Parashat Itro 20 de
Shvat 5782 1343
Rav
Ziv Rave
Nuestros
sabios dividieron los Diez Mandamientos en dos grupos: Los primeros
cinco se
ocupan del tema de la persona y D’s, mientras que los cinco
últimos del tema de
la persona y su compañero (véase Mahara”l, Tiferet Israel
cap. 41). Y debemos
preguntar, ¿por qué el quinto mandamiento, “honra a tu
padre y a tu madre, para
que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Eterno, tu
D’s, te concede”
(Shmot 20:12) se encuentra en el grupo del tema de la persona para con
D’s? A
primera vista, debería encontrarse en el segundo grupo, del tema
de la persona
para con su compañero.
Hay
varias razones para ello. La primera, es que según un punto de
vista sencillo,
la persona ve que el mundo está colmado de bondad Divina, y le
agradece al Bondadoso
Elevado, a la fuente de todo. Ese reconocimiento debe continuarse
también en el
agradecimiento y el respeto por los padres, que lo trajeron al mundo,
lo
criaron, lo educaron. “Hay tres socios en la persona, D’s, su padre y
su madre.
Cuando la persona respeta su padre y su madre, D’s dice que es como si
Él morase
entre ellos y Lo respetasen” (Kidushin 30B).
Otra razón
la encontramos profundizando en Sefer HaIkarim (Sefer HaIkarim
1:19) de Rabí
Iosef Albo. Allí explica que tener fe en algo es dibujar en el
espíritu una
figura poderosa, hasta que no quede ninguna duda o
contradicción. Cuando la
persona vio algo con sus propios ojos o escuchó con sus propios
oídos no
necesita tener fe, porque se encontró con ello. Tener fe se
refiere a algo que
no fue adquirido a través de los sentidos, sino que le fue
adquirido a otra
persona u otro conjunto de personas a través de la
profecía o los sentidos, y
de ellos se continúa la tradición hasta el que tiene fe.
Y no hay quien ama más
a la persona que su padre y su madre, y ellos no quieren heredar a sus
hijos
algo falso. Por ello, la tradición se continúa de los
padres a los hijos, que
recibieron de sus padres y así nos remontamos a los grandes
acontecimientos de
la nación de Israel, como la Entrega de la Torá o el
rasgado del Iam Suf, que
es correcto que se dibuje en el corazón del hijo una figura
poderosa, como si
él mismo se hubiese encontrado con ello a través de sus
sentidos. “Con nuestros
oídos, oh D’s, hemos oído, nuestros padres nos lo han
contado, la obra que
hiciste en sus días, en los antiguos tiempos” (Tehilim 44:2).
Entonces,
el respeto por los padres es una mitzva entre la persona y D’s,
de
momento que es la clave para la trasmisión del judaísmo
fiel a las generaciones
futuras. Esa mitzva no es sólo parte de los Diez
Mandamientos en el
Monte de Sinai, sino que ella misma vincula a la persona con ese
episodio
elevado, con el primer mandamiento de “Yo soy el Eterno, tu D’s, que te
saqué
de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos” (Shmot 20:2). Los
padres de la
persona no son sólo la fuente de la cual surge su vida, sino que
también el
eslabón de la cadena de la trasmisión de sus valores y su
fe. Sólo en base a
una actitud respetuosa para con los padres puede el espíritu
abrirse a la
tradición de sus antepasados. “Recuerda los días de
antaño, comprendan los años
de generación tras generación, pregunta a tu padre y
él te declarará, a tus
ancianos y ellos te dirán” (Dvarim 32:7).
Otro
punto interesante es que la Gmará (Kidushin 31B) aprende
el límite de
hasta cuándo debe la persona respetar a sus padres justamente de
un gentil plishti,
Dima Ben Netina. Ese gentil era muy correcto en cuanto al respeto por
sus
padres, a pesar de que ellos lo pusieron en pruebas difíciles.
Es como si nuestros
sabios nos quisiesen mostrar que el respeto por los padres es una mitzva
racional, y si no fuese porque fuimos ordenados cumplirla lo
deberíamos comprender
de por nosotros mismos. Pero “D’s quiere hacer merecedores a Am
Israel
(el Pueblo de Israel) y por ello les añadió Torá
y mitzvot”, y
fuimos ordenados cumplirla para recibir recompensa también por
ella, y también
por la importancia de ese tema.
