Majón
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Seder para la
noche de Tu BiShvat
"Hay cuatro
Rosh HaShaná (principios de año)…El primer
día de Shvat, es Rosh
HaShaná para los árboles, como dicen los
discípulos de Shamai. Los
discípulos de Hilel, dicen que es el día 15 de ese mes"
(Rosh HaShana
1:1). El día 15 del mes de Shvat, es entonces el "Año
Nuevo de los
Árboles". En ese día ya han pasado la mayoría de
las lluvias del invierno,
los pozos y manantiales se han abastecido, y los árboles
comienzan nuevamente a
florecer, cobrando nueva vida. Este día es utilizado para
cumplir una importante
función en la vida agrícola de la comunidad, puesto que
en él el granjero judío
acostumbraba estimar sus diezmos. Tu BiShvat es el día
en que el hombre
judío se estrechaba con su tierra.
Los Cabalistas
que se establecieron en Eretz Israel ya hace varios siglos
acostumbraban
a celebrar de una manera peculiar ese día. Ellos instituyeron
lecturas
especiales para la noche de Tu BiShvat, tomada de citas de la Torá,
el Talmud y el Zohar referentes a los frutos y
árboles.
Acostumbraban a leerla en una ceremonia de frutas, que eran no menos de
quince.
De aquí la costumbre hoy en día de comer distintas clases
de frutas en Tu BiShvat,
sobre todo de las que fueron mencionadas por la Torá
como alabanzas de Eretz
Israel: "Tierra de trigo, y de cebada, y de la vid, y de la
higuera, y
del granado, tierra de olivas, de aceite y de miel [de dátiles.
N. del T.]"
(Dvarim 8:8).
En nuestra época,
cuando nuestro pueblo ha comenzado a retornar a la tierra de la que fue
exiliado hace tantos años, se ha convertido en la "Fiesta del
plantado": Los niños de las escuelas en Eretz Israel suben
a las
colinas y descienden a los valles, donde plantan decenas de miles de
retoños,
para cumplir la gran mitzva de
plantar en Eretz Israel y embellecer nuestra hermosa tierra
que D's nos
entregó.
Comenzamos con las dos especies
más importantes: Trigo y cebada.
Se toma un trozo de la torta, y se bendice:
"Baruj ata… bore minei mezonot"
Luego de haber comido un bocado, se
recitan los siguientes versículos:
"Guarda, pues, los mandamientos del Eterno, tu D's, andando en Sus
caminos y temiéndole a Él. Porque el Eterno, tu D's, te
trae a una tierra
buena, tierra de arroyos de aguas, de fuentes y hondos manantiales que
salen
por los valles y por las montañas, tierra de trigo, y de cebada,
y de la vid, y
de la higuera, y del granado, tierra de olivas, de aceite y de miel,
tierra en
donde no con escasez comerás pan, puesto que nada faltará
en ella, tierra cuyas
piedras son hierro, y de cuyas montañas podrás extraer el
cobre. Y siempre que
comieres y te saciares, bendecirás al Eterno, tu D's, por la
buena tierra que
Él te ha dado. Cuídate, no sea que te olvides del Eterno,
tu D's, y así dejes
de observar Sus mandamientos y Sus leyes y Sus estatutos que yo te
ordeno hoy.
No sea que cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando hayas
edificado para
ti casas buenas, y habitado en ellas, y cuando tus vacas y tu ganado
menor se
hayan multiplicado, y tu plata y tu oro abunden, y todo lo que tuvieres
se
aumente, que entonces se ensalce tu corazón, y te olvides del
Eterno, tu D's,
que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre,
el cual te
condujo por el desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes y
escorpiones, y de sequía, en donde no hay aguas, el cual
sacó para ti aguas de
la dura roca, el cual te dio de comer el man en el desierto,
que no
conocieron tus padres, a fin de humillarte y a fin de probarte, para
hacerte
bien en tu porvenir, de manera que digas en tu corazón: Mi poder
y la fuerza de
mi mano me ha procurado esta riqueza. Antes bien, te acordarás
del Eterno, tu
D's, porque Él es quien te da poder para adquirir riquezas, a
fin de cumplir el
pacto que juró a tus padres, como se ve el día de hoy"
(Dvarim 8:6-18).
