Parashat Vaishlaj 14 de Kislev 5768 No 643
Raya el alba
Rav Iaacov
Filver (Ayelet HaShajar,
Pág. 275-279
Los emisarios se dirigen con los obsequios a Esav,
Iaacov se queda esperando, y entre una cosa y la otra, D’s le
enseña a nuestro
patriarca Iaacov la naturaleza del “conflicto” entre Am Israel (el
Pueblo de Israel) y los demás pueblos. Antes del encuentro con
Esav, es
necesario evaporar lo que queda de la ilusión de llegar a
algún “acuerdo de
paz” entre Iaacov y Esav. No se trata de un conflicto común
entre dos personas,
sino que se trata de una lucha titánica entre dos concepciones,
que determinarán
el futuro del mundo, para bien o – D’s no lo permita! – para mal.
Iaacov utiliza estratagemas, se prepara desde el
punto de vista religioso (rezo), político (obsequios) y de
seguridad (lucha). Y
entonces, se encuentra a sí mismo solo, “y quedóse Iaacov
solo” (Bereshit
32:25): Ese es su destino en el Desierto de los Pueblos, “una oveja
entre 70
lobos” (Tanjuma, Toldot). Y de pronto, se ve enzarzado en un combate
con una
persona desconocida. Él siente que esa “persona” intenta
aniquilarlo
totalmente. Es fuerte, pero a pesar de ello no logra vencer a Iaacov, y
la
lucha continúa toda la noche, hasta que raya el alba.
Iaacov no sabe quién es la “persona” que lucha
contra él, pero también su contrincante - el “Ministro de
Esav” - todavía no
conoce el secreto de la supervivencia de Iaacov. Intenta una y otra vez
de
aniquilarlo – pero sus esfuerzos son en vano. Sólo cuando raya
el alba,
comprende que no podrá vencer a Iaacov, y en un último
desesperado intento
logra herirlo: “Y cuando vio que no podía con él,
hirió la coyuntura de su
muslo” (Bereshit 32:26). “Hirió a los tzadikim (justos)
y a las tzadikot,
los profetas y las profetizas que saldrán de su descendencia”
(Ramba”n).
El alba comienza a destellar, Iaacov renguea, pero
todavía no siente la “nerviosidad” de su contrincante, el
Ministro de Esav.
Este siente que su fin se acerca, y le ruega a Iaacov:
“Suéltame, porque raya
el alba” (Bereshit 32:27).
Qué insinúa el alba del versículo?. Insinúa
la gueulá
(Redención), como está escrito en numerosas fuentes. Por
ejemplo: “Por qué es
asemejada al alba?. Porque en ese momento, cuando está por
comenzar la mañana,
la oscuridad es más profunda. Y si saliese el Sol, todas las
criaturas serían
dañadas. Por eso, al principio raya el alba y alumbra al mundo,
y después sale
el Sol y alumbra a todas las criaturas, y estas no son dañadas.
Como dice el
versículo ‘pero la senda de los justos es como la luz de la
aurora, que va
aumentando en resplandor hasta que el día es perfecto’ (Mishlei
4:18)” (Midrash
Shojer Tov, Tehilim 18, al final).
El alba destella, y la situación de Iaacov sufre un
giro: La oscuridad de la galut y su maldición ya se
encuentran a sus
espaldas, y ha nacido un nuevo Iaacov. Pero Iaacov mismo todavía
no se ha dado
cuenta de ello, y cuando el Ministro de Esav le pregunta cuál es
su nombre,
contesta: “Iaacov”. Y es justamente el Ministro de Esav que le hace ver
su
error: “No serás llamado más Iaacov, sino que Israel,
porque has luchado con un
ángel de D’s y con hombres, y has vencido” (Bereshit 32:28-29).
Algo parecido
encontramos en la época del Retorno a Tzion, cuando al principio
dice el
versículo “cuando el Eterno hizo tornar el cautiverio de
Tzion... entonces
decían entre las naciones, grandes proezas ha hecho el
Eterno por
ellos!” (Tehilim 126:1-2). Y sólo después el propio Am
Israel reconoció
que “el Eterno ha hecho grandes proezas por nosotros” (Tehilim 126:3).