Junto
con ello, tal parece que en nuestros días no se puede aprender
el respeto por
los padres de la cultura gentil común en el occidente, porque
existe en ella un
problema intrínseco y de raíz justamente en esa mitzva.
En el post
modernismo occidental cada uno se define a sí mismo, es decir,
la ideología lo
incita a cortar su vínculo con la educación de los
padres, y prestar gran
atención a lo que ocurre en su corazón y a sus bajas
pasiones. También el pluralismo
occidental no tiene respeto especial por la opinión de los
padres, ya que opina
que “cada uno con su verdad”, y por lo tanto los ancianos o los sabios
no
tienen ninguna ventaja sobre los otros. Nuestros sabios vaticinaron con
su espíritu
santo la influencia nociva de esa cultura mundial común antes de
la llegada del
Meshiaj (Redentor) y nos dijeron (Sota 49B): “En los talones
del Meshiaj
el atrevimiento aumentará… jóvenes ofenderán
ancianos, los ancianos se
levantarán delante de los pequeños, el hijo insulta al
padre, la hija se revelará
contra su madre, la novia contra su suegro, los enemigos del
hombre serán
los de su propia casa, el rostro de esa generación
será como el rostro del
perro, el hijo no sentirá vergüenza delante de su
padre, ¿sobre quién
podremos apoyarnos? En nuestro Padre en el Cielo”.
Podemos
ver en forma palpable que el que expone sus hijos a la cultura
occidental paga
un precio personal en el respeto que sus hijos le darán, de una
forma u otra.
Cuidaremos nuestros hijos de toda influencia de la cultura que
desprecia el
respeto por los padres y los maestros, y nos esforzaremos por
profundizar su
amor por la Torá de D’s, que vincula a la persona con la
eternidad y con
D’s.
Vientre
de alquiler
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta:
¿Acaso es una mitzva ser
madre de alquiler?
Respuesta:
¿Cuál es la
pregunta? Es una gran
bondad para con una mujer que no puede dar a luz. Y también para
su esposo. Y
también para el niño que nacerá.
Pregunta: ¿Pero está permitido valerse de una mujer de
esa
forma? Primero, preguntaremos tratándose de una mujer soltera.
Respuesta:
Hay quienes lo permiten, y hay
quienes dicen que se debe evitar. Y si se trata de situaciones extremas
según
la evaluación de un posek (sabio que determina la halajá),
es posible.
Y siempre se trata de situaciones extremas (véase Sefer Puah,
segunda parte, pág.
406-407. Enciclopedia Hiljatit Refuit segunda parte, pág.
855-856).
Pregunta:
¿Por qué hay
quienes dicen que debe
ser evitado?
Respuesta:
Varias razones. Una de ellas, es
que
el hijo puede llegar a casarse en el futuro con una hermana o similar.
La
solución es que haya una documentación ordenada y clara.
Pregunta:
¿Y si se trata de una
mujer casada?
Respuesta:
Hay quienes lo prohíben,
porque
cuando la madre de alquiler quede embarazada no se puede saber si se
trata de
un ovulo de la madre donadora o quizás ese embarazo
falló, y ella está
realmente embarazada de su esposo, y el niño tendrá una
identidad incierta.
Pregunta:
Pero eso es algo que puede ser
resuelto
con instrumentos científicos.
Respuesta:
Es cierto. Y hay poskim
que
lo permiten si se trata de situaciones muy extremas. Por ello, es
preferible
buscar una mujer soltera – es decir, viuda o divorciada. Pero si no
encuentran
ninguna afín, se puede utilizar también una mujer casada,
porque como hemos
dicho siempre se trata de situaciones extremas (véase Sefer Puah
allí).
Pregunta:
¿Y si ya tienen un hijo?
Respuesta:
Como fue dicho (véase
Sefer Puah
allí, pág. 408. Enciclopedia Hiljatit Refuit allí).
Pregunta:
¿Está permitido
que sea una mujer
gentil?
Respuesta:
Si no encuentran ninguna
judía (véase
Sefer Puah allí, pág. 407).
Pregunta:
¿Y qué será
del hijo?
Respuesta:
Hay quienes opinan que
deberá pasar
un proceso de conversión, y hay quienes opinan que no. Por ello,
se hace una
conversión por las dudas al bebé. Eso demora un minuto
(véase Sefer Puah allí, pág.
405).
Pregunta:
¿En resumen?
