como ángeles Divinos, y ahora ellos se rebajan comiendo ordinariamente como bestias!. Acaban de ser enumerados en el Ejército de D's, y gracias al Arón HaBrit (El Arca) que marcha delante de ellos fueron prometidos que sus enemigos se dispersarán en todas direcciones, pero en la lucha con la pasión más básica, frente a la avidez por la carne son totalmente derrotados!?.
Pero en realidad ese es el punto: Justamente una forma de vida milagrosa y elevada que vivió la "Generación del Conocimiento", que se centró en el desarrollo del vigor en el plano espiritual, les hizo sentir una carencia acumulativa en cuanto al vigor en los demás planos naturales. El Sfat Emet (5631) formuló esa idea en forma muy tajante, e hizo notar que de la expresión utilizada por el versículo - "desearon apasionadamente" (Bamidvar 11:4) - podemos concluir que se trata de una pasión idealista. Justamente ese elevado nivel espiritual en el que se encontraban debilitó la fuerza de la pasión, hasta tal punto que todo su apasionamiento tenía por objetivo sentir la existencia misma del deseo material, y utilizarlo también para el culto a D's.
En efecto, el delicado equilibrio entre todas las distintas fuerzas no es posible alcanzarlo de inmediato, sino que a través de un largo proceso, que sólo puede llegar a su culminación en Eretz Israel. En Eretz HaKodesh (Tierra Santa), en la que existe una mitzva de la existencia misma de una vida cotidiana común, sólo allí podremos ser merecedores de "comer de su fruto y saciarnos de su abundancia" (bendición MeEin Shalosh), lo que es considerado una mitzva por su kdushá (santidad). Y cuanto más difícil le es a Am Israel hallar el correcto equilibrio entre materia y espíritu, entre laico y kodesh (santo), así también el camino a Eretz Israel se hace más largo, se complica más y más.
Entonces, el pecado de los que desean carne de cada generación - con todo su materialismo y bajeza - no expresa necesariamente el desprecio por la vida de acuerdo a la Torá y la vida espiritual, y no necesariamente concluirá con el abandono de los valores: Por el contrario, justamente esas fuerzas fueron destinadas para lograr grandes metas, siempre y cuando se efectúe un proceso de control y refinamiento para "separar lo precioso de lo vil" (Irmya 15:19).

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