Parashat Vaikra 7 de
Nisan 5785 No 1504
Fuimos
redimidos y diferenciados
En
la actualidad
Cada
festividad nos trae su corrección y resplandor
singular, un resplandor que es un poco como el primer alumbramiento que
le fue
entregado a Am Israel (el Pueblo de Israel). A través
del cumplimiento
de las mitzvot que fuimos ordenados, “en recuerdo de
El tema de
la prohibición del jametz (fermento)
y el comido de
Pero hay un
momento especial, que es la festividad
de Pesaj, en la que Am Israel fue ordenado prescindir
totalmente
del jametz, cuando está prohibido que se encuentre o se
lo vea entre
nosotros. A través del comido de
En la actualidad, en cada
generación la persona debe verse a sí misma como si
él saliese
ahora de la esclavitud de Egipto, y al respecto ordenó D’s en
Con
bendiciones de Jag Kasher VeSameaj
(fiesta
alegre y kasher)
con anhelo
de la gueulá plena
Dov
Bigún
“Porque
no saldréis con precipitación”
Rav
Shlomó Aviner
El
Rav
Kuk explica que hay una diferencia básica
entre la primera gueulá (redención) y la última.
La redención de
Egipto fue precipitada (Shmot
12:11, Dvarim 16:3, Brajot 9A). Pero
con
respecto a la última
redención,
dice el versículo:
“Porque no
saldréis
con precipitación”
(Ishaya
52:12, Maamarei HaReaia pág.
164). ¡¿Es que
acaso existe alguna
limitación de
la capacidad Divina?! ¡Por
supuesto que no! Pero existen distintos tipos de redención:
Precipitada y gradual,
milagrosa y
natural, según la
medida de la
Justicia y según la
medida de
¿Cuál
es la ventaja de una redención precipitada? Es obvio. Pero
¿cuál es la ventaja
de que no sea precipitada? Es que la redención
de Egipto, D’s hizo, “comienza de lo alto”. La redención
actual es a través nuestro, iniciada por nosotros mismos,
“comienza de abajo”.
Lo que D’s hace, lo hace rápido.
Pero lo que
nosotros hacemos, somos sólo seres humanos, ni ángeles
ni serafines, y por lo tanto lleva tiempo. Hay ascensos y descensos,
dificultades y crisis,
el ritmo de
avance depende de nuestras fuerzas y si somos merecedores. La redención de
Egipto fue en contra de nuestra
voluntad. Estábamos inmersos bajo 49 grados de impureza, casi
pasamos el límite
del cual no se puede regresar
(Ramba”m, Halajot de Avoda Zara, fines del primer capítulo).
Y D’s nos redimió, en
su grandeza.
Por supuesto, hay que estar preparado para acoger el “comienzo de lo
alto”, ser
capaz de recibirlo, pero la última
redención
“comienza de abajo”, a través de
nuestra voluntad, entusiasmo, sacrificio y lucha. Y por eso no es en
forma
precipitada, hay dificultades y crisis.
Pero depende de nosotros, y desde ese punto de vista es más
grandiosa. Es la “Conducción de
Pero
no hay que olvidar que también el “comienzo de abajo” es de
origen Divino. Todo
proviene de Él,
bendito sea. Escuchemos el canto de David: “Porque conTigo embestiré ejércitos”
(Shmuel Bet 22:30, Tehilim 18:30). Yo embisto a los ejércitos,
pero es conTigo, D’s del mundo. Cuando yo embisto a los ejércitos,
es D’s el que embiste a mi
lado, y a través mío. “Y
con mi D’s
saltaré
muros” (Ídem.).
Yo salto el muro, pero lo hago con D’s. “Pone mis pies como los de
gacelas”,
cuando yo corro rápidamente
como una
gacela, D’s es el que les da a
mis pies esa
fuerza. Yo sé
luchar porque Tú,
D’s, “adiestra mis manos para la
guerra”. D’s es el que hace a través nuestro, es el “comienzo de
abajo”, largo
y complicado. La salida de Egipto es a través de Moshé,
que está por
encima de
todo, que no come ni bebe cuarenta días,
pero en realidad es D’s mismo el que hace. Por eso, en la Hagada
de
Pesaj no es mencionado nuestro Rav Moshé
salvo una sola vez, “y creyeron en el Señor
y en Moshé, su
siervo”, el
versículo
que recalca
que Moshé no
es más que
el siervo de D’s, en la anulación
total (comentario del Gaón de
Vilna a la Hagada). “Yo, y no un
ángel,
Yo y no un serafín, Yo y no un
enviado” (Hagada de Pesaj). ¿Es que Moshé no fue un
enviado? No, él es
como el hacha en la mano del leñador,
como la pluma en la mano del
escriba. El Señor
del mundo hizo
todo, y nosotros fuimos pasivos, contemplando sus milagros y
maravillas. “No
temáis,
estad firmes,
y veréis la
salvación que
el Eterno obrará para
nosotros hoy... El Eterno
luchará por
nosotros, y
vosotros guardaréis
silencio”
(Shmot 14:13-14). Ustedes no tienen que hacer nada, solo estar firmes y
contemplar, y D’s hará todo
el trabajo.