Respuesta:
Una gran mitzva si no
hay
otra solución.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Muktze
Muktze
MeJamat Gufo
Todo objeto que no es
considerado utensilio, ni tampoco es un alimento
para las personas o los animales, es Muktze MeJamat Gufo –
porque el
objeto en sí no está preparado para ser utilizado en Shabat,
y está
prohibido moverlo en Shabat[1].
Está prohibido en Shabat mover dinero, piedras, polvo o
cenizas.
Porque esos objetos son Muktze MeJamat Gufo, ya que no son un
utensilio
ni son alimento para personas o animales[2].
Animales
También los animales son Muktze
MeJamat Gufo y está prohibido
moverlos[3], ya que a semejanza de maderas o
piedras no son aptos para hacer con
ellos nada permitido en Shabat. Y también cuando se los
cría en la casa
[y no hay problema de cazado], son Muktze y está
prohibido moverlos[4]. Y cuando se los alimenta de la forma
permitida, hay que cuidarse de no moverlos cuando lo hace [5].
El que cría en su casa un loro u
otro pájaro, a pesar de que se los destina para disfrutar de su
canto, de todas
formas son Muktze, y está prohibido moverlos[6].
Los que crían un animal en su casa,
deben cuidarse de no moverlos en Shabat también cuando
causan algún daño.
Por ejemplo, el que cría gallinas en su patio, y entró
una gallina a la casa, y
saltando de un lado a otro produce daños, está prohibido
tomar la gallina con
las manos y sacarla de la casa, sino que sólo está
permitido alejarla hasta que
salga de la casa[7].
Sufrimiento de animales
Si un animal está sufriendo,
está
permitido ayudarle a andar, es decir, tomarlo por su cuello o sus
costados y
hacerle andar. Pero debe cuidarse de no elevarlo de forma que levante
sus patas
del suelo, porque es considerado que lo mueve y está prohibido[8].
Pero está prohibido hacerlo
tratándose de gallinas, incluso para evitar que sufran, porque
las gallinas
cuando las hacen andar de esa forma se elevan del suelo, y
terminará moviéndolas
de la forma prohibida[9].
Y si hay necesidad o puede
que llegue a perder dinero por ello, puede empujarlas con sus manos
atrás[10].
[1](Tur, Beit Iosef Orej Jaim 308, Shuljan Aruj
inciso 7. Mishná Brurá en su prólogo. Kaf HaJaim
inciso 2).
[2](Allí). Y está prohibido moverlos
también para
utilizarlos o utilizar el lugar donde están.
[3](Allí, inciso 39).
[4](Ta”z allí, inciso 22. Fue citado por
Mishná
Brurá allí, inciso 146. Kaf HaJaim inciso 235).
[5](324, Mishná Brurá inciso 28).
Véase en la
acotación tercera desde esta, que incluso cuando el animal sufre
está prohibido
moverlo, incluso un poco.
[6](Mahara”j Or Zarua inciso 82. Fue citado por
Orjot Jaim 308 inciso 24. Kaf HaJaim allí, inciso 235).
[7](308, Mishná Brurá inciso 146). Y
véase Ram”a (316
inciso 12) que cabe hablar de cazado también tratándose
de algún animal o ave
que se encuentran en su poder.
[8](Allí, inciso 40). Y justamente donde hay
Eruv
y está permitido cargar objetos (véase Mishná
Brurá allí, inciso 150). Y
escribió allí que el Beit Iosef tiende a ser menos
estricto tratándose de
Karmelit. Pero Kaf HaJaim (allí, inciso 240) escribió que
en la práctica, el
Beit Iosef determina que está prohibido.
Si no se trata de evitar
el sufrimiento del animal, está prohibido moverlo de esa forma,
ya que todo lo
que está prohibido mover, también está prohibido
moverlo un poco (allí, Mishná Brurá
inciso 151. Kaf HaJaim inciso 242). Y por lo tanto, no se puede mover
incluso
solo la cabeza del animal.
Y véase Shuljan Aruj
(305 inciso 19) y Mishná Brurá (allí) en cuanto a
un animal que cayó al agua. Y
véase más en Shuljan Aruj HaRav (allí, inciso 26)
y Jazon Ish (52 inciso 16).
[9](Allí, Shuljan Aruj).
[10](Allí). Por ejemplo, una gallina que se
escapó
de los huevos que estaba empollando. Pero si no hay sufrimiento de
animales, ni
tampoco pérdida de dinero, no es correcto empujarla con las
manos (allí, Mishná
Brurá inciso 152).