Más
guerras?
Rav
Shlomó
Aviner (Beahava Ubeemuna No621)
Me dijo un
amigo con gran pesar, antes de la operación “Joma Umaguen”:
“Yo salgo a
una misión educativa de dos años en el exterior.
Cómo podré estar allí, cuando
mis amigos salen a luchar?”.
“No te
preocupes”, le dije, “habrá otras guerras cuando regreses. Y
también habrá
suficiente para tus hijos y tus nietos”.
“Tú no eres
optimista”, respondió.
“Yo soy
optimista. Ser pesimista es hablar de pogromos y Holocausto. Pero en
nuestra
situación, hablar de guerras es optimismo”.
Acaso no hay
alguna forma de llegar a la paz?. La guerra es tan dura, tan terrible!.
Quizás
debemos hacer algunas renuncias y aceptar las exigencias de nuestros
enemigos -
lo importante es que haya paz?.
Esa es la
pregunta: Acaso las renuncias nos acercan a la paz?. Se trata de una
profunda
discusión entre los sociólogos. Ellos investigaron: Por
qué hay guerras entre
los pueblos?. Acaso todas las naciones del mundo son tan tontas que no
entienden que la guerra es una desgracia?.
Primer
respuesta: Es natural que haya diferencias de opinión entre los
pueblos.
También entre las personas hay conflictos. “Dos personas sujetan
una prenda.
Una de ellas dice ‘me pertenece’, y la otra dice ‘me pertenece’. Una
dice ‘yo
la encontré’, y la otra dice ‘yo la encontré’...” (Baba
Metzia 2A). Y también
dos pueblos se pelean por un trozo de terreno: Este dice “me
pertenece”, y el
otro dice “me pertenece”...Si logrará adueñarse de
él sin problemas, mejor.
Pero si no, “el más agresivo vencerá” (Baba Batra 34B).
Así definió el famoso
teórico de la guerra, Carl Von Clausewitz: Un conflicto que no
puede ser
solucionado pacíficamente – se lo soluciona por la fuerza,
violentamente. La
guerra es la continuación de la política de la paz. La
violencia es el último
recuso para adquirir lo deseado.
Según esa
teoría, si cederemos o llegaremos a algún tipo de acuerdo
– llegaremos a la
paz. Dicho sea de paso, según esa línea de pensamiento
surge una paradoja
interesante: Quién es el culpable de la guerra?. No el que
ataca, sino que la
víctima!. El atacante no desea la guerra, sólo cierto
trozo de terreno, y si la
víctima se lo hubiese concedido se habría ahorrado una
guerra: Entonces, él es
el culpable!.
Pero hay otra
teoría distinta, o complementaria: El hombre es agresivo por
naturaleza. Las
personas no se vuelven agresivas por diferencias de opinión: Por
el contrario,
por la agresividad de las personas surgen diferencias de
opinión, que son sólo
consecuencia del afloramiento de esas ansias agresivas. Así
sostiene el
investigador Conrad Lorentz, que analizó con detalle la
agresividad de los
animales y del hombre.
Por supuesto,
siempre supimos que en el hombre se esconde la “bestia humana”. Cuando
había
sólo dos personas en todo el mundo, uno de ellos asesinó
a su compañero: No
podían vivir juntos en la tierra!. Eso no fue un buen augurio.
Por qué asesinó
Kain a su hermano?. “Y Kain habló a su hermano Hevel... y lo
mató” (Bereshit
4:8). Qué fue lo que le dijo?. Nuestros sabios nos cuentan:
Ellos dividieron el
mundo. Kain tomó todas las tierras, y Hevel las pertenencias.
Pero el problema
no se solucionó. Le dijo Hevel a Kain: “Dame tus prendas, que me
pertenecen”. Y
Kain le contestó: “Vuela en el aire, porque me pertenece la
tierra!”. Y hay
quienes opinan que cada uno de ellos decía: “En mi tierra
será construido el Beit
HaMikdash (El Templo)”. Y hay quienes opinan que ellos se pelearon
por su
tercer hermana. Esas son las causas de la guerra: Economía,
religión y
arrebatos románticos.
Pero antes de
ello, D’s se negó a recibir el sacrificio de Kain. Por
qué?. D’s le explicó:
“El pecado yacerá a la puerta” (Bereshit 4:7). Tú te
encuentras colmado de un
instinto agresivo, que aún no se ha revelado, pero se encuentra
dentro de ti y
debes corregirlo. Tus sacrificios no tienen valor si dentro de ti
continúa
existiendo la tendencia agresiva (ver Orot, Pág. 32). Pero Kain
no se corrigió
a sí mismo, y finalmente la agresividad surgió en base al
tema de las
pertenencias, la religión o el romanticismo.
