Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaera     26 de Tevet 5772     No 852


Rav Ioram Eliahu Agradecimiento
Rav Ioram Eliahu

Leímos en la Parashá anterior: “Y surgió un rey nuevo en Egipto, que no conoció a Iosef” (Shmot 1:8). Es extraño: ¿Acaso Paro (El Faraón) no estudió la historia de Egipto? ¿Realmente no escuchó respecto a Iosef, que trajo una gran bendición para Egipto? Nuestros sabios lo notaron, y dijeron que “se hizo” el que no conoció a Iosef. Paró no reconoció la gran bondad que hizo Iosef para con Egipto, y dicen nuestros sabios que por ello se fue corrompiendo hasta que llegó al punto de desconocer la bondad que D’s le entrega, y dijo “¿quién es el Eterno para que oiga Su voz a fin de enviar a Israel? No conozco al Eterno, ni tampoco enviaré a Israel” (Shmot 5:2). Nuestros sabios lo comparan con “una persona que apedreó la estatua del rey, lo apresó y luego lo liberó. Al otro día, apedreó al rey mismo” (Shmot Rabah 1). “Todo el que desconoce el bien que le hace su compañero, al otro día desconocerá la bondad que le hace Su Creador” (Shmot Rabah 1). Y lo explica el Rav Elimelej Bar Shaul zt”l (Min HaBeer, Pág. 60): “El que no reconoce el bien que le hace su compañero, se desentiende y lo niega, es como si lo hubiese apedreado…”. Pero no termina con eso, sino que “es como si apedrease la estatua de Su Creador, ataca y desprecia la imagen y semejanza Divinas que se encuentra en él mismo”. Porque toda manifestación del bien, de buenos pensamientos y buen corazón, ilumina y tiene su origen en la imagen y semejanza Divinas de la persona, y si el que la recibe disfruta de ella y desconoce al que se la hizo, realmente es como si apedrease la estatua del rey - con todo lo espantoso de esa actitud. Y las cosas no terminan allí, sino que al otro día apedreará al rey mismo, al Rey de los reyes, a D’s mismo, que creó al hombre a Su imagen y semejanza. Y si en cuanto a una persona de carne y hueso el mal agradecido puede apedrearlo literalmente, en cuanto a D’s, esa ingratitud se expresa con la herejía.
Y así también explicó el Ralba”g respecto al versículo “el que devuelve mal a cambio del bien que recibe, el mal no se apartará de su casa” (Mishlei 17:13), “porque el que no agradece a las personas las bondades que le hacen, tampoco le agradecerá a D’s por las bondades que le otorga, y esa será la razón de su herejía”.
Y en contraste con la oscuridad, será resaltada la luz. En nuestra Parashá Moshé es enviado a sacar a los Hijos de Israel de Egipto a través de diez plagas, pero las tres primeras plagas no las inicializa Moshé, sino que Aarón. ¿Por qué? Nos enseña Rashi: “Porque el río protegió a Moshé cuando fue tirado en él, y por eso no fue herido por él con la plaga de sangre, ni tampoco de la rana, sino que fue Aarón el que las hizo” (Rashi, Shmot 7:19). Y también respecto a la plaga de los piojos D’s le dijo a Moshé “dile a Aarón, extiende tu bastón y golpea el polvo de la tierra” (Shmot 8:12). Dice Rashi: “No era correcto que el polvo fuese atacado por Moshé, porque lo protegió cuando mató al Egipcio y lo escondió en el polvo, y por eso lo hizo Aarón”. Y preguntamos: ¿Qué bondad “hizo” el río para con Moshé? ¿Cuánto “esfuerzo” invirtió el río en hacer flotar la canasta de Moshé? ¿Cuánto se esforzó el polvo en esconder al egipcio? Nos enseña la Torá un gran principio básico: “¡Agradecer no es un favor para con el río o el polvo, sino que tú eres el que necesitas el agradecimiento! El agradecer es en primer lugar para contigo mismo: Si Moshé le producirá algún daño al que le proporcionó provecho, le faltará algo en su ser, no llegará a la plenitud. Y ya vimos a donde puede llegar semejante actitud, como nos enseñaron nuestros sabios en cuanto a Paro” (Sijot LeSefer Shmot, Rav Avigdor Nebentzal, Pág. 19).
El Rav Kuk nos enseña que a través de la virtud del agradecimiento la persona llega a reconocer la bondad que le otorga D’s, “el agradecimiento es una gran fuerza del ser… cuanto más grande y más continuo sea el bien… según la grandeza del que hace la bondad, así también aumentará el agradecimiento para con el que le otorga la bondad, bendito sea, haciendo lo bueno y lo correcto a Sus ojos”, porque la persona entiende que esa es la forma de agradecerle a D’s, hacer lo que es bueno a Sus ojos y no hacer lo que es malo (Musar Avija, Pág. 40).
Si aprendimos que la ingratitud conduce a la herejía – como le pasó a Paro – ahora aprendemos que el agradecimiento conduce al reconocimiento de la bondad Divina y Su caridad continua para con nosotros. Y de esa forma fortaleceremos nuestro agradecimiento para todo el que nos rodea, para con los padres, para con la esposa, para con los hijos - también tratándose de detalles que son sobreentendidos - y seremos merecedores de esa forma de la elevada virtud del reconocimiento de la bondad de D’s para con nosotros siempre, en todo momento y en cada hora. 

