El
arma principal
Rav
Shlomó
Aviner (Beahava
Ubeemuna No623)
Cómo se lucha
contra ese monstruo, el terror - que es una terrible desgracia para Am
Israel (el Pueblo de Israel) y para toda la humanidad?.
Lo principal,
es saber que el terror no tiene fuerza en sí. Asesina un hombre,
y otro hombre,
diez, veinte, cien, mil – D’s no lo permita! – pero no puede destruir
ningún
país. Su fuerza es psicológica: Preocupa y debilita. Su
fuerza es también moral
– en apariencia – ya que el terrorista se presenta a sí mismo
como un luchador
de la libertad y la justicia – y de esa forma se hace merecedor del
apoyo de
todo tipo de intelectuales faltos de responsabilidad, y a veces incluso
de
países enteros, hechizados por la propaganda terrorista: Ellos
creen que un
terrorista que asesina niños y bebes es un luchador de la
libertad. El
argumento moral también influye sobre el aspecto
psicológico: El que está
convencido que tiene la razón, luchará contra el terror.
Y el que no lo está,
no tendrá fuerzas para luchar.
En la Torá,
en determinadas
condiciones una disputa se resuelve según la regla de “el
más agresivo vencerá”
(Baba Batra 34B). Es extraño: Acaso resolveremos que un objeto
le pertenece a
alguien porque él utilizó la fuerza para obtenerlo?!.
Explica el Ro”sh
(Rav Asher Ben Iejiel): “El que tiene la razón se esfuerza y se
sacrifica para
que el objeto que le pertenece continúe siendo suyo - más
aún que su contrario,
que está robando. Y también se dirá: ‘Para
qué me esforzaré tanto, si mañana
alguien traerá alguna prueba que no me pertenece, y me lo
quitará?’” (Ro”sh, al
principio de Baba Metzia). Es decir: El uso de la fuerza no es la
causa, sino
que el síntoma de la pertenencia.
Y escribió en
base a ello el Rav Reuben Margaliot: “El objetivo del juicio es
doblegar la
agresividad, que el fuerte no se atreva a apropiarse de lo que no le
pertenece.
Pero en condiciones tales que no se puede determinar con certeza el
veredicto,
nuestros sabios dejaron que el más agresivo venza, ya que el que
sabe que tiene
razón será el que se esforzará más,
más aún que el que hace sufrir a su
prójimo, ya que en lo profundo de su alma siente que hace una
injusticia. Am
Israel es perseguido y atacado en la galut (el exilio),
porque en lo
profundo de su alma siente que no es ese su lugar. Pero en nuestra
tierra,
nosotros seremos los más agresivos” (Dvarim BeItam, Pág.
163). El arma
principal contra el terrorismo, y en la guerra en general – es la
convicción
que tenemos la razón. No hay aquí unos pobrecitos
árabes acongojados y
oprimidos, a los que les quitamos su tierra. Esta tierra, toda ella, es
nuestra
– y son ellos los que nos la quieren quitar, con el robo, las mentiras
y el
asesinato!.
Esta tierra
es nuestra. Siempre lo fue. Es nuestra porque el Señor del Mundo
nos la
entregó, es nuestra porque la heredamos de nuestros patriarcas (Avoda Zara 53B), es nuestra porque
tuvimos en ella un reinado casi mil años, es nuestra porque
nunca nos
desconectamos de ella. Es nuestra según la Torá,
según la moralidad, según la
justicia y según la historia. Esa es nuestra principal arma.
Cuanto más
claro tengan las naciones que esta tierra es nuestra, apoyarán
menos al terror,
y él se desmoronará por sí mismo. Por supuesto,
para que los demás pueblos lo
sepan, antes que nada nosotros tenemos que reconocerlo. Así
comienza Rashi su
comentario a la Torá:
“‘Él declaró a Su pueblo el poder de Sus obras, para
entregarles la heredad de
los pueblos’ (Tehilim 111:6). Pues si las naciones del mundo le dicen a
Am
Israel: ‘Ustedes son ladrones, porque han conquistado las tierras
de los
siete pueblos’, podrá replicar: ‘Toda la tierra es de D’s.
Él la creó y la
entregó a quien le pareció correcto’” (Bereshit 1:1,
Rashi).
Le diremos a
todos los pueblos del mundo: Esta es nuestra tierra!. Y antes que nada,
nos lo
diremos a nosotros mismos. De esa forma podremos cuidar de nuestro
patrimonio.
La gran arma,
es: La fe y convicción auténtica que esta tierra es
nuestra.