Majón
Meir |
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Diálogo
de ofendidos
Rav
Shlomó Aviner (Beahavá
Ubeemuná No543)
- Me llamo Iosef. No me agrada que me
ofendan. Cuando alguien me hiere no quedo endeudado, se lo devuelvo
enseguida -
sin cobrarle intereses. He comprendido que tengo permitido defenderme a
mí
mismo, que según la halajá si alguien me ataca,
tengo derecho de
responderle con la misma moneda para salvarme (Shuljan Aruj, Joshen
Mishpat
421:13) - por supuesto, sin exagerar. Y también si me
avergüenzan - tengo
permitido avergonzarlo para defenderme (acotación del Ram"a,
allí).
- Me llamo Aharón, me gustaría no
reaccionar en situaciones semejantes, pero no soy capaz de dominarme,
no soy
capaz de escuchar oprobios y callar (Shu"t HaRibash 216). Es como una
persona que no tiene posibilidad de elección al respecto, nadie
puede culparme
de reaccionar de esa forma en esa situación (Iam Shel
Shlomó, Baba Kama,
HaMeniaj). Yo se que hay personas que se dejan ofender y no ofenden a
los
demás, pero no todos son capaces (Shita Mekuvetzet, Ktuvot 14A).
No soy capaz
de ser como una piedra, y por supuesto que
- Entonces, tú te estas vengando?!.
- No: La venganza es una porción que se
come "fría", es decir, después de largo tiempo, en forma
calculada.
Pero en mi caso, es en ese instante y en ese momento - porque no logro
dominarme.
- Pero a fin de cuentas, tú lo ofendes!.
-
- Los he escuchado a ambos. Me llamo
Moshé. En principio, yo estoy de acuerdo con ustedes que
está permitido, pero
en una situación semejante, yo no reacciono, porque no quiero
rebajarme a ese
nivel. El respeto por mi alma y la pureza de mis virtudes me son
más
importantes que vencer con mis palabras a los tontos (Carta del Rambam
a Rabí
Iosef Even Aknin). Por ello, me desentiendo de los oprobios, porque mi
honor me
es más apreciado y no lo mancillaré (Sefer HaIashar,
Shaar 6). No se equivoquen; tengo una lengua muy afilada y
soy capaz de aniquilar a cualquiera con mis palabras, pero yo siento
que en ese
juego "el vencedor es el vencido" (Meiri, Jibur HaTshuva, Meshiv
Nefesh, Maamar Alef, cáp. 5). Es cierto que me han enlodado,
pero yo siento que
si le devolveré de la misma forma me ensuciaré a
mí mismo con mi lengua, y seré
"como el que se limpia su rostro de su suciedad con la misma
suciedad" (HaGra, Mishlei, agregados al Cáp. 30).
- Perdón que me
entrometo en conversaciones de judíos sabios, pero quizás
ustedes puedan sacar
algún provecho de mi experiencia. Me llamo Ralph Nader, y soy
abogado. En el
año 5725 escribí un libro titulado "Peligroso en toda
velocidad",
donde denuncio fábricas de automóviles en EE.UU. que no
invierten dinero ni
esfuerzos en el campo de la seguridad de los pasajeros, y de esa forma
se hacen
responsables de la muerte y las heridas de miles de personas por
año. Sobre
todo hablo en mi libro de un modelo determinado de una fábrica,
que temió
perder su prestigio. Ellos contrataron detectives privados para seguir
mis
pasos y dañar mi reputación, pero justamente por ello
aumentó mi prestigio, siendo
considerado como un luchador por los derechos de los clientes. Y los
que
intentaron enlodarme, se cumplió en ellos el dicho "el que
ensucia es una
basura".
- Me llamo
Eliahu. Yo también soy de los que se ofenden y no ofenden, pero
por una razón
totalmente distinta. Sencillamente, no siento que me han herido. No me
importa
en lo más mínimo. Así aprendí de
Rabí Eliahu De Vidal: "El que se
encuentra vinculado con el mundo espiritual elevado, no sentirá
las ofensas en
este mundo" (Reshit Jojmá, Anava, 3).
