El
hogar judío y el Beit HaMidrash
Rav
Iaacov
Filver (Beahavá Ubeemuná
No521)
El malvado Bilam pretendía maldecir a Am
Israel, pero D's invirtió
su maldición y la transformó en bendición, y al
respecto dijeron nuestros
sabios: "De las bendiciones de ese malvado se deduce qué
maldición deseaba
pronunciar" (Rashi).
Una de las bendiciones
más conocidas de Bilam fue: "Cuán hermosas
son tus tiendas, oh Iaacov!" (Bamidvar 24:5). Fueron dichos dos
comentarios distintos al respecto: Uno de ellos, es que se refiere al
hogar
judío, como dijeron nuestros sabios (Baba Batra 60A):
"'Alzó Bilam los
ojos, y vio a Israel acampado conforme a sus tribus' - qué fue
lo que vio?. Vio
que las entradas de las tiendas no se encuentran unas frente a las
otras, y
dijo: Se merecen que se revele en ellos la Shjina
(Presencia Divina)". Y Rashi
en su comentario, lo vincula con el versículo anteriormente
citado: "'Cuán
hermosas son tus tiendas, oh Iaacov!' - vio que las entradas de las
tiendas no
se encuentran unas frente a las otras". El hogar judío es el que
garantiza
ciertamente la continuidad judía. Cuando el Rav Kuk comenta la mitzva
de
encender las velas de Januca (Ein Ayá, Shabat,
cáp. 2, inciso 7) - que
debe ser encendida "cada persona con su casa" - dice que "en la
vida de la familia es notorio el fulgor hebreo, la pureza y el recato,
la fe y
todas las buenas virtudes que derivan de ellos". Y eso fue lo que los
Helenos intentaron desbaratar. Y por ello instituyeron nuestros sabios
que esa mitzva
no sea del particular sino que familiar, "cada persona con su casa",
para destacar la importancia de la familia judía. Según
esa idea también Bilam
notó la importancia de la familia judía, y en un
principio intentó maldecirla.
Pero D's trocó su maldición en bendición, y
resultó una alabanza: "Cuán
hermosas son tus tiendas, oh Iaacov!".
Según la segunda
interpretación, el versículo se refiere al Beit
HaMidrash (centro del estudio de la Torá)
y el Beit Kneset (Sinagoga), como figura
en la Psikata:
"'Cuán hermosas son tus tiendas' - esas son las tiendas donde se
estudia Torá".
Y el Sforno en su comentario agrega: "Las tiendas son el Beit
HaMidrash,
como 'habitaba en la tienda' (Bereshit 25:27). Y las moradas, son el Beit HaKneset y el Mikdash que son consagradas a la morada de Su
Nombre y el rezo. Y dijo 'cuán hermosas', porque no sólo
son buenas para con
los que allí se encuentran, sino que para con toda la
nación". Y en
efecto, al principio del Sidur
(Libro de Oraciones) cuando se entra al Beit Kneset se dice: "Cuán hermosas son tus tiendas, oh
Iaacov...".
Y ambos comentarios no son
incompatibles,
sino que se complementan: El Beit HaMidrash
y el hogar judío son las dos columnas sobre las que se basa el
pueblo judío. Pero
no como dos unidades separadas, como si cada uno fuese un mundo de por
sí, sino
que como dos camaradas que juntos expresan la vida auténtica.
Eso es válido para
con el joven alumno que es
enviado por la casa a la ieshiva a educarse - cuya
educación será exitosa sólo cuando la
atmósfera y la vida en la casa no
contradigan los valores y los mensajes que el alumno recibe en el Beit HaMidrash. Y también el Beit HaMidrash no debe aspirar a desvincular y
enajenar al alumno
al hogar y la vida familiar, sino que el alumno cuando regrese a su
casa se
encuentre vinculado con ellos como uno más de la casa. Y
también el Rosh Ieshiva (Dirigente de la ieshiva) no debe ser un sustituto del
padre, ni la ieshiva debe tomar el lugar del hogar paterno.
Sólo cuando hay una armonía
entre ambos podemos decir: "Cuán hermosas son tus tiendas, oh
Iaacov".
Y también es
válido para con el adulto que ya constituyó un hogar en Am
Israel; también él debe tener cuidado que el pasaje
del Beit HaMidrash
al marco de edificación de una familia no implique una
enajenación a su pasado
en la ieshiva: Por el contrario, el Beit HaMidrash es
una
preparación para la vida judía. Y así comenta el
Rav Kuk la oración que se
pronuncia antes del comienzo de cada nuevo mes, "una vida con temor a
D's
y temor del pecado": "Que el temor al pecado se encuentre unido a la
vida". Porque hay personas que tienen temor al pecado, pero sólo
cuando se
alejan de la vida común y bulliciosa: Cuando se encuentran en la
vida, en sus tareas
y asuntos, el temor al pecado los abandona, porque no se encuentra
asociado con
la vida. Y por ello rogamos que el temor al pecado de la persona se
encuentre
dentro de la vida práctica misma. Como dijeron nuestros sabios
(Ioma 71)
respecto al versículo "andaré delante del Eterno en la
tierra de los
vivientes" (Tehilim 116:9) - esos son los mercados.
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