Se continúa con la tercera
especie: La vid. Se sirve un vaso de vino,
y se bendice:
"Baruj ata… bore pri haguefen"
Luego de haber probado del vino, se
recita el siguiente Salmo:
"Bendice, oh alma mía, al Eterno, oh Señor, D's
mío, Tú eres muy
grande, Te has vestido de gloria y majestad. El que se cubre de luz
como de una
vestidura, que extiende los cielos como una cortina, que edifica Sus
altas
cámaras entre las aguas, que pone las nubes por Su carroza, que
anda sobre las
alas del viento, que hace los vientos Sus emisarios, los
flamígeros rayos Sus
ministros. Él fundo la tierra sobre sus bases, no será
jamás removida. El
abismo lo cubriste, como con un vestido, sobre las montañas
estaban las aguas.
A Tu reprensión huyeron, a la voz de Tu trueno se apresuraron
elevándose las
montañas, bajando los valles a este lugar que fundaste para
ellas. Pusiste les
término que no pueden traspasar, ni volverán más a
cubrir la tierra. Aquel eres
que envía fuentes en los valles, entre los montes se van
corriendo. Abrevan a
todas las bestias del campo, los asnos monteses sacian su sed. A sus
orillas
habitas las aves del cielo, gorjean entre las ramas. Eres el que riega
los
montes desde Sus cámaras, la tierra se harte de fruto de Tus
obras. Aquel que
hace producir la hierba para las bestias, y las plantas en que trabaje
el
hombre, para sacar pan de la tierra, y el vino que alegra el
corazón del
hombre, el aceite para hacer relucir el rostro, y el pan que fortalece
el
corazón del hombre. Los árboles del Eterno están
llenos de vigor, los cedros
del Levanón que Él plantó, donde anidan las aves,
la cigüeña tiene en los
cipreses su casa. Las altas montañas son para las cabras
monteses, los peñascos
sirven de refugio para los conejos. Hizo la luna para los tiempos, el
sol
conoce su ocaso. Traes las tinieblas y se hace noche, en ella se ponen
en movimiento
todas las bestias de la selva. Los leoncillos rugen por la presa, y
piden a D's
su alimento. Se levanta el sol, ellos se recogen, y se echan en sus
cuevas.
Sale el hombre a su obra, y a sus labores hasta la tarde. Cuán
multiformes son
Tus obras, oh Eterno!. Con sabiduría las has hecho todas, la
tierra está
colmada de Tus criaturas. He allí el grande y anchuroso mar, en
donde se mueven
seres innumerables, animales, así pequeños como grandes.
Allí transitan las
naves, y el Leviatán que hiciste para juguetear con él.
Todos ellos esperan en
Ti, para que des su alimento a su tiempo. Tú les das, ellos
recogen, abres Tu
mano, se hartan de bien. Escondes Tu rostro, se turban, les quitas su
espíritu,
expiran y vuelven a su polvo. Envías Tu espíritu, son
creados, y renuevas la
haz de la tierra. Sea la gloria del Eterno para siempre,
regocíjese el Eterno
en Sus obras, el cual mira a la tierra, y ella tiembla, toca los
montes, y
humean. Cantaré al Eterno en mi vida, a mi D's
tañeré salmos mientras yo viva.
Gratas séanle mis palabras, yo me alegraré en el Eterno.
Sean los pecados
consumidos de sobre la tierra, y no habrá inicuos!. Bendice, oh
alma mía, al
Eterno. Haleluyá!" (Tehilim, Cáp. 104).
Se continúa con las frutas. La
fruta más importante de las siete especies
restantes, es la aceituna. Se bendice tomando una aceituna, cuando se
exime de
la bendición a todas las otras frutas presentes sobre la mesa
que serán
comidas:
"Baruj ata… bore pri haetz"
Luego se bendice sobre alguna verdura
la bendición correspondiente:
"Baruj ata… bore pri haadama"
Se prueban las demás frutas y
verduras. Hay quienes acostumbran a probar
más de 30 frutas distintas, y también hay otras
costumbres. Al finalizar, se
bendice la bendición Meein Shalosh (no olvidar los
agregados por haber
bebido vino y haber comido frutas!), y luego Nefashot Rabot.
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