Beahavá Ubeemuná
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Parashat Tzav     12 de Nisan 5767     Shabat HaGadol     No 610


Rav Dov Bigún El milagro de Shabat HaGadol
En la actualidad
(reimpresión)

“El shabat anterior a Pesaj es llamado “Shabat HaGadol” (El Gran Shabat) debido al milagro que tuvo lugar entonces” (Shuljan Aruj, Oraj Jaim, 430). Cuál fue el milagro? En el año en que el pueblo de Israel salió de Egipto, el 10 del mes de Nisan fue un shabat. Cada judío tomó un cordero para su ofrenda de Pesaj y lo ató a un pilar, como esta escrito: “El día diez de este mes, tomará para sí cada cual un cordero, conforme a su casa paterna, una res por cada familia…. Y la guardaréis hasta el día catorce de este mes, entonces la degollará toda la congregación de Israel, a la caída de la tarde” (Shmot, 12:3-6). Cuando los egipcios vieron esto preguntaron: “Por qué hacéis esto?” Les respondieron: “Para realizar un sacrificio con motivo de Pesaj, siguiendo lo que D’s nos ha ordenado”. Los egipcios temblaron, sus dientes se oscurecieron al ver que sacrificaban a sus dioses y no podían decir nada. Dado que en ese año, el décimo día del mes cayó en shabat, se decidió que el shabat anterior a Pesaj sería siempre denominado el “Shabat HaGadol” (Mishná Berurá, Ibid).
Según nuestros sabios, el gran milagro ocurrió cuando los hijos de Israel ataron el cordero y anunciaron que iban a sacrificarlo, a pesar de que para los egipcios era una divinidad y ellos no pudieron decir nada ni tocar a Israel.
Los egipcios creían, rendían culto y estaban subyugados a la  animalidad. Consideraban a la animalidad como la fuente y el objetivo de todo. La entrega al materialismo y a los instintos constituía el eje central alrededor del cual giraba la vida cultural de la sociedad egipcia. Esa animalidad estaba simbolizada por el cordero y el becerro. De repente, surgió el pueblo de Israel, esclavo en Egipto - quienes, por su parte, eran esclavos de  sus instintos y sus animales - y sacrificó a las deidades egipcias ante ellos, sin que pudieran hablarles ni tocarlos. Este constituye de por sí un gran milagro que D’s hizo, aún hace y hará en el futuro para el pueblo judío por siempre.
El Ramba"n presenta otra explicación al hecho que precisamente trajeron a  un cordero: Porque el mes de Nisan se encuentra bajo el signo astrológico del cordero (Aries) y los egipcios creían en la astrología. Es decir, para ellos todo se encontraba bajo el control de las constelaciones y de la naturaleza. No creían en un Ser Supremo que se encuentra por encima de todo. Por lo tanto, D’s ordenó al pueblo de Israel sacrificar a un  cordero y comerlo, para anunciarle a su pueblo y a todo el mundo que no salimos de Egipto por la fuerza de las constelaciones, sino por un decreto supremo de D’s y por su amor al pueblo judío.
En la actualidad, en el Shabat HaGadol debemos recordar el gran milagro divino. A pesar de que éramos un pueblo débil y vivíamos esclavizados en Egipto, levantamos nuestras cabezas y frente a los egipcios tuvo lugar el milagro de D’s, que lo hizo por su amor al pueblo de Israel.
Al igual que entonces, hoy en día nuestros enemigos no podrán superarnos porque “quien elige a su pueblo de Israel con amor” continúa expresando su gran amor y compasión para el pueblo judío.

Con deseos de Pesaj Kasher VeSameaj
(feliz fiesta de Pesaj)
y anhelando la redención.

