Majón
Meir |
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Hijos y
siervos
Rav Elishá Aviner (Beahavá
Ubeemuná No560)
La "Fiesta de las Matzot" está
flanqueada por dos
días de Iom Tov: Uno en su inicio, y otro a su final.
Ambos señalan los
dos polos de la fiesta, paralelos a dos grandes acontecimientos
históricos en
los anales de la nación: La salida de Egipto, y el rasgado de
las aguas del Iam
Suf. Muchos preguntaron dónde se encuentra la cima: En el
primer día, o en
el último?. Acaso nosotros trepamos en el transcurso de la
festividad, del
primer día al último, o por el contrario, descendemos
lentamente de la cima del
primer día - la Noche de Vigilia - al séptimo día?.
Los grandes talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá)
de las corrientes jasídicas contestaron que el sentido general
de los días de
la festividad, es de subida - del nivel de "siervos", al nivel de
"hijos", de "siervos de D's" a "hijos de D's".
"Siervos" e "hijos" son dos términos con los que fue
apodado Am Israel, como decimos en el rezo de Rosh
HaShaná
(Principio de Año): "Hoy es el día del nacimiento del
mundo… ya como
hijos, ya como siervos". Cuándo se hizo Am Israel merecedor de esos términos?. Cuándo
nos merecimos ser apodados Siervos de D's, y cuándo Hijos de D's?.
Comenzaremos con el término "siervos
de D's". Nos convertimos en siervos de D's con la salida de Egipto:
Cuando
D's nos redimió de la esclavitud de Egipto, nos adquirió
como esclavos, como
dice el versículo "Él es tu padre que te
estableció" (Dvarim 32:6) -
como comentan Rashi y Rashba"m, que "estableció" en este caso
quiere decir "adquirió". Y continuó el Rashba"m diciendo
que
"te adquirió - redimiéndote de la casa de la esclavitud".
Y así dice
el versículo: "Porque Mis siervos son los hijos de Israel,
siervos Míos
son, a quienes Yo saqué de la tierra de Egipto" (Vaikrá
25:55).
Encontramos una insinuación de ello en la Gmará
(Meguila 14A), en cuanto al recitado del Halel (rezo de
alabanza). Una
de las razones por las que no se recita el Halel en Purim,
es que
en él decimos "alabad los siervos de D's" (Tehilim 113:1).
Nuestros
sabios aprenden de este versículo que "'alabad los siervos de
D's' - y no
los esclavos de Paró (Faraón)… y en ese entonces,
permanecieron bajo el
dominio de Ajashverosh". Sólo el que es siervo de D's puede
alabar a D's,
pero el que es esclavo de Paró o esclavo de Ajashverosh
no puede recitar
el Halel. Es por ello que en Pesaj recitamos el Halel
pero
no en Purim, porque también después del milagro
de la salvación, permanecieron
esclavos de Ajashverosh. La conclusión, es que cuando los hijos
de Israel son
esclavos de otras naciones, no pueden ser llamados "Siervos de D's":
Así fue también en la época de la esclavitud de
Egipto. Pero luego que Am
Israel fue liberado de la esclavitud de Egipto, fue meritorio de
llegar al
nivel de "Siervo de D's".
Y cuándo nos convertimos en "Hijos de
D's"?. En el séptimo día de Pesaj. En el rasgado
de las aguas del Iam
Suf, avanzamos otro nivel, y llegamos a ser "hijos", como
insinuamos en el rezo: "Hizo pasar a sus hijos entre las aguas rasgadas
del Iam Suf… Sus hijos contemplaron Su poder, dijeron
alabanzas y
agradecimientos" (Brajot Kriat Shma). Cuál es la relación
entre ese
milagro y el término "hijos de D's"?. Los grandes sabios
jasídicos
contestaron que para salvar a Am Israel ese milagro era
totalmente
superfluo: D's podría haberlos salvado deteniendo o demorando en
el camino a los
egipcios que los perseguían. Pero, si el milagro del rasgado
de las aguas no
era necesario para salvar a Am Israel, para qué fue hecho?.
La
respuesta, es que ese milagro expresa el amor de D's por Am Israel
-
como el amor de un padre para con su hijo.
En el midrash dicen que hasta el
rasgado de las aguas, no hubo ninguna persona que le cantó a
D's: Sólo a la
orilla del mar, en ese momento, Moshé, Miriam y los hijos de
Israel Le
cantaron. El midrash enumera todos los milagros que le
ocurrieron a
nuestros patriarcas - desde la salvación de la hoguera de
nuestro patriarca
Avraham en más - y recalca que los patriarcas no le cantaron a
D's, hasta que
llegó Am Israel a la orilla del mar. El Admo"r
de Sojotchov
explica que todos esos milagros eran necesarios en su momento para la
salvación
de los individuos particulares, o la colectividad, o alguna otra
necesidad
importante - y por ello no indujeron al canto a sus protagonistas. Pero
el
milagro del Iam Suf es singular, porque todo él es una
expresión del
amor de D's por Am Israel (Neot Deshe). Por ello, en ese
momento Am
Israel sintió la necesidad de cantarle a D's un canto de
amor - y de esa
forma accedimos al nivel de "hijos".
Como hemos dicho anteriormente, en la
salida de Egipto accedimos al nivel de "siervos", y ascendimos al
nivel de "hijos" en el rasgado de las aguas del Iam Suf.
Nuestra
relación con D's en el nivel de "siervo", es distinta a nuestra
relación en el nivel de "hijo". El siervo debe cumplir todas las
tareas que le son encomendadas por obligación. Él es una
propiedad de su amo, y
no es libre de decidir cómo vivir su vida. Incluso su voluntad
está esclavizada
a su amo. En contraste, el hijo cumple con la voluntad de sus padres en
base al
cariño y el vínculo profundo con ellos. También
hay otra diferencia
significativa: El vínculo entre los hijos y los padres es
eterno, no depende de
la conducta de los hijos. Esa es la naturaleza del vínculo entre
Am Israel
y nuestro Padre en el cielo, como determinaron nuestros sabios
(Kidushin 36): Rabí
Meir dice que incluso cuando Am Israel no se comporta como
"hijo de
D's", no dejan por ello de ser considerados Sus hijos - "de una forma
u otra [sean tzadikim o pecadores] son llamados 'hijos'".
La cima del culto a D's, es el nivel de
"hijos", y por
ello los días de Pesaj son días de avance y
ascenso - de un culto de
servidumbre a un culto de hijos, de un culto que se basa solamente en
el
aceptado del yugo, a un culto que se basa en la identificación y
en el sentimiento
de pertenencia. Bienaventurado es el que llega al nivel de "hijos",
cuando su culto surge de un gran amor por D's y un sentimiento de
vinculación
con Él. Pero de los días de Pesaj aprendemos
también que hay un camino
muy claro y definido para trepar a lo alto: Se comienza con "alabad los
siervos de D's", con "porque Mis siervos son los hijos de
Israel" y se culmina con "vosotros sois los hijos del Eterno, vuestro
Señor". El camino comienza recibiendo el yugo Divino y el yugo
de las mitzvot,
según la interpretación más sencilla, sin astucias
ni "rebajas",
cumpliendo escrupulosamente con cada mitzva incluso cuando no
nos
identificamos plenamente ni sentimos que nos elevamos: Ese es el nivel
del
"siervo". El que superó con éxito ese primer nivel, le
está permitido
y es meritorio de avanzar más, hacia el nivel de "hijos", y
exigir
sentir el placer de "vosotros sois los hijos del Eterno, vuestro
Señor".
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