- Yo no pienso
como tú. Me llamo Tzvi Iehudá,
y estudio en la ieshiva "Merkaz HaRav". El Rav Kuk
explica que el sentimiento de haber sido herido es algo natural, y
- Has dicho el Rav Kuk?. Yo justamente lo
encontré en los escritos del Jazon Ish!. Me llamo Efraim Fishel, y vivo en
Bney-Brak. El Jazon Ish
escribió que el que desea hacerle el bien a
su prójimo no se ofende, porque su corazón está
pleno de amor que cubre todas
las sombras, y es capaz de aceptar las heridas con amor, porque sabe
que la
mayoría de las personas no tienen nobles virtudes, y a pesar de
ello las
respeta (Emuná Ubitajón 1:11).
- Me llamo
Israel, y soy un jasid (de la corriente jasídica). Mi actitud
frente a
los oprobios no es como una herida: Por el contrario, es una especie de
remedio
para purgar mis pecados. Así está escrito en el
testamento de un tzadik (justo), discípulo del Baal Shem Tov:
"La gran regla, es perseguir la humildad. Que en todas sus acciones se
esfuerce por ser despreciado, y esa siempre sea su meta, y diga en su
corazón: Ojala
que me desprecien y me oprobien, para que me desprecie a mí
mismo y los demás
también me desprecien, y de esa forma purgue mis pecados. Y
cuando así haga, ya
no le importará que lo ofendan, y por el contrario, se
alegrará" (citado
en el libro Erej Apaim 3:8). Yo no he llegado aún a ese nivel -
buscar los
oprobios - pero si ya me ofenden, los acepto con amor, porque todo
emana de
D's, y si D's así ha decretado hay alguna razón. Y el que
me ofendió, no es más
que un látigo en manos de D's - aunque eso no lo exime de su
responsabilidad,
por supuesto - y yo no debo lanzarle mis flechas devolviéndole
de la misma
forma. Así hizo el rey David, cuando Shimi Ben Guerá lo
maldecía y lo
apedreaba, y Avishai Ben Tzruia quería castigarlo. David le
ordenó entonces no
hacerlo, arguyendo que "dejadle que siga maldiciendo, porque se lo ha
dicho el Eterno" (Shmuel Bet 16:11) - es decir, es la voluntad de D's
(Sefer HaJinuj, mitzva 241).
- En mi opinión, es más aún!. Me llamo
Najman, y soy jasid Breslav. Nuestro Rav nos explica que
ofender es como
verter la sangre del prójimo, y nos es necesario: La sangre del
compartimiento
izquierdo del corazón, donde se aloja el Ietzer HaRrá
(mal instinto),
aún domina en este mundo. Y por ello la persona es despreciada,
y su sangre es
vertida. Y nos dijo que para corregirlo, debe transformar "dam"
(=sangre) en "dom" (=silencio), y debe ser de los que escuchan
su oprobio y no contestan, y no se dejará rebajar y no
dañará su honor. Y
cuando se mantiene en silencio frente a D's, entonces D's vence a sus
enemigos,
como dice el versículo: "Confía calladamente en el
Eterno, y Él vencerá a
tus enemigos" (Tehilim 37:7. Ver Guitin 7A). Y está relacionado
con
"mi corazón está herido dentro mío" (Tehilim
109:22), es decir, de
esa forma disminuye la sangre en el compartimiento izquierdo, y es como
si
sacrificase el Ietzer HaRrá (Likutei Moharan 6).
- Yo, en mi humildad, me llamo Moshele. A
mí, me alcanza con asemejarme a mi Creador, como escribe el
Rama"k (Rabí Moshé
Cordobero) respecto a "siendo Él, bendito sea, un Rey
despreciado, y
soporta su desprecio más allá del límite": En el
preciso momento que la
persona comete un pecado en contra de D's, D's continúa
entregándole la vida y
la capacidad para hacerlo, y el pecador lo utiliza para despreciar a
D's.
"Y por ello los ángeles llaman a D's Rey despreciado". Y
concluye que
también nosotros debemos dirigirnos por sus senderos, "de esa
forma debe
comportarse la persona, es decir, debe ser paciente. Y debe dejarse
ofender
incluso hasta ese nivel, cuando continúe haciendo el bien para
con el
ofensor" (Tomer Dvora, Cáp. 1).
"Los que son ofendidos y no ofenden,
los que escuchan su oprobio y no contestan, actúan con amor y se
alegran con
sus sufrimientos, al respecto dice el versículo: 'Mas los que Le
aman, serán
como el sol cuando sale con todo su esplendor' (Shoftim 5:31)" (Ioma
23A,
Shabat 88B, Guitin 36B).
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