Parashat Mishpatim
26 de Shvat 5768 No
653
Los
derechos de los débiles
Rav Iaacov
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En su libro "Meshej Jojmá"
(Beshalaj, comienza
"VeAmaim") escribe Rabí Simja Meir HaCohen de Dwinsk que cuando
analizamos las leyes de la
Torá
encontramos que hay diferencias entre la persona como particular y
el
público. En cuanto a la persona particular, vemos que la Torá
es muy severa en
sus castigos tratándose de mitzvot para con D's – como
culto a otros
dioses, adulterio, trasgresión del shabat y otros, que
su castigo es Karet,
apedreado y otras penas de muerte. Y cuando se trata de mitzvot
de la
persona para con su prójimo – como discordias, calumnias
y robo – ni siquiera
son penadas con latigazos, ya sea porque se trata de alguna
trasgresión que se
puede purgar indemnizando al agredido, ya sea porque se trata de una
trasgresión que no se efectúa a través de una
acción propiamente dicha, o
similares. Es decir: Tratándose de la conducta del particular, la Torá
es más severa en
el plano de las mitzvot para con D's. Pero tratándose
del público, es
justo lo contrario: Allí, se es más severo
tratándose de mitzvot para
con el prójimo. Como dice el Talmud Ierushalim
(Pea 1:5):
"En la generación de David, todos eran tzadikim
(justos), pero de
momento que calumniaban los unos a los otros, cuando salían a la
guerra caían
en la batalla. En la generación de Ajav, le rendían culto
a otros dioses [en Sanedrín
102B dicen que no había ningún surco en la Tierra de Israel
en el que Ajav no haya puesto un
ídolo y le haya rendido culto], pero de momento que no hablaban
calumnias salían
a la guerra, y vencían".
La razón es que tratándose de un público, incluso
si se
han pervertido rindiéndole culto a otros dioses y cometiendo
adulterio, dice el
versículo "que reside con ellos, en medio de sus impurezas"
(Vaikra
16:16). Pero cuando el público se pervierte en el plano de sus
modales y
virtudes – como calumnias y controversias – al respecto dicen nuestros
sabios:
"'Elévate, oh D's, sobre los cielos, y sea Tu gloria sobre toda
la tierra'
(Tehilim 108:6). Le dijo el rey David a D's: Señor del Mundo,
para qué
manifestarás Tu presencia en la tierra?. Quita Tu presencia de
entre
ellos". Y agrega el autor del libro "Meshej Jojmá", que
es más aún: En la época del primer Beit
HaMikdash (El Templo) había
quienes rendían culto a otros dioses y cometían
adulterio, mientras que en la
época del segundo Beit HaMikdash cumplían con la Torá
y las mitzvot.
Y este último fue destruido por Sinat Jinam (odio
gratuito), como dicen
nuestros sabios (Ioma 9). Y allí dicen que Sinat Jinam
es más severo, ya
que el Beit HaMikdash que fue destruido por ello aún no
fue reconstruido.
Porque si el público se pervierte en ese aspecto, es peor que si
se pervirtiese
en el plano de las mitzvot. Y así aprendemos
también de la generación
del Diluvio – cuando su veredicto fue sellado por el robo, a pesar que
también
se habían pervertido en otros planos. Pero de momento que eran
juzgados como un
público, D's se apiadaba de ellos. Y concluye: "Y por ello, la
trasgresión
del shabat – que lamentablemente se ha convertido en muy
común en
nuestros tiempos – podemos tener esperanzas que D's demore su castigo,
porque
se trata de un público".
No debemos extrañarnos entonces que inmediatamente
después de haber sido entregada la Torá
en el monte de Sinai y haber escuchado los diez
mandamientos, la Torá
continúe con la Parashá Mishpatim – en la
que se establecen cuáles deben ser las
relaciones correctas entre las personas y sus prójimos. La Torá
en general nos
ordena cuidar relaciones correctas entre las personas - que el uno no
dañe al
otro, ni a él, ni a sus pertenencias – y no hacer lo incorrecto.
Y en paralelo,
la persona debe hacer el bien para con su prójimo – cuando ambos
aspectos
garantizan la edificación de una sociedad justa, con un alto
nivel de vida
espiritual y social.