Dov Bigún


La Luna y el Sol
Rav Lior Engelmann

La Luna se quejó, diciendo "no puede ser que hayan dos reyes que utilicen una misma corona". Fue decretado entonces su destino: "Por ello, ve y empequeñécete" (Bereshit Rabah 6). El Sol – la fuerza que imparte al mundo, que no cambia y alumbra en forma fija – y la Luna – que recibe su luz del Sol, que cambia constantemente – son la expresión de dos fuerzas titánicas que existen en la realidad. "El rostro de Moshé es como el Sol, y el rostro de Ioshua es como la Luna" (Baba Batra 75A): Moshé es la expresión del nivel de la Torá escrita, mientras que Ioshua es la expresión del nivel de la Torá oral. Am Israel (el Pueblo de Israel) fue comparado con la Luna: "Y a la Luna le ordenó que se renueve cada mes… que habrán de renovarse como ella, para gloria de su Creador" (oración de Birkat HaLevana). Y D's es asemejado al Sol.
También en la persona encontramos al Sol y a la Luna: El Sol, "el gran astro" (Bereshit 1:16) – es el raciocinio. El raciocinio siempre alumbra, no es influido por los cambios sentimentales y las distintas situaciones. La Luna, "el pequeño astro" (Bereshit 1:16), es el mundo de los sentimientos, que recibe las sensaciones de afuera, está sujeto a grandes cambios, y siempre se encuentra en movimiento perpetuo. Ambos astros fueron creados grandes, "los dos grandes astros" (Bereshit 1:16): En un principio, lo correcto sería que se encontrasen en el hombre ambas fuerzas en todo su apogeo – el raciocinio y el sentimiento – pero el choque entre ambos no lo permitió. Por ello, el raciocinio recibió su gobierno en el mundo de la Torá, la sabiduría y el cultivo de las virtudes, mientras que el sentimiento nos sirve en los aspectos más prácticos de la vida, de la familia, la sociedad y otros (Orot HaKodesh Alef 253).
En efecto, la brecha entre el raciocinio y el sentimiento de la persona muchas veces produce un distanciamiento entre lo que abarca su sabiduría y lo que vive en sí mismo y siente. A veces, la persona se encuentra colmada de conocimientos correctos pero no los vive en todo su vigor, su cerebro lo dirige pero su corazón no colabora con él. Esa tensión es lo que motiva nuestra esperanza que llegarán días en los que el raciocinio y el sentimiento volverán a actuar en armonía, "y será la luz de la Luna como la luz del Sol… como lo era antes de haber sido empequeñecida" (oración de Birkat HaLevana).
La relación entre el Sol y la Luna, entre el raciocinio y el sentimiento – tiene su expresión en las festividades de Am Israel. Rosh HaShaná (Comienzo del Año) cae en el primer día del mes de Tishrei, "en el novilunio, el día de nuestra fiesta" (Tehilim 81:4) – el día en que la Luna se oculta. Cuando la persona se deja gobernar por los sentimientos, puede ser llevada por mal camino. El sentimiento como director del hombre puede dirigirlo hacia duros pecados. En Rosh HaShaná, el sentimiento es desplazado, la Luna es ocultada y sólo el Sol brilla: El raciocinio vuelve a gobernar, y la persona anhela coronar sobre él a D's. En el correr de los Aseret Iemei Tshuvá (Diez días de Arrepentimiento, desde Rosh HaShaná hasta Iom Kipur) la Luna se renueva paulatinamente, se abre para el Sol, hasta que en el 15avo día del mes de Tishrei se encuentra en su apogeo, la armonía es plena – "el momento de nuestra alegría" (la festividad de Sucot). La alegría de la armonía plena entre ambas fuerzas, entre el Sol y la Luna.
En Rosh Jodesh (comienzo del mes) de Adar: La Luna se oculta. El raciocinio aprende que "cuando comienza el mes de Adar, se aumenta la alegría". Poco a poco, el sentimiento marcha en dirección a la gran alegría, hasta que el 14 y el 15 de ese mes – cuando la Luna está llena – confiamos totalmente en el sentimiento, y no nos preocupa perder el raciocinio (la festividad de Purim): "La persona debe embriagarse hasta que no sepa..." (Meguila 7B). La Luna llena es totalmente afín al Sol, e incluso el que se embriagará y se dejará llevar por sus sentimientos será fiel a la profunda sabiduría.
Algo parecido ocurre en el mes de Av: "Cuando comienza el mes de Av, se disminuye la alegría". La Luna no se encuentra, y el Sol – con la fuerza del raciocinio – nos enseña respecto a la destrucción, Sinat Jinam (el odio gratuito) y la terrible pérdida [la destrucción del Templo. N. del T.]. Un paso tras otro, la Luna se va revelando – sentimos el dolor de la Shjina (manifestación de la Presencia Divina). En el noveno día del mes, el ayuno nos hace sentir una profunda pena. En el día 15 – cuando la Luna está llena – el raciocinio y el sentimiento han llegado a su plena armonía. Sinat Jinam, la razón de la destrucción, será corregida con sentimientos de amor, serán construidos nuevos hogares en Am Israel llenos de amor, se casarán hombres y mujeres – se unen el Sol y la Luna.

