Beahavá Ubeemuná
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Parashat Tazria     29 de Adar Bet 5768     Shabat HaJodesh     No 662


Israel y Alemania después de Purim
Rav Lior Engelmann

En el segundo banquete al que invita la reina Ester a Ajashverosh y Haman, es aclarado que hay dos personas que tienen cuentas pendientes con Haman: Ester y Ajashverosh. Para ambos está claro: “Haman, el malvado” (Ester 7:6) - cada uno según su punto de vista. El asunto entre el rey y Haman es puramente personal: En la noche que antecedió al banquete le fue aclarado al rey que la persona que él mismo elevó por encima de todos los ministros, esa persona que él mismo la colocó en una encumbrada posición singular, ambiciona las vestiduras que vistió el rey, el caballo sobre el que cabalgó, y en realidad sueña con poseer la corona... Al rey no le preocupa en absoluto el decreto que ordena exterminar a los judíos, y la prueba está que después de haber colgado a Haman “se apaciguó la ira del rey” (Ester 7:10) – cuando el decreto de exterminio continua en toda su validez. Todo es una cuestión personal, una lucha por la honra y el orgullo y nada más: “Él es Ajashverosh” (Ester 1:1) – el mismo Ajashverosh desde el principio hasta el final, con toda su maldad.
En contraste, las cuentas pendientes con Ester no son para nada personales: Ella podría haberse salvado del exterminio, por ser la esposa del rey. Se trata de un asunto en el plano de valores – que se encuentra muy por encima de todos los asuntos particulares. Haman no amenaza personalmente a Ester - por el contrario, su cercanía lo halaga mucho. Pero él es una amenaza para su pueblo y su gente, él amenaza la existencia de Am Israel (el Pueblo de Israel) sobre la faz de la tierra. Mientras que para Ajashverosh Haman es sólo un amargo rival político, para Ester es la persona que planea un genocidio, que desea “destruir, matar y exterminar a todos los judíos” (Ester 3:13).
Según toda opinión, la rivalidad entre Ajashverosh y Haman empalidece frente a la índole de la confrontación con Ester. No se puede comparar una amenaza a la situación del rey, frente a un genocidio programado. Y justamente por ello, nos sorprende que en su último intento de salvación Haman se dirige a Ester: “Haman se puso en pie para rogar por su vida delante de la reina Ester, pues vio que había sido determinado el mal contra él de parte del rey” (Ester 7:7). Por qué pensó Haman que Ester – cuyo pueblo él pretende exterminar – lo perdone, mientras que el rey no lo perdonará de ninguna forma?.
Amalek odia a Israel, justamente porque ellos son "misericordiosos, hijos de misericordiosos", que confían en las personas y creen que es posible corregir y arrepentirse. Amalek pretende que todo lo que ocurre en el mundo es una conjunción de casualidades, no se le puede presentar exigencias morales a la humanidad, y se opone con firmeza a la idea del arrepentimiento y la corrección. Desde el punto de vista de Haman, el hombre no es más que un animal sofisticado, cuya ambición es dominar y subyugar a los demás. Y Am Israel (el Pueblo de Israel) - que entiende que el hombre lleva dentro de él la imagen y semejanza Divina - es su enemigo existencial.
