Beahavá Ubeemuná
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Parashat Pinjas     19 de Tamuz 5766     No 573


Rav Iaacov Filver Una persona que dirija la congregación
Rav Iaacov Filver

Son muchas las crisis que pasa la sociedad israelí en nuestra época - pero la más aguda es la crisis de liderazgo. Es notoria en todos los campos, y quizás todas las demás son generadas por ella. En su libro “Jobat HaLebabot” (Shaar HaBejira, Cáp. 5) nota su autor que la Providencia Divina hace que las personas se pongan de acuerdo en la elección de una persona que los dirija y sea su líder, a la que ellos escuchan y obedecen - a pesar que en forma natural las personas no coinciden en su opinión. Ese acuerdo es imprescindible para la subsistencia de la sociedad humana, y sin ella las personas nunca coincidirían en construir una torre o una muralla, y todo sería un anarquismo. Y por ello, dijeron nuestros sabios: “Reza por el bien del gobierno, ya que de no ser por él las personas se comerían unas a otras” (Avot 3:2). El liderazgo es una necesidad humana, y a ello se refirió Iotam con su parábola (Shoftim 9:7-15): “Una vez los árboles fueron a ungir rey sobre ellos”. En su parábola, describe distintos tipos de liderazgo: Hay un líder que es como un olivo – que aporta al público en el plano espiritual, como el aceite que alumbra. Y hay un líder que es como una higuera – que endulza la vida de los habitantes del lugar. Y hay un líder que es como un viñedo – que alegra al D’s y a las personas con su producción. Pero en la práctica no son ellos los que gobiernan, sino que el mando es tomado por el espino – un arbusto punzante que no aporta nada al público, solo arruina y hace doler. A veces el público es el culpable que alguien semejante es su dirigente – cuando en su necedad lo eligen como líder. Pero a veces es un castigo Divino, por la forma corrupta que se condujo el público anteriormente. Así dicen nuestros sabios (Baba Kama 52A): “A la cabeza del rebaño marcha una cabra. Y cuando el pastor se enoja con el rebaño, ciega a esa cabra”. Comenta Rashi: El pastor tiene una cabra perspicaz, que las otras acostumbran a seguir. Cuando el pastor se enoja la ciega y ella se tropieza y cae en los pozos – y todo el rebaño tras ella. En forma similar, cuando D’s castiga a Su pueblo, les nombra dirigentes que no son correctos. La cabra ciega, es un ejemplo de un liderazgo fracasado. También los espías son un ejemplo de un liderazgo de ese tipo.
Cuando nuestro Rav Moshé se encuentra a punto de concluir su papel, comprende que no es sobreentendido quién lo sucederá. Él no confía en el público que sabrá nombrar un líder que lo continúe, pero al mismo tiempo tampoco confía en sí mismo, y no hace como Iaacov antes de su muerte, que definió qué papel tendrá cada uno de sus hijos. Entonces, le ruega a D’s: “Nombre el Eterno… un hombre que esté sobre la congregación” (Bamidvar 27:16).
Por qué le pidió Moshé a D’s que Él nombre su sucesor?. Nuestros sabios dicen (Guitin 14A): “Nadie llega a adquirir los conceptos de la Torá, sino que fracasando”. Moshé ya fracasó en el pasado en ese aspecto, cuando nombró a los espías para explorar la tierra. De ello aprendió que nombrar al líder correcto es una tarea que supera las posibilidades humanas - incluso de nuestro Rav Moshé - y le pide a D’s que Él lo nombre.
