Cálmate,
hija mía
Rav
Shlomó Aviner (Beahava Ubeemuna No490)
Quién surca por el camino
tan tarde
por la húmeda carretera en la fría noche?
En el pequeño auto blanco
se encuentra la madre con su pequeña hija
que se arrima a ella, bien cerca
para sentir calor, para sentirse protegida.
- Mamá, mamá!.
Llega pronto a casa
porque un auto nos persigue
y en él, nuestro Primer Ministro.
Mamá, él me viene a secuestrar!.
- Cállate, cállate mi niña
él no hará algo semejante, él es judío.
- Mamá, yo lo veo
allí, frente nuestro, entre los árboles
él viene a Katif (asentamientos judíos de
Mi D's, mi D's!. Sálvame de mi Primer Ministro.
- Mi dulce niña, cálmate
es sólo la luz de
- Mamá, yo escucho
explosiones
quién bombardea nuestra casa?!.
D's, sálvame
él viene a desmantelarme!.
- No es nada, dulce mía
es sólo el fuego de los morteros de los asesinos
no es nada, no es nada mi pequeña
es el ruido de los morteros de los asesinos.
- Mamá, nuestro
asentamiento ha desaparecido
todo está oscuro, no ha quedado nada
el Primer Ministro nos ha borrado
de la faz de la tierra.
Ella se aproxima más a su madre
para sentir calor, para sentirse protegida.
- Mamá, ve a casa pronto
quizás podremos salvar algo.
Mamá, ve a casa pronto
veremos qué es esa oscuridad.
- Cálmate, mi amorosa hija
es sólo la oscuridad que cubre el mundo.
La madre surca velozmente en la
oscuridad
abrazando con fuerza a su hija
en un último intento de llegar a su casa.
La casa está alumbrada y llena de vida
prontamente calman a la niña el padre y los hermanos:
- Nos encontramos aquí para siempre
el Cuidador de Israel nos cuida
el Eterno de Israel nos cuida
el Eterno de Israel no mentirá.