La
revolución de Itro
Rav Lior Engelmann
(Beahavá
Ubeemuná No603)
No podemos
dejar de preguntar: Por qué se le da tanta importancia al
consejo de Itro? -
hasta tal punto, que una Parashá en la Torá lleva
su nombre. Es
cierto que gracias a su consejo Moshé no desfallecerá, ni
tampoco el pueblo que
está con él (Shmot 18:18). Pero a fin de cuentas, tal
parece que Itro sólo es
un consejero de organización exitoso, y nada más: Un
visitante pasajero que
supo identificar un problema técnico, y proporcionar un buen
consejo. Por
supuesto, Itro se merece alabanzas por su sagacidad, pero por
qué se explaya
tanto la Torá describiendo la conversación entre
él y Moshé, y la
solución que él propone?.
El Netzi”b
(Rav Naftali Tzvi Iehudá Berlín) - en su comentario
“Haamek Dabar” - desviste
con habilidad la envoltura técnica que nos confunde del
episodio, y nos revela
una profundidad desconocida en el consejo de Itro. Marchando a la luz
de su
comentario, descubrimos que en el consejo de Itro se esconde toda una
revolución en cuanto a la dirección de Am Israel,
por parte de nuestro
Rav Moshé.
Itro se da
cuenta que el pueblo que se encuentra frente a Moshé desde la
mañana hasta la
tarde no llega sólo por algún pleito que surgió, y
por ello pregunta: “Por
qué... todo el pueblo permanece parado en derredor tuyo, desde
la mañana hasta
la tarde?” (Shmot 18:14). Moshé le contesta que el encuentro
con el pueblo
es en tres campos:
En primer
lugar, “porque el pueblo viene a mí para consultar a D’s”
(Shmot 18:15).
“Consultar a D’s” se refiere a una situación de angustia del
individuo
particular, por la cual llega a preguntar al profeta qué
sucederá. Cuando hay
un enfermo en la familia, se dirigen a consultar a D’s para saber si
vivirá o
morirá. Una persona que se le perdió algo, llega a
consultar a D’s para que con
la ayuda de Moshé pueda saber dónde se encuentra.
Así fue con Rivka y su
embarazo (Bereshit 25:22), o con Shaul y los asnos que se perdieron
(Shmuel
Alef Cáp. 9), y otros.
“Y yo
juzgo entre el uno y el otro” – más allá de la
consulta a D’s a través de
Moshé, también le piden que juzgue al pueblo.
“Y les
doy a conocer los estatutos de D’s y Sus leyes” (Shmot 18:16) –
Moshé le
enseña la Torá a todo el pueblo.
Se
acostumbra a pensar que el consejo de Itro se reduce al nombramiento de
jueces
que ayuden a Moshé, para aliviar su carga, pero el Netzi”b
opina que eso
es algo marginal. Itro le dice a Moshé: “Ahora, pues, oye la
voz de mi
consejo... sé tú el representante del pueblo delante de
D’s, para que traigas
las causas a D’s” (Shmot 18:19). A primera vista, eso es justamente
lo que
hizo Moshé hasta ahora: Le contestaba a las personas que llegaban
a
consultar a D’s. Pero en realidad, hay una diferencia abismal entre la
concepción de Moshé de la consulta a D’s del pueblo y la
concepción de Itro.
Moshé ve su papel como el que debe contestarle al pueblo en
nombre de D’s,
cuando ellos están angustiados. Debe responder en cuanto al
enfermo – si
sanará, o D’s no lo permita su fin ha sido decretado – responder
en nombre de D’s
en cuanto a lo que se ha perdido – si acaso volverá a ser
encontrado, y dónde
está. Después de haber descendido del monte,
después de haber visto todo el mundo desde las “alturas” –
espirituales - del Monte de
Sinai, Moshé entiende que su misión es traer
las respuestas
de D’s al conocimiento del pueblo. El pueblo viene a consultara D’s, es
decir,
pregunta qué dice D’s, y Moshé – de momento que fue
merecedor de la cercanía a
D’s – les proporciona la respuesta exacta, en Su nombre.