La raíz del odio a Israel es también la raíz de la esperanza de Haman de salvar su vida. Él sabe que Ester – como representante del Pueblo Judío – reconoce la capacidad de la persona de arrepentirse, y por lo tanto de perdonar. Él sabe que incluso dentro de él ella es capaz de reconocer la imagen y semejanza Divinas. Del rey – que lucha contra él impulsado por su orgullo – no tiene ninguna esperanza. Pero frente a la reina - que lucha contra él en nombre de los judíos, "misericordiosos, hijos de misericordiosos" - tiene esperanzas de compasión. Haman – que según el midrash llegó al mundo por la misericordia del rey Shaul, que no exterminó al ganado de Amalek – ya se dio cuenta que la potencia espiritual de Am Israel puede transformarse en su talón de Aquiles, y es en esa dirección que él orienta sus ruegos frente a Ester. Y sorprendentemente, cuando todavía Ester no pudo reaccionar al pedido del malvado Haman, llegó Ajashverosh – que lucha por su orgullo propio – y terminó con el episodio…
El olfato de Amalek – que sabe identificar la misericordia judía – no desapareció. Sólo pocos años después del Holocausto, Alemania Occidental rogó por su vida y logró limpiar su nombre. 60 años después, la Presidente de Alemania unificada – la representante de todos los alemanes, el Amalek moderno, que casi logró “destruir, matar y exterminar a todos los judíos” – es invitada con grandes honores al Kneset (Parlamento) de Israel, para celebrar juntos los 60 años del Estado Judío. En un ambiente festivo son firmados acuerdos de cooperación mutua, y es realizada una asamblea conjunta de gobierno, pocos días antes de Purim… Un discurso en el idioma de los asesinos en el que dicen avergonzarse mucho, y nosotros casi nos ponemos a llorar – como si se tratase de un alumno que se comportó con atrevimiento y viene a pedir perdón avergonzado, que se merece nuestra compasión… La aseveración "judíos, venganza!" deja su lugar al perdón y la indulgencia, un perdón para un pueblo que nunca podrá ser perdonado, una indulgencia para con un crimen que es inexcusable. Dirán los que quieran que no se trata de perdonar el crimen cometido – pero eso es una tontería: Todo el que acepta a Alemania, le está perdonando al malvado Haman-Hitler!.
El rey Shaul perdió su reinado por esa excesiva misericordia, y sólo tuvo compasión por el ganado selecto… El rey Shaul no pudo continuar con su papel, porque el tesoro que fue entregado en manos de Am Israel – la misericordia – no puede ser orientado a los enemigos de los judíos, como los amalekitas y lo alemanes. Nos resulta cómodo decir que la venganza frente a Alemania es la existencia misma de Am Israel y la edificación del Estado de Israel: Nos resulta cómodo con una venganza de ese tipo, sin sangre ni guerras – pero tal me parece que el que masacró nuestro pueblo como Alemania, se merece una venganza de otro tipo. Yo se, somos "misericordiosos, hijos de misericordiosos", y por supuesto que no saldremos "sin ningún motivo" a combatir contra Alemania – pero por lo menos, por la más básica justicia, debemos ignorarlos totalmente!. Por el asesinato de 6 millones corresponde gritar a viva voz "no olvidaremos, y no perdonaremos"!. Tenemos prohibido avergonzarnos, "judíos, venganza!".