Sólo después de su encuentro con el Ministro de
Esav comprendió nuestro abuelo Israel el profundo y
auténtico significado de su
lucha contra Esav. Y a partir de ese momento, su actitud y expectativas
del
futuro encuentro cambian totalmente. Mientras que antes buscaba alguna
forma de
conciliarse con él, de ahora en más hará todo lo
posible por alejarse de él. Y
cuando Esav le propone: “Emprendamos marcha y vayamos y yo iré
junto contigo”
(Bereshit 33:12), le contesta nuestro patriarca Iaacov: “Pase, pues, mi
señor
delante de su siervo, y yo guiaré lentamente, al paso que pide
la hacienda que
llevo delante, y al paso de los niños” (Bereshit 33:14). En este
momento, no
hay ninguna posibilidad de paz o cooperación entre ambos.
Sólo “hasta que
llegue a mi señor, en Seír” (Bereshit 33:14), que
insinúa al futuro, cuando
“salvadores subirán al monte de Tzion, para juzgar la
serranía de Esav, y del
Eterno será el reino” (Ovadia 1:21).
Am Israel regresa a su tierra, pero la
salvación en el Monte de Tzion se ve
demorada por el “conflicto” entre Israel y los pueblos árabes.
Pueblos que
gozan de grandes territorios y riquezas naturales, pero invierten su
energía en
agudizar el “conflicto”, en vez de elevar el nivel de vida de su gente
y
enriquecer a sus ciudadanos. Mientras que en todo el mundo los
conflictos entre
los pueblos llegan a su solución – ya sea a través de
negociaciones directas o
por intermediarios – sólo el “conflicto” por Eretz Israel
no finaliza, y
por el contrario, de año en año se agrava, y orienta
alrededor de él a las
grandes potencias mundiales y todas las naciones.
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Eretz
Israel no
se divide
Rav
Shlomó
Aviner
Respuesta: Es sobreentendido que una proposición
extraña como esa es un disparate. Como es sabido, la mitzva
del
asentamiento de Eretz Israel (
1.
Habitar en la tierra,
es decir, todo judío tiene que vivir en
Israel – y no en Babilonia o Nueva York o cualquier otro lugar en el
mundo.
2.
Asentamiento de la tierra,
edificarla,
asentarla, colmarla de judíos, de industrias, de campos y
viñedos. Como dice el
Ramba"n: "Que no la dejemos desolada" (Agregados al Sefer
HaMitzvot, precepto positivo 4).
3.
Posesión de la tierra, "y tomaréis posesión de la
tierra", es decir, el pueblo debe ser soberano en la tierra. Como dice
el
Ramba"n: "Que no la dejemos en manos de otra nación" (Agregados
al Sefer HaMitzvot, precepto positivo 4). Esta tierra no debe quedar en
manos
de otro pueblo, sólo bajo nuestro poder.
Esa mitzva
exige sacrificio. Sin sacrificio, no se logrará nada en ese
campo. No hay en el
mundo ningún pueblo que tomo posesión de su tierra sin
sacrificio, y por
supuesto que no tratándose de Am Israel (el Pueblo de
Israel). Todo lo
que tenemos hoy en día en nuestra tierra, es gracias al
sacrificio: Sacrificio
por hacer aliá (inmigrar a Israel), también en
Esa es la
regla, toda esta tierra tiene que estar bajo nuestro poder (Ramba"n,
Agregados al Sefer HaMitzvot, precepto positivo 4). Pueden habitar
aquí también
gentiles – bajo ciertas condiciones – como en cualquier otro
país. El que desea
habitar en algún país debe acatar sus leyes y su orden, y
por supuesto que no
debe andar asesinando a los ciudadanos de él!. Se puede hablar
de qué gentil
puede vivir aquí – según su religión y su
nacionalidad, su maldad o fidelidad –
pero todo eso como persona particular individual. Si un árabe
tiene una casa o
un campo – con pruebas claras que en efecto le pertenecen, y no los
robo – no
se lo quitaremos (ver Maamarei HaReaya, Pág. 252).