Itro examina
la consulta a D’s de otra forma. La persona que llega para consultar a
D’s
cuando sufre, no espera que Moshé le responda en nombre de D’s:
Él desea que
Moshé sea su intermediario frente a D’s, ruegue y suplique hasta
que sea
abolido el mal decreto!. Él no está interesado en la
respuesta de D’s, él viene
para que el decreto sea endulzado, para que sea determinado para bien.
Itro le
aconseja a Moshé “cambiar de bando”: En vez de ser un emisario
de D’s para
responderle al pueblo, desde ahora será un emisario del pueblo
cuando hable con
D’s. “Sé tú el representante del pueblo delante de
D’s, para que traigas las
causas a D’s” (Shmot 18:19). Con ese consejo, Itro no alivia la
carga de
Moshé: Por el contrario, deposita sobre sus hombros una carga
pesada. Responder
en nombre de D’s a cada uno - como hizo hasta ahora - lleva poco tiempo
por
persona. Pero ahora, debe rezar y suplicar prolongadamente por cada
uno, largas
horas se encontrará Moshé frente a D’s por ellos. Es
más, el Netzi”b
recalca que cuando Moshé llegaba al pueblo como quien viene de
parte de D’s, le
alcanzaba con un conocimiento general del pueblo que se encuentra
frente a él.
Pero ahora que cambia su papel y es un emisario del pueblo frente a
D’s, deberá
conocer muy de cerca a cada uno y sus necesidades, sus dificultades y
su
consulta particular a D’s. Justamente Itro – que no hubo un culto a
otros
dioses que no probó – eligió convertirse por la calidez
de la fe judía, por la
posibilidad de cambiar el mundo presentándose frente a D’s
rezando, y es eso lo
que le aconseja a Moshé.
También en
la forma de enseñar la Torá Itro propone un
cambio revolucionario. Moshé
explicó: “Y les doy a conocer los estatutos de D’s y Sus
leyes”. Itro
dice: “Tú les advertirás, pues, los estatutos y
las leyes” (Shmot
18:20). La diferencia entre dar a conocer y advertir es grande. Dar a
conocer
es algo distante, es hacerle saber al pueblo que esa es la voluntad de
D’s. En
contraste, advertir expresa calidez e interés, que no ocurra –
D’s no lo
permita – que no sea cumplido!. Los padres no les “dan a conocer” a sus
hijos
que si se sentarán en el alféizar de la ventana se
caerán: Por su amor, los
advierten, les importa de ellos. Cuídense, no lo hagan!.
Itro cree
que la función de dirección del pueblo de nuestro Rav
Moshé es principalmente
en su participación activa en la consulta a D’s y la
enseñanza de la Torá
de esa forma – y no puede ser hecho por otra persona. Pero juzgar al
pueblo, es
definido por el Netzi”b como “asuntos leves, que pueden ser
hechos por
otros”. Y ahora, luego de la carga que agregó sobre los hombros
de Moshé, Itro
propone aliviar la tarea en el plano del juicio, nombrando jueces que
lo
ayuden.
Cuando Shaul
le pregunta a Shmuel por los asnos extraviados, dice el
versículo:
“Antiguamente en Israel, cuando iban los hombres a consultar a D’s,
decían así;
venid y vayamos al vidente, porque al profeta de hoy, se le llamaba
anteriormente el vidente” (Shmuel Alef 9:9). Comenta el Malbi”m
que el
profeta llega como emisario de D’s, habla en Su nombre y reprende al
pueblo. Él
habla en forma genérica, y no los conoce personalmente, y por
ello el pueblo se
escabulle del duro encuentro con él. El vidente del pasado se
interesaba por el
sufrimiento particular del que venía a consultar, y trataba de encontrar la solución. Era amado por el pueblo,
hasta tal punto que decían
“venid y vayamos al vidente”, andemos un largo camino, evitemos los
profetas
con sus reprimendas, y lleguemos hasta el vidente, que ve nuestra
angustia y
nos ama.
El consejo
de Itro marcó el camino, el cambio de la dirección de
Moshé: De profeta, a
vidente!. Tal me parece que - hoy más que nunca - los que
pretenden guiar a Am
Israel deben escuchar el consejo de
Itro, y dirigir de esa forma!.