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Rav Ioram Eliahu
(Beahava Ubeemuna No629)

Respecto al versículo en nuestra Parasha "y te regocijarás tú y tu casa" (Dvarim 14:26) dice la Gmará (Iebamot 62B): "Dijo Rabí Tanjum, en nombre de Rabí Janilai; toda persona que no tiene esposa, se encuentra sin alegría, como dice el versículo 'y te regocijarás tú y tu casa'. 'Tu casa' – esa es tu esposa". Y explica el autor del libro "Torá Temima": "Una persona no puede alegrarse auténticamente, mientras se encuentra sola".
Hay parejas que no saben expresar en su vida conyugal esa sencilla y maravillosa verdad, y piensan que quizás hay otras formas de alegrarse auténticamente: Antes - cuando éramos "libres" – hicimos vida. La Torá nos enseña que una alegría auténtica – solo se logra junto con su esposa, su casa.
Esa misma idea también nos la enseña el autor del libro "Or HaJaim", en base al análisis de los versículos de la Torá que resumen la vida de nuestros patriarcas: Respecto a Avraham, está escrito "los años de la vida que vivió Avraham" (Bereshit 25:7). Respecto a Iaacov, está escrito "Iaacov vivió" (Bereshit 47:28), y también respecto a Iosef está escrito "Iosef vivió" (Bereshit 50:22). Mientras que respecto a Itzjak, está escrito "fueron los días de Itzjak" (Bereshit 35:28), sin utilizar el término "vida". Comenta el "Or HaJaim" (Bereshit 35:28): "Quizás porque desde que nació hasta la Prueba del Sacrificio no tuvo pareja, y dijeron nuestros sabios que 'todo el que no tiene pareja, es como si no tuviese vida'. Y a partir de la Prueba del Sacrificio comenzó a perder la vista [y el ciego es considerado un poco como muerto]. Por ello, no fue mencionado el término 'vida'". Es decir: De momento que en todos esos años de Itzjak había una carencia esencial, la Torá no utilizó el término "vida" cuando los resumió. Y quién puede compararse a nuestro patriarca Itzjak, con su grandeza y plenitud?!. Y a pesar de ello, todo el período de tiempo que no estuvo casado no se lo puede llamar "vida"!.
Como es sabido, el camino para alcanzar la alegría y vivir una vida de provecho - es entregando. Ese principio lo aprendemos de nuestro patriarca Avraham, el bondadoso. La primer bondad de Avraham que es mencionada por la Torá, es justamente para con su esposa: El versículo dice "y se fue de allí a la montaña que está al oriente de Beit El, donde plantó su tienda" (Bereshit 12:8). Pero en vez de estar escrito "ohaló" [la tienda de él], está escrito "ohalá" [la tiende de ella]. Por qué?.
Al respecto, yo acostumbro a describir una escena cotidiana en la vida conyugal: El esposo sale a su trabajo diario por la mañana. Al término de un día agotador, cuando está de camino a su casa, piensa: "Trabajé tan duro!. Ahora regresaré a mi casa, descansaré un poco, y mi esposa me preparará un café...", y ya se alegra sólo con el pensamiento. Y en casa, también la esposa se encuentra al final de un día intenso de trabajo - fuera y dentro de casa, con los hijos y los quehaceres del hogar. En medio de su carrera por terminar todas sus tareas, mira un momento el reloj y piensa: "Dentro de poco llegará mi marido, y me preparará un café... Yo podré descansar un poco, qué maravilloso!". Quién preparará el primer café?!.
Eso es lo que aprendemos de nuestro patriarca Avraham: Avraham y Sara marchan de Elon Moré a Beit El. Ambos ya no son jóvenes, están cansados, y cada uno espera llegar al destino y descansar. Nos enseña la Torá: "'Plantó la tienda' – está escrito 'ohalá', porque primero armó la tienda de su esposa, y luego la suya propia" (Bereshit 12:8, Rashi). Esa es la primera bondad de nuestro patriarca Avraham, y en base a la edificación correcta de su hogar también edificó todo el mundo según la Medida de la Bondad (y véase el maravilloso comentario del "Meshej Jojma" a Bereshit 35:1, que incluye en el término 'ohalá' todas las necesidades prácticas de la esposa).
Y debemos preguntar: Por qué se lee en ese versículo "ohaló", y no "ohalá"?. Por lo visto, la Torá nos insinúa que "la tienda de ella" está embebida en "la tienda de él", y también la esposa debe entregar su parte en la complementación de la edificación de la tienda en forma adecuada.
Y así nos enseña el Rav Desler (Mijtav MiEliahu Alef, Kuntres HaJesed): "Porque ese amor llega a través de la complementación mutua... y por ello, cuando cada uno brindará al otro – se amarán... porque el que entrega, ama. Cuando se ama, toda la aspiración es entregar y agradarle el uno al otro". Y agrega: "Y yo siempre le digo a la pareja en su boda; mis queridos, cuídense que siempre aspiren agradar el uno al otro, como ustedes sienten en este momento. Y sepan, que en el momento que comiencen a exigirle el uno al otro, la felicidad se alejará de ustedes".