Todo comienza
con la “bestia humana”. A veces preguntan: Acaso es cierto que el
origen del
hombre se encuentra en el animal, como sostiene la Teoría de la Evolución?.
Debemos contestar:
No nos interesa si el hombre proviene del animal, la pregunta es si
acaso el
hombre ya ha llegado al nivel humano?!. En el hombre hay elementos
psicológicos
comunes con los demás mamíferos, y también con los
reptiles – que expresan un
salvajismo más grosero aún. Dijo un pensador: “El
barómetro moral de un pueblo
es su comportamiento en la guerra”. Allí no hay límites,
todo está permitido,
se puede robar, se puede torturar y también violar. El
único pueblo en el mundo
que se comporta en forma correcta en la guerra - incluso cuando lucha
contra
asesinos, terroristas y malvados – es nuestro pueblo, Am Israel (el
Pueblo de Israel). No tenemos tendencias agresivas, y no salimos a
luchar para
darles rienda suelta - sino que luchamos por nuestra supervivencia
(Orot 2).
Si esa es la
razón de las guerras, la solución radical no se encuentra
tan cercana. Mientras
tanto, nos queda sólo una alternativa: Disuasión!.
Asustar al atacante es bueno
para el atacado y también para el atacante mismo: De esa forma
dejará de
atacar. Lamentablemente, nuestros vecinos son agresivos no sólo
con nosotros,
sino que también entre ellos mismos!. Ellos hacen cosas
terribles, minorías
gobiernan mayorías en un régimen terrorista dentro de sus
propios países, y
fuera de ellos luchan contra los demás con una crueldad sin par.
Nos duele el
corazón por lo que ocurre en el Líbano, con el apoyo de
Siria!.
No debemos
ilusionarnos pensando que la paz se encuentra a la puerta. No hay una
ilusión
más peligrosa que esa. Ella también puede convencernos
que debemos introducir
mujeres en las unidades combatientes – ya que un Ejército de Paz
no es un
Ejército de Combate!.
Todo intento
de convencer a nuestros vecinos – por fuera y por dentro – de pactar
una paz
auténtica, mientras que ellos carecen de toda actitud humana
básica entre
ellos, y enseñan a sus niños a asesinar y suicidarse, es
semejante al intento
de convencer a los Nazis que no sean antisemitas. Frente a los Nazis y
sus
similares no se puede actuar con indulgencia y moderación - sino
que se debe
comprender la legitimidad del uso de la fuerza.
Ese es el
camino, no hay otro: Disuasión. Como dice el refrán
latino: “Si vis pacem, para
bellum” – si deseas la paz, prepárate para la guerra. No amamos
la guerra – por
ello, nos preparamos para ella. Gracias a D’s, Tzaha”l (el
Ejército de
Defensa de Israel) está preparado para la guerra: Es un
ejército excelente. De
vez en cuando se publican estudios estratégicos de centros de
fama mundial
según los cuales Tzaha”l es capaz de rechazar a todos
los ejércitos
árabes juntos. Por supuesto, también nuestros vecinos lo
saben, y por ello
desde la Guerra
de Iom Kipur no nos molestan, gracias a D’s.
Para que
llegue la paz mundial, fija y eterna, la esencia humana deberá
cambiar.
Mientras tanto, esperamos que podamos evitar guerras estando preparados
para
ellas, sin doblegarnos frente a las presiones, para que nuestros
vecinos sepan
que las guerras no nos asustan. También el rey Shlomó
tenía un gran e
impresionante ejército, y de esa forma garantizaba la paz, sin
necesidad de
utilizarlo. Ojalá nosotros también lo logremos.
Por supuesto,
no edificaremos la paz en base a la mentira y el robo: El Golán
nos pertenece
según el Tana”j (La Biblia), según la historia,
según la moral, según la Declaración
Balfour
de la construcción del Hogar Nacional, y también
según el más sencillo sentido
humano – ya que desde la
Guerra
de los Seis Días convertimos esa zona desolada en un
jardín de D’s, con nuestro
sacrificio.
No perdemos la
esperanza. La humanidad finalmente se elevará y se
purificará, y el mundo será
corregido con el Reinado de D’s, “no alzará espada nación
contra nación, ni
aprenderán más la guerra” (Ishaya 2:4) – y llegará
la paz mundial.
“Por ello
sobre todos los pueblos juntos caerá temor y pavor, su
corazón se espantará
cuando suba el Pueblo Único, y tenga éxito en su camino”
(canto Aguil VeIsmaj
Vilbabi, a la salida del shabat).