Y cómo sabemos que Moshé fracasó en el nombramiento de los espías?. El Ramba”n (Rabí Moshé Ben Najman) en su comentario a la Torá (Bamidvar 13:2) dice que D’s sólo consintió en que fuese enviada una persona de cada tribu, pero Él no dijo qué persona debería ser enviada. Sólo le ordenó a Moshé: “Envía hombres que exploren la tierra... un hombre de cada una de las tribus de sus padres enviaréis” (Bamidvar 13:2). Y Moshé decidió elegir justamente esos – y ellos hicieron el mal. Cuál fue el error de Moshé?. A primera vista, cuando fueron elegidos no hubo ningún error, ya que en ese momento ellos eran correctos (Bamidvar 13:3, Rashi). Entonces, no había ninguna razón para que no fuesen elegidos?!. Y si Moshé no tomó en cuenta que el líder, luego de haber sido nombrado, puede cambiar su forma de ser y decir que “las cosas se ven ahora distintas”, qué culpa tiene?. Incluso si Moshé sabía que existía esa posibilidad y la tomó en cuenta – ya que Moshé le cambió el nombre a “Oshea Bin Nun”, y lo llamó “Ioshua” rogando que D’s lo salve de lo que traman los demás espías (Bamidvar 13:16, Rashi) – él eligió los mejores que encontró. Y a pesar de ello, en la práctica fracasó. Por ello, cuando era necesario nombrar un nuevo líder para Am Israel (el Pueblo de Israel), esta vez Moshé no confía en sí mismo, sino que le pide a D’s: “Nombre el Eterno, el D’s de las almas de todo ser viviente, un hombre que esté sobre la congregación, que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, y que los haga a ellos salir y entrar, para que no sea la congregación del Eterno como ovejas que no tienen pastor” (Bamidvar 27:16-17). Y así dicen en el midrash: “‘Nombre el Eterno... un hombre que esté sobre la congregación’ – cuando le fue dicho que morirá, pidió misericordia por Am Israel, que les proporcione un dirigente que sea capaz de soportarlos. Dijo: D’s, Tú conoces las almas de todo ser viviente, Tú sabes quién es paciente y quién es irritable. Por favor, nombra un hombre que dirija la congregación que salga delante de ellos en el desierto, y que se ocupe de todas sus necesidades, y que los haga salir con rapidez, y que rece para que ellos entren a la tierra”.
Otro ejemplo de un fracaso en la elección del líder para Am Israel, fue cuando D’s le ordenó al profeta Shmuel encontrar alguien que supla a Shaul. También Shmuel - a pesar que él mismo se dedicó íntegramente por el bien del pueblo, y no tomó ni un sólo burro de nadie - se equivocó cuando pensó elegir a Eliav, por su buena apariencia y su estatura. Pero D’s le hizo ver su error, diciéndole: “Porque el hombre mira a los ojos, mas el Eterno mira al corazón” (Shmuel Alef 26:7).
También hoy en día, necesitamos pedir como nuestro Rav Moshé: “Nombre el Eterno... un hombre que esté sobre la congregación...”. Si bien ese rezo es actual en toda generación, en la nuestra es muy necesario. Nuestro deseo es que seamos meritorios frente a D’s que así sea, pronto, en nuestros días.
 

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Rav Shlomó Aviner El plano exterior y el plano interior
Rav Shlomó Aviner

En toda labor constructiva seria – personal o nacional – hay que erigir el plano exterior y también del plano interior. Si sólo se construye en el plano exterior, es como un cuerpo sin alma – que finalmente se desmoronará. Pero ocuparse exclusivamente del plano interior tampoco es bueno, como si se flotase en el aire, como un demonio – que tiene alma y no tiene cuerpo. También la lucha por Iesh”a (Iehudá, Shomrón y Aza) que arde en nuestros corazones necesita que nos ocupemos del plano exterior y al mismo tiempo del plano interior.
Un ejemplo de lo que es considerado plano exterior: Desarrollo de la inteligencia, el conocimiento, el estudio de la Torá. El plano interior, será: Profundizar en el Temor a D’s, el rezo, el culto a D’s, fortalecer el deseo de hacer el bien (Orot HaKodesh Guimel 88). Incluso el estudio de la Torá en sí, es considerado parte del plano exterior si la persona sólo adquiere conocimientos que no penetran en lo profundo de su ser – como Doeg el Edomita, cuya Torá era “de la boca para afuera” (Sanhedrin 106B). Debemos esforzarnos para que el estudio de la Torá también edifique la personalidad por dentro, y eleve la voluntad.
Otro ejemplo de construcción del plano exterior: Aliá (emigración a Israel), asentamiento de la tierra, edificación del Estado de Israel, soberanía sobre Eretz Israel
(la Tierra de Israel), formación de los asentamientos, actividades por el bien de Iesh”a. Construcción del plano interno: Profundizar nuestra humildad, limpiarnos de toda codicia y envidia, ser recatados.