Solo tienen que creer, y
de esa forma
ser capaces de acoger Su grandiosa bondad.
Pero
actualmente es a través nuestro. Nosotros tomamos la iniciativa,
nosotros
luchamos, y por supuesto, recordamos que “conTigo embestiré ejércitos,
y con mi D’s saltaré
muros”.
Cuando
comenzó a
despertar el
anhelo por Tzion,
comenzó la
polémica
de nuestros Rabinos. Unos decían así, y
otros decían
asá. No
hay que tomar
ninguna iniciativa, dijeron los Rabinos de
El
Señor
del mundo hace
crecer una planta, y es imposible obligar a una planta a crecer más rápido;
se estropea y marchita. Tiene su propio ritmo, y hay que ser paciente.
El
carpintero marca con fuerza su huella sobre la madera, a su voluntad
acorta o
alarga. Pero el agricultor, trabaja lentamente, “tiene fe en
D’s y siembra” (Tosafot, Shabat
31A, citando el Talmud Ierushalmi).
“La
planta de David, Tu siervo, haz crecer pronto”, lo más
rápido
posible. Pero hay un límite,
ya que a fin de cuentas, es una
planta.
En
la redención de
Egipto todo
fue en forma precipitada. De pronto, salimos
de Egipto, de pronto, nos instituimos en pueblo, de pronto, recibimos
Pero
ahora, no. Nosotros hacemos, en forma natural. En aquellos días,
nuestra segunda naturaleza se había
echado a perder, y era necesario
luchar contra ella hasta aniquilarla, desmenuzar todos sus groseros
componentes. No dejarse llevar por ella, por supuesto, sino que
dominarla,
someter la grosera y rústica
naturaleza
(Orot, Orot Hatjiá 30).
¿Quién es el
valeroso?, el que domina su instinto (Avot 4:1), su naturaleza (Shmoná
Prakim, cap. 4). Pero desde ese
entonces pasaron más de
tres mil años, y
nuestra naturaleza se refinó. Y
es por eso por lo que irrumpe,
como un fuerte impulso interno, también en planos positivos: El
asentamiento de
la tierra, el regreso a Tzion,
institución del
Estado, luchas contra nuestros
enemigos que quieren exterminarnos, y el engrandecimiento de
Y
reiteramos: Lo que nosotros queremos hacer, es la mano de D’s. En aquel
entonces, “D’s luchará por
vosotros”,
pero ahora, nosotros luchamos. Pero también
de esa forma, D’s lucha a través nuestro. “ConTigo embestiré ejércitos,
y con mi D’s saltaré
muros”. Siempre
es la mano de D’s la que hace. Pero así
es más
grandioso aún: El
Señor
del mundo tiene “una morada en la tierra” (Tanjuma, Nasó
7:1). Lo que nosotros hacemos en forma natural, es la voluntad de D’s.
Por
supuesto, la naturaleza no ha llegado a su perfección,
el camino aún es
muy largo,
pero ya comenzamos a marchar. Todavía
no llegamos al Meshiaj (Redentor). Es el resplandor del profeta
Eliahu.
El Rav Kuk escribe: “Yo veo el resplandor de Eliahu que comienza a
alumbrar”
(Orot, Ídem.). ¡El Rav Kuk ve! Ya no se trata de una
grosera naturaleza que
debemos someter a la fuerza, sino que la santidad de la naturaleza
comienza a
manifestarse y genera imponentes obras, en un “comienzo de abajo”. Es
el último
redentor, el profeta Eliahu
(Orot, Israel Utjiató 28),
que trae la
armonía
entre la
naturaleza interna y la sublime luz Divina, de forma que la naturaleza
habla en
nombre de D’s. Él
hace las paces entre los padres y los hijos. Los padres, en los que
brilla el
resplandor de
Lleva
tiempo, “La realidad no tiene veloces alas
como la imaginación”
(Orot, Orot Hatjiá 3).
Hay problemas, sufrimiento y
derrotas. Se necesita sacrificar. Y al mismo tiempo, hay que alegrarse
una
alegría sin
fin por todo
lo que pasa, que es para bien. Bienaventurados somos, cuan dichoso es
nuestro
destino, que nosotros vivimos en esta gran generación,
una generación
maravillosa, sin
par en toda la historia, que es totalmente distinta de la generación que
salió
de Egipto, y al mismo tiempo es tan
similar a ella. El mismo D’s que se reveló
en ese entonces en un “comienzo de lo alto”, se revela ahora en un
“comienzo de
abajo”, lo que es más
grandioso, para
que todos sepan que “Nuestro D’s es uno, en el cielo y en la tierra”
(Canto
Ejad mi yodeá),
“en el
principio creó D’s
el cielo y la
tierra”, y sobre todas las cosas “tuyo, oh Señor,
es el reino”.
