Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaigash     11 de Tevet 5784     No 1439 


Rav Lior Engelmann

El 10 de Tevet
Rav Lior Engelmann
(reimpresión) 

El ayuno del 10 de Tevet no es considerado un ayuno muy “popular”. Las personas no son conscientes de él ni tampoco le dan mucha importancia como a los demás ayunos que tienen razones claras y justificadas. Pero nuestros sabios dicen que se debe ayunar en ese día, y también hay una promesa de consuelo del profeta Zjaria: “Así dice el Eterno, D’s de los ejércitos, el ayuno del mes cuarto y el ayuno del quinto y el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo serán para la casa de Iehudá alegría y regocijo, y días festivos” (Zjaria 8:19).
¿Por qué ayunamos el 10 de Tevet? En ese entonces el Beit HaMikdash (El Templo) todavía se encontraba edificado, y Ierushalaim continuaba viviendo una vida casi rutinaria.
¿Qué debe pensar un judío de nuestros días durante ese ayuno, del 10 de Tevet?
Es un ayuno excepcional desde el punto de vista de la halajá. El Abudraham recalcó su rigor y lo comparó con el ayuno de Iom Kipur (Día del Perdón), porque está escrito respecto a él “en ese mismo día” (Vaikra 23:28), y también respecto al 10 de Tevet está escrito “el rey de Babilonia cae sobre Ierushalaim en este mismo día” (Iejezkel 24:2). De forma que si el 10 de Tevet cayese incluso en Shabat deberíamos ayunar y no sería aplazado – aunque no fue determinado así en el Shuljan Aruj. Es también el único ayuno que cuando cae en viernes no es aplazado ni anulado. Nuestros sabios relacionaron ese ayuno también con el día de la defunción de Ezra, el escriba (que falleció el 9 de Tevet) y la traducción al griego de la Torá (que fue el 8 de Tevet). Y lo que es más, la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato) de Israel determinó ese día como el día en que se dice Kadish (rezo que recitan los parientes cercanos del difunto) por todas las personas que fallecieron en el Holocausto y no sabemos su día de defunción. Y es extraño, ¿por qué justamente ese ayuno fue elegido para ello?
¿Qué es lo que transforma ese ayuno en algo tan dramático?
Recordamos muy bien grandes acontecimientos, ya sean desgracias o alegrías. En nuestra conciencia queda gravado profundamente el momento en que ocurrieron. El 9 de Av quedó grabado en la conciencia colectiva cuando el Beit HaMikdash fue destruido. Pero todos sabemos que esa destrucción comenzó mucho tiempo antes. En la práctica, todo acontecimiento, particular o genérico, comienza a gestarse mucho antes del momento en que finalmente ocurre en la práctica. Nuestros sabios nos quieren enseñar a no prestar atención sólo al momento de la desgracia, sino que buscar atrás, dónde comenzó todo, donde tendríamos que haber identificado los rastros de lo que ocurrirá, y comenzar a corregir. El problema comenzó mucho tiempo atrás. Y así es descrito en el Midrash, que cuando Nebuzradan – siervo de Nebujadnetzar – quemó el Beit HaMikdash y despertó su soberbia, se escuchó una voz que le dijo: “Un Eijal quemado has quemado, harina molida has molido”. Los dos Beit HaMikdash ya estaban destruidos mucho tiempo antes del 9 de Av – desde el momento en que pecaron con relaciones prohibidas, asesinato, división, odio gratuito… Y Nebujadnetzar y también Titus sólo encendieron el fósforo… También hoy en día, cuando por ejemplo se habla de la amenaza nuclear de Irán, las personas no simpatizan con los que profetizan calamidades que les molestan en su rutina de vida. Lo único que preguntan es cuál es el punto del que no se puede regresar atrás, pero nuestros sabios nos recuerdan que ese punto ya es demasiado tarde. Por ello, debemos buscar la raíz, dónde comienza todo. Así también una persona que peca y se desmorona y se arrepiente por sus acciones, debe buscar cuáles fueron los pensamientos o las acciones anteriores que lo llevaron al pecado.
El 10 de Tevet fue el momento en que Nebujadnetzar comenzó el sitio a Ierushalaim. El ambiente es que “todo está bien”, todos están tranquilos porque tienen suficientes provisiones para subsistir 21 años en el sitio, y cuentan con personas muy ricas, de forma tal que la amenaza de Nebujadnetzar no es relevante. Y en Ierushalaim continúan todas las discusiones internas, que fueron acentuándose, y todos sabemos cuál fue el final…
Dicen nuestros sabios: No esperes ni un momento cuando las cosas comienzan. Cuanto más avanzan los acontecimientos, así es más difícil y complicado detenerlos. Por ello, se los debe detener de inmediato, al principio. También en la vida de pareja, por ejemplo, es preferible detener las controversias que pueden llegar a acentuarse cuando todavía son pequeñas y los cónyuges todavía se aman y son capaces de aceptar y conceder el uno al otro.
Por ello es necesario dejar de enfocarse sólo en la destrucción, y enfocarse en la raíz de la destrucción. El Holocausto, en su dimensión, nos recuerda la tragedia del 9 de Av. Decretó la Rabanut HaRashit, la desgracia de la galut (el exilio) comenzó ya en aquel entonces. No habríamos llegado a ello, si no hubiésemos salido a la galut
¿Y cuáles son las profecías de consuelo, de que los ayunos se convertirán en alegría y regocijo, como si fuese un premio-consuelo? El Mahara”l explica que cada día como ese debería ser un día feliz. En el 9 de Av tendríamos que vivir la elevada realidad de encontrarnos en Eretz Israel (la Tierra de Israel), si no hubiese ocurrido el Pecado de los Espías. El Midrash dice que por los espías nos perdimos esa oportunidad, nos perdimos el encuentro correcto con Eretz Israel. El 17 de Tamuz deberíamos haber sido merecedores de recibir las primeras Tablas de la Ley, obra de D’s, si no hubiésemos pecado con el Becerro de Oro. Nos perdimos el correcto encuentro con la Torá. El 3 de Tishrei – ayuno de Guedalia – era el día en el que debería ser un día de la coronación del reinado Divino. Perdimos la oportunidad. Cortamos el reinado judío. El 10 de Tevet tendría que ser el día en que los gentiles se acerquen a Ierushalaim para ser merecedores de recibir del resplandor y los ideales de Am Israel (el Pueblo de Israel), y fue perdido. Y eso explica por qué le fue adjuntado también el ayuno de la traducción de la Torá al griego. Deberíamos cumplir una Torá que penetrase en el corazón de todos, podríamos haber plasmado la influencia moral y de valores nuestra en los pueblos del mundo, pero en ese entonces fuimos obligados a traducirla a una lengua cultural limitada, afín con los gentiles. Es una pérdida. Por ello ayunamos, porque perdimos la oportunidad de detener en su principio la caída moral en la tierra… ese es el significado del 10 de Tevet. Ve atrás, nos dicen, al momento en que todo comenzó, y aprende a detenerlo allí.
Y en efecto, en el futuro Am Israel llegará a su adecuada grandeza, hasta que influya en los pueblos del mundo. Y ellos vendrán no para sitiarla, sino que para anhelarla. 