Cuál es nuestra labor hoy en día en el plano externo, por el bien de Iesh”a y por nuestra tierra? – eso lo saben muchos. Es cierto que existen diferencias de opinión, pero es como en todo tema, es natural. Y en general, las diferencias de opinión no son tan grandes.
Pero ahora, nuestro tema es la edificación del plano interno – y también a través de él lograremos curar a nuestro pueblo y a nuestra tierra.
Por lo tanto, debemos arrepentirnos sinceramente – día a día, y hora a hora. Por supuesto, de esa forma también influiremos sobre los demás para que también ellos se arrepientan sinceramente. Pero en primer lugar, nosotros debemos hacerlo.
Debemos fortalecer nuestra fe en D’s, debemos escapar del desaliento, de la tensión y de la depresión. Debemos creer que el mundo tiene un Dueño, y debemos tener fe en su Hashgajá (providencia).
Agregaremos recato – tanto hombres como mujeres – ya sea en las vestiduras como en nuestras obras, en nuestra forma de hablar y en nuestra forma de mirar, en nuestros pensamientos y también en nuestros deseos.
Seremos delicados, súper-delicados, sin la más mínima brutalidad, ni siquiera verbal, tanto para con los lejanos como para los cercanos.
No hablaremos durante el rezo ni durante la lectura de la Torá – ni siquiera durante las pausas, ni siquiera con relación a la Torá misma. Desde el principio del rezo hasta el final, no diremos ni una sola palabra. El autor de “Tosfot Iom Tov” llegó a decir que es por esas conversaciones que ocurrieron las terribles tragedias de los años 5408-5409, e incluso escribió una bendición específica para quienes no hablan durante el rezo.
No diremos todo el día: “Malvados!”, respecto a parte de nuestros hermanos, sino que lucharemos contra la maldad interna dentro nuestro. No hablaremos respecto a ellos calumnias ni chismes. Trataremos de encontrarles algún merito – ya que ellos son como niños que fueron educados sin tener conocimiento verdadero de los valores del judaísmo, ya sea en lo que respecta a la Torá, como en lo que respecta a Eretz Israel (la Tierra de Israel). Los amaremos. Amar en la práctica – no es fácil. Amar cuando se habla – es difícil. Amar en el pensamiento – es más difícil aún. Se necesita mucha fuerza de voluntad. Purificarse del odio es una gran proeza, algo heroico. También nos esforzaremos por añadir comprensión mutua.
Purificaremos nuestras bocas. Purificaremos nuestros corazones. Juntos, nos cuidaremos de no hablar calumnias ni chismes. Hay, que terribles son las calumnias y los chismes!.
Todos sabemos: Lo que tú odias, no se lo hagas a tu prójimo. Y lo que no quieres que digan de ti, no lo digas respecto a tu prójimo. También eso es sabido - pero se lo debe cumplir.
No robaremos. No engañaremos en el comercio. No eludiremos impuestos, trabajaremos honestamente. No nos ocuparemos de nuestros asuntos personales en las horas de trabajo, ni siquiera de nuestras mitzvot: Las mitzvot las haremos en nuestro tiempo libre – y no robando.
No ofenderemos a nadie. También si nos veremos obligados a cumplir la mitzva de reprender a nuestro prójimo, lo haremos con mucho cuidado, para no ofenderlo.
Respetaremos a nuestros padres y a nuestros hijos. Respetaremos a los maestros y a los alumnos. Respetaremos talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá), por supuesto que de todas las corrientes. Respetaremos a los ancianos, respetaremos a todas las personas.
No odiaremos a nadie. No es fácil. A los ángeles les resulta muy sencillo, pero a nosotros nos es difícil. En efecto, es parte de la edificación del plano interno.
Nos purificaremos del orgullo, de la búsqueda del honor, de la ira, de la envidia, de la codicia. Nos purificaremos y nos volveremos a purificar.
Si haremos así, salvaremos a Iesh”a y también a la nación de la depravación, de la brutalidad, de la Profanación del Nombre de D’s y de la ruina de las familias.
Estudiaremos el libro “Mesilat Iesharim” cien veces, y nos esforzaremos todo lo que podamos por conducirnos por su sendero.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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