El artículo es escrito en memoria de mi abuelo, Rabí Moshé Eliahu Engelmann z"l, que vivió el Holocausto y logró salvarse. Mi apreciado abuelo, que nunca pudo consentir con la espantosa Profanación del Nombre de D's que constituye la situación de la que goza Alemania en el mundo, sólo pocos años después del crimen horripilante que cometió. 

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Rav Shlomó Aviner La crisis del Sionismo Religioso
Rav Shlomó Aviner

Hay quienes preguntan: Cómo debemos remediar la crisis por la que está pasando el Sionismo Religioso, después de la expulsión de Gush Katif (los asentamientos judíos de la Franja de Gaza)?.
Y la respuesta: No hay lo qué remediar, porque no hay crisis. Quizás el que pregunta está en crisis. Quizás hay sectores marginales que están en crisis - pero la casi totalidad del público Nacionalista Religioso no está en crisis.
Por supuesto, nos apenamos mucho por la expulsión, y por muchas otras cosas que ocurren y que ocurrieron desde la Declaración de la Independencia. Y también desde el comienzo del regreso a Tzion – cosas más severas, y menos severas. Pero no estamos en crisis. Por supuesto, hay quienes se decepcionaron y buscan otra concepción nueva alternativa, hay personas que están en crisis – pero son una muy pequeña minoría. Por supuesto, ellos son judíos apreciados y amados, pero su número es despreciable. El público Nacionalista Religioso, en general, no está en crisis. Nos apenamos profundamente por lo que ocurrió y lo que ocurre hoy en día en el plano de la seguridad nacional, en el plano de la moral, en el plano de la familia, etc. Pero el Sionismo Religioso nunca dijo que el renacimiento de la nación en su tierra será como un campo de rosas, nunca soñó que el estado será todo él carmesí, ni siquiera un talit (manto litúrgico). Siempre supo que se necesita paciencia, y habrá subidas y bajadas en el camino.
La mayoría del público Sionista Religioso – medio millón de personas – es fiel al estado y al ejército, y el resto de las instituciones de la nación que renació en su tierra. A pesar de la "desconexión" de Gush Katif, ese público no decidió desconectarse del estado. La conclusión fue justamente la contraria: Ser más partícipe de todos los asuntos del estado. Porque si tú no te encuentras allí, trabajarán sin tu colaboración. El que se esforzó en vísperas de Shabat, comerá en Shabat. Y el que no se esfuerza en vísperas de Shabat – no comerá en Shabat!. "El que planta la higuera, comerá de su fruto" (Mishlei 27:18). Por supuesto, también debemos acotar que debemos ser más partícipes no para fortalecer nuestra posición, sino que porque eso mismo es mitzva.
De todas formas, los que hablan de "ejército de expulsión", "ejército de Sharon", "no nos enrolaremos", "no contaremos a los soldados como parte del minian (10 personas necesarias para rezar)", "no levantaremos soldados por el camino", "no nos casaremos con soldados", "no olvidaremos y no perdonaremos a Tzaha"l (el Ejército de Defensa de Israel)" – son una muy pequeña minoría, y todas esas expresiones le dan asco a la mayoría del Sionismo Religioso. El público Sionista Religioso cree que todo el proceso de renacimiento de la nación es correcto, y tiene un valor Divino. Cree que la reconstrucción de la tierra y el regreso a Tzion, la edificación del estado y el ejército – con todos los serios problemas que hubo y que habrá – a fin de cuentas son muy grandiosos, fabulosos y maravillosos. Y si tuviésemos que comenzar todo desde un principio  – volveríamos a hacerlo nuevamente.
Es cierto que el público Sionista Religioso recibió duros golpes, y le han quedado cicatrices. Pero él no está solo en esa situación: Todo el pueblo que habita en Tzion está recibiendo duros golpes. Pero en general, el público Nacionalista Religioso es un público alegre y optimista, que actúa y empuja, repleto de energía y creatividad.
Es un público muy variado, que incluye en él personas más religiosas y menos religiosas, más de ieshiva (centros de estudio de la Torá) y más académicas, más derechistas y más izquierdistas. Es un público fuerte – no como el público que dice "no olvidaremos, y no perdonaremos".
Le duele que a veces en el gobierno no haya rectitud, pero no por eso romperá todo y dejará de ser partícipe del estado. Su actitud frente al estado no es como una herramienta para procurarse sus necesidades, sino que el estado es para él un ideal, el principio de la plasmación de los vaticinios de los profetas, de la gueulá (Redención) de Israel. Él no se desentiende de los serios problemas que surgen en el país, y dentro de él hay serias diferencias de opinión en cuanto a temas públicos y espirituales muy importantes. Pero en total, es un grupo unido de gente que ama al país y al ejército, lleno de vigor y optimismo.
Los que tienen un arsenal inagotable de enojo y frustración, ira y humillación, y por ello hablan de un estado alternativo según la Torá y la fe, con un ejército alternativo según la Torá y la fe, que construirán desde los cimientos, desconectándose del estado "sionista" actual - son una minoría muy pequeña, que no es representativa ni de sí misma, y sólo habla consigo misma. Y por ello ni siquiera se da cuenta de cuan irreal y jactancioso es decir algo así.
El público Sionista Religioso – en su gran mayoría – desea la unión con Am Israel (el Pueblo de Israel), a pesar de las críticas. Se identifica profundamente con la formulación del Rav Kuk, que hay que "actuar todo, junto con todos" (Eder HaIakar, Pág. 60). Se identifica plenamente con las palabras del Rav Kuk, que dice que "no hay ningún tzadik (justo) que le llegue a la altura de los tobillos de todo Kneset Israel (el alma genérica del Pueblo de Israel)" (Orot 171).
Se pueden encontrar muchos defectos en el público Nacionalista Religioso, y él mismo no ahorra críticas para sí mismo. Pero tiene una gran virtud: Está profundamente unido con el resto de Am Israel. Está profundamente unido con el Estado de Israel, con la gueulá de Israel.
La curva estadística de la Campana de Gauss, tiene márgenes delgadas – pero del monte que se eleva en el centro, surge una voz que dice: Este es mi pueblo, este es mi estado, no los abandonaré nunca, y siempre me esforzaré sin descanso por su resurrección!. Por ello, "una fuerza Divina lo eleva y lo engrandece con la salvación" (Shmoná Kvatzim 7:201).

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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