Rav Shlomó Aviner

Ha llegado el momento de amar
Rav Shlomó Aviner

Ha llegado el momento de amar. Ya hace tiempo que ha llegado ese momento. Pero ahora, gracias a D’s, se habla en la práctica. En nuestro pueblo todos aman a todos, todos ayudan a todos, todos aprecian a todos, todos se sacrifican por todos. ¡Qué felicidad! ¡Qué alegría! Por supuesto, aparte de una pequeña minoría que le gusta denigrar, negar, criticar, destruir. Que D’s se apiade de ellos. Por lo visto tienen algún problema consigo mismos y lo proyectan hacia los demás. Pero gracias a D’s, son una pequeña minoría.
En efecto, vencemos a nuestros enemigos. Aprendimos por el camino duro de la época del Segundo Templo. Hay un versículo que habla de momentos de guerra: “Te cuidarás de cualquier cosa mala” (Dvarim 23:10). Por supuesto. Siempre hay que cuidarse. Pero nuestros sabios nos explican que la intención es de malas palabras (Ierushalmi, Pea 1:1). Ahora todo está claro. En la guerra está prohibido hablar mal uno de otro, así escribe el Kli Yakar que si hay controversias entre nosotros, eso cobrará un precio más alto que el enemigo mismo (allí 21:10). Gracias a D’s estamos unidos, no herimos el uno al otro con nuestra lengua (salvo esa pequeña minoría, que es nula). Y por ello vencemos.
Por encima de ello, a D’s no le gusta que hablemos mal unos de otros, y por ello cuando eso pasa eso evita que se manifieste la Presencia Divina en nosotros. Y nosotros vencemos cuando D’s se revela dentro nuestro. “El Eterno, tu D’s, se pasea en el interior de tu campamento a fin de salvarte y entregar a tus enemigos ante ti” (Dvarim 23:15). Entonces, cuando hay Lashón HaRrá (calumnias) entre nosotros, no tiene lugar dentro nuestro (Sifri 253). Bienaventurados somos que ya no hablamos mal unos de otros – aparte de esa pequeña minoría, que D’s los haga arrepentirse.
Todos conocen lo que dijeron nuestros sabios que en la generación de David todos eran tzadikim ,pero de momento que hablaban mal unos de otros perdían en la batalla, porque no estaban unidos. Y en contraste en la generación de Ajav rendían culto a otros dioses y a pesar de ello vencían en la batalla porque estaban unidos (Ierushalmi, Pea, allí). Nosotros vencemos, y eso indica que nos amamos. Es decir, casi todos. Es algo tan sencillo que no necesita ser demostrado. Y con todo, citaremos al Mahara”m Alshej: “Cuando salgas a la guerra – no ‘cuando salgan’ sino que ‘cuando salgas’, como acostumbraba Aharon el Cohen, que amaba la paz y perseguía la paz. Y si hay unión, no se necesita el Cohen ungido para la guerra” (allí).
Algo similar escribe Shem MiShmuel, que cuando hay unidad no se necesitan las trompetas. Y solo si no hay unión, se necesitan las trompetas y la misericordia (Ki Tetze 5680). Él escribe también que la imagen y semejanza Divina alumbra dentro nuestro sólo cuando nos encontramos unidos como una sola persona (allí). Y también Rabí Tzadok de Lublin escribe que las trompetas son para llamarnos a unirnos, como una sola persona con un solo corazón, todos, todos los tipos de judíos (Pri Tzadik, Matot). Y el Jid”a escribe que cuando cada uno habla bien de su compañero, entonces también los ángeles hablan bien de Am Israel (el Pueblo de Israel), y por ello vencemos (Kise David, Drush 13).
Entonces, por favor, díganle a la minoría que no cesa de negar, culpar, delatar, que ha llegado el momento que se arrepienta, y entonces ellos serán una bendición para la nación. El Jafetz Jaim escribió un libro pequeño, llamado Majane Israel donde habla de cuestiones del ejército, y allí advierte mucho en cuanto al delatado, e incita a la bondad entre la persona y su prójimo, lo que genera la bondad en lo alto (allí, 8-9). Ese es el secreto: Amor, amor, amor. 