Pero no menos que ello debemos preocuparnos por los
débiles y los que tienen necesidades especiales y no pueden
ayudarse a si
mismos, ya sea por ser extranjeros o por sus propias limitaciones. Por
ello,
encontramos en nuestra Parashá no sólo mitzvot que se refieren a dos personas
iguales, sino que la Torá
nos ordena también mitzvot especiales: Preocuparnos
sobre todo de los
sectores débiles de la sociedad. Como dice el versículo:
"No humillarás ni
oprimirás al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en
la tierra de
Egipto. No humillarás a ninguna viuda o huérfano…" (Shmot
22:20-21).
Comenta Rabí Bejaiei: "Porque el extranjero se siente
sólo en una tierra
extraña. Y por ello la Torá
lo llama Guer, semejante a garguir [grano de arena o
polvo. N. del
T.], que se encuentra solo, en una rama del árbol, cuando todos
lo desprecian y
lo humillan. Por ello, dijo D's: No pienses que no hay nadie que pelee
su
pleito, porque Yo soy el que lo pelea". Y agrega: "Y
añadió al
extranjero también la viuda y el huérfano, porque todos
ellos se sienten
débiles, y las personas se permiten hacerles daño y
mortificarlos".
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No
toquen el monte
Rav
Shlomó
Aviner
Har HaBait (el Monte del
Templo) es un problema insoluble desde el punto de vista de la halajá.
Tenemos
prohibido entrar al Beit HaMikdash (El Templo) - y el que entra
allí se
merece el castigo de Karet - también en nuestros
días, cuando está
destruido. No sé exactamente dónde se encuentra el lugar
del Beit HaMikdash sobre
el monte: Se escribieron muchos estudios, se hicieron muchos mapas
distintos,
con muchas mediciones. Eso mismo es una prueba de la complejidad del
tema: Si
todo fuese tan claro y obvio, alcanzaría con medir una sola vez.
De vez en
cuando llega un investigador nuevo - y deshecha todos los
cálculos anteriores.
La situación no cambió desde hace cien años,
cuando los grandes Rabanim
(Rabinos) de Am Israel (el Pueblo de Israel) y los grandes Rabanim
de Ierushalaim decretaron que no se puede entrar. Todo el tema
está muy poco
claro.
También en el
pasado, cuando volvieron a construir el segundo Beit HaMikdash
fue
necesario que un profeta determine exactamente dónde se debe
edificar el altar.
Y la verdad
debe ser dicha: Todas esas medidas y cálculos no le gustaban
nada a nuestro
Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk. Cuando le traían
algún librillo con ese tipo de
cálculos, él lo dejaba de lado, lo enterraba bajo alguna
montaña de libros, y
decía que todo eso es como escupir en el Har HaBait
(Sijot Rabeinu 21,
inciso 9). Él también decía que la mitzva
de guardar santo respeto por
el Beit HaMikdash no se refiere sólo al lugar mismo del Beit
HaMikdash, sino que se refiere a todo el monte, en su totalidad
(Sijot
Rabeinu, allí).
Después de la
Guerra de los Seis Días fue
publicado un aviso de los grandes Rabanim de Israel de aquel entonces, que
decían que está prohibido subir al monte. El Rav Kuk y su
hijo el Rav Tzvi
Iehudá Kuk lo prohibieron, y también los grandes Rabanim
anteriores lo
prohibieron. También los Rabanim HaRashim (Supremos
Rabinos de Israel)
lo prohibieron (incluso el Rav Shlomó Goren z”l, cuando
decretó la halajá
– ver Maalin VaKodesh, mes Av del 5763, Pág. 149), incluyendo el
Rav Mordejai
Eliahu y el Rav Avraham Shapira z”l – y no somos más sabios que
ellos, ni más tzadikim
(justos) que ellos, ni más sionistas que ellos.
Después de la
Guerra de los Seis Días, la Rabanut HaRashit
(el Supremo Rabinato de Israel) trató el tema. Hubo quien
propuso que no se
tome ninguna decisión, sino que se deje el asunto en manos de
cada Rav frente a
su comunidad. Pero esa proposición fue desechada: El Har
HaBait no es el
monte de ninguna comunidad particular, sino que es el monte de todo Clal
Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel), y el
que debe tomar
una resolución es la Rabanut HaRashit.
No sólo que no hay
ninguna mitzva de la
Torá
de subir al monte, sino que también está prohibido!. Y
una prohibición no puede
transformarse en una mitzva. En cuanto a los árabes que
llegan allí – no
es algo de lo que seamos responsables. Si ellos quieren hacerse
merecedores de
“y todo extraño que se acerque morirá” (Bamidvar 18"7) es
su asunto.