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Rav Zeev Karov “Para ustedes una señal” - el camino es largo
El Rav Zeev Karov
(reimpresión)

La gueulá (Redención) de Egipto, estuvo colmada de señales y maravillas. Se comienza a hacer uso de ellas cuando Moshé duda en cuanto a su misión, e incluso llega a decir: “Y ellos [el Pueblo de Israel] no me creerán, ni escucharán mi voz” (Shmot 4:1). Moshé pone en tela de juicio tanto la fe de Am Israel (el Pueblo de Israel) como la de Paro (El Faraón) y Egipto. D’s le contesta a través de maravillas: “Y esto te será la señal de que Yo te he enviado” (Shmot 3:12), “y si no te creyeren, ni prestaren oídos a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera señal” (Shmot 4:8).
Luego, D’s toma la iniciativa y dice: “Cuando os hablare Paro, y dijere; mostrad para ustedes una señal” (Shmot 7:9).
Desde un punto de vista retrospectivo, es notorio el echo que las señales y las maravillas lograron extraer a Am Israel de Egipto, pero no lograron generar tan rápidamente la fe en Am Israel y Paro. La idea que la señal y el milagro harán creer a toda persona es un error, producto de la falta de paciencia y búsqueda de un camino corto para llegar a la fe.
Ya dijo el Ramba"m que todo el que tiene fe a raíz de una señal o maravilla “es una fe falta, ya que es posible realizar una señal o maravilla a través de la sugestión o la brujería”. Su intención, es que quien tiene una fe que no es producto de una labor interna de profunda aclaración consigo mismo de su vida, sino que es consecuencia de un incidente externo, no es una fe plena, ya que puede explicar de muchas formas distintas ese incidente, si sólo lo desease.
Cuando Eliahu quiso “demostrarle” a Am Israel que D’s es el Señor a través de una señal, rezó y dijo: “Respóndeme, oh Señor, respóndeme” (Melajim Alef 18:37). Comentan nuestros sabios: “‘Respóndeme’ - que descienda un fuego del cielo y devore toda la ofrenda sobre el altar. Y otra vez ‘respóndeme’ - que Tú los convenzas, y no digan que es brujería”.
Es más, nuestros sabios nos enseñan que Ishaya le dijo a Ajaz: “Pide para ti una señal de parte del Señor, en lo profundo o en lo alto” (Ishaya 7:11). Y Ajaz respondió que él sabe que D’s es todopoderoso, pero no desea que sea santificado Su Nombre a través de él, y por ello contestó “no pediré, ni tentaré al Señor” (Ishaya 7:12).
Cuando una persona no desea algo, cuando no se identifica auténticamente con ello, toda señal o maravilla no serán suficientes ni le “demostrarán” nada. La forma en que D’s saca a Am Israel de Egipto nos trasmite una importante enseñanza. No es un camino ideal y rápido, sino que largo y tortuoso. Enseguida después del primer “fracaso” frente a Paro, nuestro Rav Moshé se indigna y se le queja a D’s: “Pues desde que vine a Paro para hablarle en Tu nombre, él ha maltratado a este pueblo, y Tú no has liberado a Tu pueblo” (Shmot 5:23).