Meorot
HaShabat
El cometido
de esta sección es familiarizar a los
lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno
debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las
numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no
limitarse a lo
escrito en esta sección.
Kidush
Kidush en el rezo
y la
obligación de hacerlo con una copa
En
el rezo de Arvit en la noche del Shabat mencionamos el
alabado
del Shabat y su kdushá (santidad). Luego, antes
de la cena
hacemos Kidush con una copa de vino, y también en
él mencionamos las
alabanzas del Shabat y su kdushá, como dijeron
nuestros sabios
“recuerda el día de Shabat para santificarlo –
recuérdalo sobre el vino”[1].
Hay
quienes opinan que la obligación del Kidush según
la Torá se
cumple con el mencionado de las alabanzas del Shabat y si kdushá
incluso sin vino, pero nuestros sabios instituyeron la
obligación de hacerlo
con la copa de vino, e incluso una persona que ya mencionó el Shabat
nuestros sabios lo obligan a hacer kidush sobre la copa de vino[2].
Escuchado
del Kidush de un niño
Según
ello, hay poskim (sabios que determinan la halajá)
que opinan que
una persona mayor que ya mencionó el Shabat en su rezo,
cumplió con su
obligación de la Torá, y a partir de ese momento
su obligación de hacer Kidush
con el vino es sólo de nuestros sabios, y por lo tanto puede
cumplir su
obligación escuchando un pequeño que ha llegado a la
obligación de educación y
hace Kidush, ya que también él tiene
obligación de Kidush según
nuestros sabios[3].
El
Mishná Brurá escribió que no se debe fiar
en ello por varias razones[4],
y por
ello también cuando el mayor ya rezó Arvit y
mencionó el Shabat
en su rezo, no debe cumplir su obligación de Kidush con
el vino
escuchándolo de un pequeño[5].
[1](Gmará, Psajim 106A, Shuljan Aruj 271,
Mishná Brurá inciso 2, Biur
Halajá comienza miad).
[2]Y hay quienes opinan que la obligación del Kidush
sobre la copa de
vino es de la Torá, y también si ya mencionó el
Shabat en su rezo, todavía
tiene la obligación de cumplir la mitzva de la Torá de
mencionar el Shabat
sobre la copa de vino (allí, Biur Halajá comienza miad).
Y citó lo que escribió
Rabí Akiva Iguer que la opinión del Ro”sh y del Ra”n es
que el Kidush con la
copa de vino es según la Torá, y según el Ro”sh es
más, incluso si el Kidush
sobre la copa de vino no fue recitado en donde se come enseguida, no
cumplió
con su obligación según la Torá.
Y según la opinión de los que sostienen que cumple con
su obligación de Kidush según la Torá con el rezo,
escribieron los Ajaronim
cómo es que el hombre que ya rezó Arvit y según la
Torá cumplió su obligación
de Kidush puede recitar el Kidush en su casa y con ello cumplen con su
obligación su esposa y sus hijos que todavía no rezaron,
y su obligación es de
la Torá.
[3](fue citado allí, Mishná Brurá
inciso 2). Y escribió en Derej HaJaim
que justamente cuando el pequeño no rezó aún
Arvit, pero cuando ya rezó,
también según esa opinión el mayor no puede
cumplir su obligación escuchando al
pequeño, porque la obligación del pequeño es “dos
de nuestros sabios” [en
primer lugar toda su obligación es de nuestros sabios, y en
segundo lugar ya
mencionó al Shabat en su rezo], mientras que el mayor es “uno de
nuestros
sabios” [mencionó el Shabat en su rezo]. Pero el Jaiei Adam en
la regla 5
inciso 23 no coincide con ello, y opina que incluso cuando el
pequeño ya rezó,
el mayor que rezó puede cumplir su obligación escuchando
al pequeño (allí,
Shaar HaTziun inciso 2).
[4]En primer lugar las mitzvot necesitan intención, y
por lo general
las personas no piensan cumplir con la obligación de Kidush en
el rezo. En
segundo lugar, en el rezo no recuerda la Salida de Egipto en el Kidush.
En
tercer lugar en un principio hay que tomar en cuenta la opinión
de grandes
sabios que no se cumple la obligación de Kidush de la
Torá con el rezo,
solamente con la copa de vino (allí, Mishná Brurá
y Biur Halajá comienza miad).
[5](allí, Mishná Brurá y Biur
Halajá comienza miad).
Y véase Kaf HaJaim (allí, inciso 9) que si es posible,
es preferible que el pequeño no recite el Kidush para que el
mayor cumpla con
su obligación, incluso cuando el mayor ya rezó, porque en un
principio hay que tomar en cuenta las opiniones que el Kidush con la
copa de
vino es según la Torá. Y en Ben Ish Jai (segundo
año, Bereshit inciso 12)
escribió que el pequeño no puede cumplir con la
obligación del mayor que ya
rezó, e incluso si el pequeño tiene 13 años y un
día, si no es sabido que ya
tiene dos pelos no puede cumplir con la obligación del mayor.