Es más, si desde el punto
de vista de la halajá no se pude llegar allí, eso
quiere decir que esa
es la voluntad de D’s. No tenemos profetas que nos digan qué
quiere D’s, pero
si hay algún tipo de impedimento – ya sea práctico, o en
el plano de la halajá
– eso refleja cuál es la voluntad de D’s. El camino al Har
HaBait
todavía es largo: Se necesita más mitzvot, mucha
más benevolencia, mucha
más Torá, mucha más edificación de
la tierra, mucho más respeto por talmidei
jajamim (eruditos del estudio de la Torá),
mucho más amor por todo Am Israel, mucha
más educación, muchas más oportunidades de trabajo
para los desocupados y
personas pobres, y personas hambrientas...
Quizás tu digas: “No
subimos al Har HaBait porque sea una mitzva, ni tampoco
por la kdushá
(santidad) que hay allí, sino que subimos para conquistarlo!”.
Al respecto
debemos decir: No todas las conquistas son semejantes. El Har HaBait
no
se conquista de esa forma. Todo Eretz Israel (la Tierra de Israel)
es
conquistada por los colonos con su esfuerzo, por el soldado con su
arma, por el
que se asienta con su fe – pero el Har HaBait es conquistado de
otra
forma. Él es conquistado con la manifestación de la Presencia Divina.
No todo es lo mismo, hay diferencias. Y véase lo que
escribió nuestro gran Rav,
el Ramba”m: La kdushá de Eretz Israel se
determina con la
conquista, pero la kdushá del lugar del Beit
HaMikdash depende de
la manifestación de la Presencia Divina
(Ramba”m, Hiljot Beit HaBejira).
Y cómo se hace manifiesta
la Presencia
Divina?
– a través de la mitzva, de la Torá,
de la benevolencia y el amor.
“El que reconstruye a
Ierushalaim – D’s” decimos tres veces en el rezo, y nos estamos
refiriendo a la
reconstrucción del Beit HaMikdash. Pero, cómo
podemos decir que
“reconstruye”?. No vemos nada!. Tendríamos que decir
“reconstruirá”?. No vemos
nada porque tenemos ojos de carne y hueso: Los comentaristas dicen que
cada mitzva
que cada judío cumple en el mundo, a lo largo de todas las
generaciones,
reconstruye a Ierushalaim. Y cuando
llegue a determinado punto, entonces el Beit
HaMikdash será reconstruido
también en la práctica. Y sobre todo a través de Ahavat Jinam (amor
gratuito), como la famosa aseveración del Rav Kuk: El tercer Beit HaMikdash será reconstruido
con Ahavat
Jinam.
También
cuando nuestro rey David quiso construir el Beit HaMikdash D's le dijo: Todavía no
ha llegado el momento. Ahora es una época de guerras, es el
momento para
consolidar el reinado. Después llegará el momento - con
tu hijo Shlomó.
La imposibilidad desde el
punto de vista de la halajá nos dice: Todavía no
ha llegado el momento.
Todavía hay mucho trabajo por hacer. Después de la Guerra de los Seis
Días se
renovó la clase del Rav Tzvi Iehudá Kuk para sus alumnos
más grandes – Rabanim
y talmidei jajamim. En su humildad, preguntó:
“Qué estudiaremos ahora?”.
Un alumno propuso estudiar las halajot del Beit HaMikdash.
Nuestro Rav le tomó la mano con cariño, y le dijo:
“Todavía debemos estudiar
mucho las ‘Halajot de los Reyes y sus Guerras’…”.
Pero el anhelo por el Beit
HaMikdash y por el Har HaBait continuó durante toda
la historia, y
todos nuestros rezos terminan con la plegaria “que sea Tu voluntad que
se
reconstruya el Beit HaMikdash pronto, en nuestros días”.
En base a ese
anhelo ardiente, aspiramos a tener valentía y coraje, agregar
más mitzvot,
más Torá, más benevolencia y más kdushá – de los cuales será
reconstruido el Beit HaMikdash.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de la Torá en un marco
agradable, que enfatiza el
valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá
y la Tierra
de Israel. Para aquellos que lo deseen,
existe
también en el Majón un ulpán de hebreo
bajo la órbita del Ministerio de
Educación.
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: espanol@machonmeir.org.il,
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