Rosh Jodesh Nisan – la Luna se oculta. "Este mes os será el principio de los meses, os será el primero de los meses del año" (Shmot 22:2). Am Israel escucha por primera vez la orden de prepararse para Pesaj, todavía no se siente nada, sólo el raciocinio entiende. El décimo día, toman un cordero, comienzan a sentir, a prepararse. El 14 del mes, ya sienten lo que está a punto de ocurrir, comen la ofrenda de Pesaj apresuradamente, ceñidos, calzados, con el bastón en la mano: Todo ya se siente, vive y es una realidad!.
La salida de Egipto ocurrió la noche del día 15 del mes, a medianoche!. La Luna mira con todo su rostro al Sol, recibe de él toda la luz. El sentimiento le responde totalmente a la gran sabiduría, la persona siente y sabe que llegó el momento de la gueulá (Redención).
"Incluso si todos fuésemos sabios, si todos fuésemos inteligentes, si todos fuésemos ancianos, si todos fuésemos completamente versados en la Torá, tenemos la obligación de relatar la salida de Egipto. Y todo el que relate ampliamente, será meritorio" (Hagada de Pesaj). La noche del Seder es el 15 de Nisan – una noche en que la Luna llena se encuentra en el firmamento, en armonía con el Sol. En esa noche, incluso si todos somos sabios, si nos encontramos en el nivel semejante al Sol que es fijo y alumbra – no alcanza con ello. Anhelamos descubrir dentro nuestro también la Luna en su plenitud. No nos alcanza con el raciocinio, con la sabiduría, con el entendimiento. Queremos que también el sentimiento sea partícipe, sentir la vivencia. No nos contentamos sólo con el conocimiento de la salida de Egipto, queremos sentir como si nosotros mismos salimos de allí. Y por ello, debemos contarlo. El cuento no es sólo un relato de acontecimientos: Todo buen cuento logra introducir en él al oyente y al que cuenta, juntos los dos. Nos emociona, nos hace vivir todo lo que le ocurrió a nuestro pueblo en ese preciso momento. El que lo cuenta, siente que él mismo salió de Egipto!. Incluso si sabemos toda la Torá, ha llegado el momento de relatar, de vivir y sentir la grandeza del momento. No es por azar que en esa noche tenemos la mitzva de contarle al hijo. El tierno niño es todo él Luna, colmado del sentimiento infantil, recibe todo de sus padres – como la Luna frente al Sol. Para llegar al corazón de él, los padres le cuentan, se emocionan y le hacen sentir. Reviven ellos mismos - con la ayuda del curioso niño - la profundidad de esa vivencia. Una noche de raciocinio y sentimiento - de Sol y Luna. 

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Enrólate en la Rabanut HaTzvait
Rav Shlomó Aviner

Antes que nada, debes ir al ejército!. Es una mitzva triple: Salvación del pueblo, salvación de la tierra, y la gloriosa Santificación del Nombre de D's.
Todos los puestos son importantes, todas las unidades son importantes, todas las unidades son necesarias, "conforme a la porción del que salió al combate, así ha de ser la porción del que se quedó con el bagaje, compartan de un mismo modo" (Shmuel Alef 30:24). Y por supuesto los que se encargan de "iluminar", de kashrut y shabat, de los entierros y de las conversiones, de la ayuda y el apoyo, del ánimo y de la valentía. Hay quien lucha, hay quien apoya la lucha - y hay quien se encarga del alma de la lucha. Tzaha"l (Ejército de Defensa de Israel) marcha gracias a lo que come, y más aún gracias a su alma. También en los ejércitos de los gentiles hay personas que se encargan del aliento de las unidades. Incluso en el ejército de Rusia hay un ideólogo de la lucha, y en base a ello, así fue en el Palma"j (una de las organizaciones armadas que lucharon la Guerra de la Independencia).
Por ello, enrólate para ser un Rav del ejército, para ser un encargado del judaísmo en alguna unidad, o todo otro papel espiritual o en el plano de la halajá. También en el ejército de carrera, o en el servicio de reservista. Ya sea los que están limitados por problemas médicos, o incluso los que no lo están. Y si deseas enrolarte para prestar un servicio militar como luchador, puedes cumplir alguno de esos papeles en una unidad combatiente. El Cohen (sacerdote) que era ungido y salía con el ejército, no pronunciaba algún sermón y volvía a su oficina – marchaba con los combatientes. Si lo deseas, podrás ser un Rav- combatiente, un Rav que marcha con los soldados al combate.
Y también debes enrolarte para encargarte del aspecto judío de la unidad: Es un desafío, es una misión, es un aporte. Tzaha"l es el ejército de todo Am Israel (el Pueblo de Israel), con sus luces y sus sombras. El pueblo necesita personas que trabajen y personas que luchen – y no menos que ello necesita personas de fe y personas de espíritu. Y por supuesto que el ejército que tiene que vivir cosas duras - y a veces muy duras - necesita de gente de espíritu que fortalezca la moral de los combatientes y de todos los soldados. Por ello, la Rabanut HaTzvait (Rabinato del Ejército) no es una división particular, sino que una sección de todas las divisiones, una sección que es el espíritu que le da vida a todas las otras divisiones.
Si eres joven – o joven de espíritu – enrólate en la Rabanut HaTzvait. No digas: "Pero...", porque de ese tipo de objeciones nunca salió nada, y nada avanzó. La Rabanut HaTzvait se renueva – y tú te renovarás con ella. No temas!. Tú tendrás éxito!. Podrás realizar grandes acciones de Torá, de emuná (fe), de ayuda, de valentía. Dijo Napoleón: "La moral, vale tres veces más que el armamento". Y nosotros decimos: Los mejores – a la Rabanut HaTzvait!. Por el bien del Ejército Judío, por un ejército fuerte.
Y también por tu mérito se cumplirá el versículo: "Porque el Eterno, vuestro D's, es el que os acompaña para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros" (Dvarim 20:4) – un ejército kadosh (santo), y un ejército triunfante.
Para más detalles, llama al 03-5692760, 03-5695174.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
espanol@machonmeir.org.il, editorial@alumbrar.org