Shabat

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
El honrado del Shabat
Productos de un negocio

Una persona que durante el Shabat le falta algún producto alimenticio, y su vecino o su conocido tienen un almacén – es decir, vende en su negocio o en su casa productos de ese tipo – le puede pedir lo que le falta para el Shabat, de las formas determinadas en que no es considerado compra y venta[1].
Está prohibido pedirle al vendedor en Shabat productos mencionando compra o venta, es decir, diciendo por ejemplo “véndeme tal o cual producto”, sino que le debe decir “dame tal o cual producto”.
Por ejemplo: Una persona que le llegaron visitas en Shabat, y le faltan botellas de bebidas, puede decirle a un almacenero “dame diez botellas de bebida”. Y a pesar de que la intención de ambos es que le venda las botellas, y después de Shabat le pagará por ellas, de todas formas de momento que pide diciendo “dame” y no menciona compra o venta, no está incluido en la prohibición de nuestros sabios de comprar y venta en Shabat
[2].
Cantidad, peso y precio
El que le pide en Shabat al almacenero productos alimenticios para Shabat, debe cuidarse de no mencionar peso[3]. Es decir, cuando necesita algún producto alimenticio que se acostumbra a vender por cantidad o peso, por ejemplo, almendras o nueces y similares, no le dirá al almacenero en Shabat “dame medio kilo de almendras”[4].
Así también, no le mencionará al almacenero una suma de dinero. Es decir, no le dirá “dame almendras por diez shkalim” o similar, porque cuando menciona una cantidad de peso o una suma de dinero es similar a la compra y venta prohibidos en Shabat [véase la acotación]
[5].


[1]Véase Mishná Brurá (307 al final del inciso 46) [en cuanto a préstamo en Shabat] citando Maguen Avraham (inciso 15) que solamente algo que es un alimento y es necesario en Shabat fue permitido de las formas detalladas.
[2](Shuljan Aruj, Orej Jaim 323 inciso 3. Mishná Brurá inciso 1 y 11). Y véase Shuljan Aruj (allí, inciso 4) que, si ya le debe al almacenero cinco botellas de bebidas, tiene prohibido decirle dame diez botellas y en total te debo 15 botellas, porque mencionar la cantidad de botellas que debe es como se acostumbra a vender y comprar, lo que está prohibido en Shabat.
[3](323 inciso 4).
[4]Y aparte de eso, véase Shuljan Aruj (Allí, inciso 1) que el vendedor tiene prohibido medir con algún recipiente y volcar en el recipiente del comprador. Y véase allí Ram”a, que si el vendedor no es su intención medir, y vuelca un poco o no llena totalmente el recipiente, agregando o disminuyendo un poco, está permitido en Shabat.
[5](Allí, Shuljan Aruj). Y en Kaf HaJaim (allí, inciso 32) escribió que a pesar de que el Ram”a escribió que se acostumbra a ser menos estricto, eso se refiere a Ashkenaz, pero en las tierras de Sfarad se debe ser más estricto como determina el Shuljan Aruj, que no se debe mencionar precio o medida. Y también en donde acostumbraron a ser menos estrictos, el temeroso de D’s debe ser más estricto consigo mismo.
El Ram”a (allí) escribió que la costumbre es como la opinión que el comprador puede mencionar precio y medida.
Y Mishná Brurá (allí, inciso 20) escribió que varios Ajaronim opinan que en la práctica hay que cuidarse de no mencionar precio y por supuesto medida de ninguna forma, como la opinión del Shuljan Aruj. Y concluyó Mishná Brurá: “Y de todas formas no se debe amonestar al que acostumbra a ser menos estricto, porque tiene de qué fiarse, pero lo correcto es ser más estricto y no mencionar medida o precio, y sobre todo cuando puede hacerlo de la forma permitida, que puede decirle lléname este recipiente y mañana lo mediremos, y si se trata de algo que se vende por cantidad puede decirle dame tal o cual cantidad, sin mencionar precio en absoluto”.