Gueulá no es algo técnico, superficial, que puede surgir plenamente de una vez. Gueulá es un proceso de elevación de la vida a un nivel más alto y pleno en forma esencial con relación a la situación anterior. Un pueblo que se encontraba sumergido bajo 49 niveles de tuma (impureza) y se acostumbró durante años a vivir en el nivel moral de Egipto, o un pueblo que vive durante dos mil años en la galut (exilio) sin tierra ni estado propio, es necesario que reciba un largo y profundo curso de educación para ser redimido, en el plano de los valores y el plano espiritual.
La gueulá de Egipto - en la que las señales y maravillas eran parte integral de ella - necesitaba valerse de un largo y tortuoso camino de lenta y profunda reeducación y edificación de un nuevo nivel espiritual. Un largo camino que conjuga ascensos y descensos, complicaciones y dificultades que incluso pueden llevar al desaliento de la gueulá.
La señal y la maravilla ayudan cuando son como “para ustedes una señal”. Para la persona que se educa a sí misma y construye su mundo espiritual, la señal y la maravilla son herramientas que lo ayudan a consolidar la construcción interna de sí mismo.
Eso es cierto respecto al proceso de la gueulá del pueblo, y también lo es en cuanto a su educación. Hay quienes desean todo ahora, instantáneamente. “Meshiaj (Redentor) ahora”, “Paz ahora”, “Tshuvá (arrepentimiento sincero) del pueblo ahora”. Ese deseo induce a la búsqueda de “señales y maravillas” que aceleren los procesos. Todo tipo de “trucos” fáciles, que infundan la sensación que en efecto, Am Israel se redime, todos hacen tshuvá. También Am Israel que presencia las señales en la salida de Egipto no se “apresuró” a creer. Incluso luego de la partición del Yam Suf donde fue dicho finalmente “y creyeron en el Señor y en Moshé, Su siervo” (Shmot 14:31), continuó Am Israel con el Pecado del Becerro de Oro y otros pecados que nos enseñan que su fe aún no era íntegra.
Tenemos prohibido desalentarnos, y también tenemos prohibido tratar de acortar procesos por nuestra falta de paciencia y de fuerzas.
Desde que salimos de Egipto nos encontramos en un largo proceso de revelación del Nombre de D’s en el mundo. Es cierto que muchas veces no vemos ese camino, y a veces incluso nos parece como si fuésemos en dirección opuesta, pero la realidad es que también los pasos inversos nos dirigen en dirección de la gueulá del mundo de la oscuridad en que se encuentra.
“La gueulá continúa y avanza. La gueulá de Egipto y la gueulá futura plena es una misma acción que no cesa. La acción de la fuerte mano y el brazo extendido que comenzó en Egipto, continúa en todas las situaciones” (el Rav Kuk).


Rav Shlomó Aviner Diferencia de opinión
Rav Shlomó Aviner

(Arutz 7, Jeshvan 5756, una semana antes del asesinato del Primer Ministro Itzjak Rabin z”l)

Me dijo un amigo: ¿Cómo puedo no odiar a esas personas? ¡Ellos tienen ideas terribles, espantosas, que ponen en peligro al pueblo, la tierra y el país! ¿Acaso debo aceptarlas, ser amigo de ellos y coincidir con todo lo que digan?
No. Se trata de un error. Diferencia de opinión es legítima, y a veces es necesario. Tú debes luchar con firmeza contra esas ideas, que son como una enfermedad para la Casa de Israel. Pero eso no justifica odiar a la persona que expresa esas ideas. Diferencia de opinión – sí. Distanciamiento de corazones – no.
La idea es odiada, pero la persona que la piensa no lo es. Hay que diferenciar entre el tema y el que lo presenta.
Quizás tú digas: Es difícil hacer esa separación, yo identifico a la persona con lo que piensa. Y a pesar de ello, debemos ser capaces de separar. No se puede mezclar. Una persona con una concepción política que tú te opones a ella, no se transforma por ello en un “animal político”: Es una persona. En primer lugar, es una persona que pertenece a Am Israel (el Pueblo de Israel), y luego tiene una opinión política determinada. No se limita a un “animal político”, el vive y respira, trabaja y ama, es esposo de su mujer y padre de sus hijos, y le brinda a las personas. Su personalidad no se limita a su “casilla” política.
Esa separación es obligatoria. Cuando se la ignora, se crean estereotipos, y se le “pega” al prójimo una apariencia exagerada, caricaturesca, que en gran medida no es cierta. Se desvanece todo el aspecto humano de su personalidad, y entonces está permitido odiarlo, golpearlo, y ¿quién sabe? incluso matarlo.
Es cierto que se trata de un proceso natural: Cuando hay un gran antagonismo a la posición de una persona en asuntos críticos, hay un deterioro paulatino en cuanto a la actitud frente a su personalidad, el aspecto humano de él. Para evitar ese proceso es necesario hablar, intercambiar opiniones. ¿Entonces, comenzaremos a organizar simposios? No. No se puede hablar en forma normal en un simposio, o una reunión de mucha gente. Hay que hablar el uno con el otro, o a lo sumo dos con dos. El investigador sociológico ingles Parkinson escribió que una charla es efectiva si el número de participantes de ella son entre tres y cinco. Hasta cinco personas, la persona habla. Si hay más, ya se trata de un discurso, y eso evita toda aclaración de ideas. Debes conversar con personas que no pertenecen a tu grupo. No me preguntes dónde los encontrarás, los encontrarás dentro de tu propia familia: En toda familia hay datiim (religiosos) y no datiim, jaredim (ultra-ortodoxos) y tzionim (sionistas), derechistas e izquierdistas, ashkenazim y sfaradim, etc.
Se puede charlar agradablemente, y tendrá un doble provecho:
1. Evitará los mal entendidos. Nadie convencerá al otro, pero su “caricatura” se disolverá.
2. Otro gran provecho: Verás que también el otro es una persona, y se merece ser amado.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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