Pero estamos
hablando de la propiedad nacional, es decir: Estado. Qué
extraño es el
argumento: "Lugares donde de todas formas viven en ellos árabes
y no
judíos, qué diferencia nos hace si se encuentran bajo
gobierno gentil?"!.
Cuánta estupidez se necesita para decir algo así!. En
todo país del mundo hay
minorías – por supuesto, nuestro país no es como
cualquier otro, y debemos
vivir como un "reinado de sacerdotes y nación santa". Pero no
somos
menos que cualquier otro país del mundo – como dice el Mahara"l
al
principio de su libro "Netzaj Israel". Algo que cualquier otro
pueblo del mundo comprende – nosotros no lo comprendemos?!. Por
ejemplo: Acaso
si en Francia hay 8 millones de árabes – o 12 millones – de
pronto ellos
constituirán algún estado propio allí?!. Y
así es en cualquier país del mundo
donde hay minorías. Por supuesto, debemos respetarlos como todo
ser humano –
pero eso no les confiere ninguna soberanía nacional.
Por ello, toda
esa idea es un severo espejismo, una peligrosa confusión. Es
difícil de
entender cómo pueden ser dichas semejantes tonterías,
estupideces que ningún
pueblo del mundo es capaz de decir. Busquen algún pueblo sobre
la faz de la
tierra que este dispuesto a entregar a otro pueblo parte de su
territorio,
porque viven en él extraños!.
Esa estupidez,
según la teoría de nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá
Kuk, es consecuencia del
Holocausto (LeNetivot Israel Alef, Pág. 94): En el Holocausto no
sólo nos
asesinaron, sino que también nos volvieron locos, hasta tal
punto que perdimos
la confianza en nosotros mismos, y no somos capaces de dar un golpe en
la mesa,
y gritar que "esta tierra es nuestra!".
Me contó un
amigo, que estuvo de vacaciones en Alaska, y fue a pescar a la orilla
del mar.
Cuando viajaban en el avión, alguien preguntó un poco en
broma: "Y qué
pasará si llegará algún oso?". El guía
turístico no rió, y contestó:
"Mírale directamente a los ojos, y dile 'hey, oso, este es
mí
lugar!'". Más tarde, cuando estaba pescando, escuchó un
ruido tras él. Se
dio vuelta, y vio un amenazante y terrible oso. Tuvo el valor de
mirarle a los
ojos sin pestañear, y le dijo: "Hey, oso, este es mí
lugar!". El oso
gruñó, dio media vuelta y se fue.
Debemos
decir en forma clara: Esta tierra es nuestro lugar, toda ella es
nuestra!.
No por el hecho
que en nuestra ausencia – por haber sido expulsados cruelmente por
nuestros
enemigos – llegaron extraños, construyeron casas y robaron
nuestros campos, de
pronto esta tierra se transformó en la suya.
También el
argumento que todos esos barrios nos cuestan muy caro, es una
tontería. No
construimos nuestro país como un negocio. Millones de
judíos perdieron
millares. Pregúntale a cualquier ciudadano que habita en Tzion:
Acaso para ti
el país es sólo cuestión de economía y
seguridad?. Él se ofenderá, y te dirá:
"Por supuesto que no!. Es historia!".
Gracias a D's
tenemos economía y seguridad, pero no sólo por ello
regresamos a nuestra
tierra, sino que porque ella es nuestra tierra – y no esperamos
dos mil
años para entregar parte de ella a pueblos ajenos.
Ocurrió una
vez que Ben Gurión le preguntó a Tabankin – el
ideólogo del Movimiento
Sionista: "Se puede renunciar a partes de Israel para lograr la
paz?". Le contestó: "Debo aconsejarme". Al día siguiente,
le
dijo: "No!". Le preguntó Ben Gurión: "Se puede saber con
quién
te has aconsejado?". "Me he aconsejado con mi abuelo que ha muerto, y
mi nieto que aún no ha nacido".
Fortalezcámonos
y reforcémonos por nuestra tierra.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
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El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
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judía por medio
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invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: espanol@machonmeir.org.il,
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