Libertad
eterna
Rav Azriel
Ariel (Beahava Ubeemuna No495)
Un pueblo de esclavos se
encuentra a punto de salir libre, luego de 210
años de terrible esclavización. No sólo su cuerpo
fue esclavizado por el duro
trabajo: El espíritu - del particular y de la sociedad -
también fue
esclavizado por el imperio egipcio y su cultura. Mientras sus pies se
sumergían
en la arcilla, el limo y los ladrillos, el espíritu de nuestros
antepasados se
sumergía en los 49 portones de la impureza de Egipto. Por ello,
no alcanzaba
con el consentimiento de Paró (El Faraón) de que
sus cuerpos saliesen de
Egipto: Hubo que esforzarse mucho por sacar al espíritu del
confinamiento
espiritual y cultural en el que se encontraba cautivo. Un proverbio
jasídico
famoso expresa con buen gusto esa doble salida a la libertad, diciendo:
Para
qué llega el Meshiaj Ben Iosef (Redentor del linaje de
Iosef)?. Para
sacar a los judíos de la galut (el exilio). Y para
qué llega el Meshiaj
Ben David (Redentor del linaje de David)?. Para sacar la galut
de
los judíos...
Un largo "curso" le es impartido a Am Israel (el Pueblo
de Israel) en el proceso de la salida de Egipto. De esa forma podemos
entender
por qué era tan importante endurecer el corazón de Paró
y hacer recaer
sobre él diez plagas, antes de la salida de Am Israel de
Egipto. El
judío humillado, que asimiló su situación de
inferioridad frente al opresor
egipcio, tenía que ver una y otra vez a su amo siendo vencido
frente a sus ojos
por el D's de Israel, hasta el punto que "y vio Am Israel a los
egipcios muertos sobre la orilla del mar" (Shmot 14:30). Y eso se lo
contará al hijo simple que le nacerá: "Con fuerte mano el
Eterno nos sacó
de Egipto, de la casa de servidumbre" (Shmot 13:14). Pero no alcanza
con
eso. Una revolución espiritual no puede lograrse sólo
desde "afuera",
mirando en forma pasiva lo que le ocurre a los demás. La
revolución de la
libertad debe llegar a través de las acciones de los hijos de
Israel mismos.
La primer mitzva que fueron ordenados los miembros de Am
Israel
- es el calendario judío. El ciclo anual es el que
modela la identidad
de cada persona y de cada pueblo. Cesar de utilizar el calendario
egipcio, y
adoptar el calendario nacional auténtico - es capaz de expresar
profundamente
la salida del pueblo a la libertad eterna. La cuenta de los años
comenzará de
nuevo, a partir de la salida de Egipto, y no del reinado de Paró.
Los
años de esclavitud anteriores serán sólo
prehistoria, carentes de significado
para la nueva identidad. Los meses serán enumerados de una nueva
forma, y los
nombres de los meses les serán dados en base al mes de la
libertad, que
"os será el primero de los meses del año" (Shmot 12:2).
Luego, será anunciada la rebelión religiosa. Cada
familia de Am
Israel tomará el ídolo del esclavizador - el cordero
- y lo atará por
cuatro días a la pata de su cama. Y luego - lo degollará,
y mojará con su
sangre el dintel y las jambas de la puerta. No lo hará en
secreto, sino que a
los ojos de todos. No en la oscuridad de la noche, sino que a la luz
del día. Y
a la par de Su pueblo, dirá D's: "Y sobre todos los dioses de
Egipto
ejecutaré juicios, Yo soy el Eterno" (Shmot 12:12).
La libertad no es sólo "dejar de hacer", no es sólo
liberarse
del yugo del opresor: La libertad exige que sea consolidada una identidad
propia autónoma. Esa identidad nacional no se obtiene
sólo a través de las
acciones y los pensamientos, sino que también a través de
la boca. Cada pueblo
- tiene su comida nacional típica. Y aquí, D's nos ordena
el "menú de la
libertad": El sacrificio de Pesaj, que debe ser comido "asado
al fuego" (quizás esa es la razón - en forma inconciente
- por la cual se
acostumbra a comer carne asada en Iom HaAtzmaut),
acompañado de matzá
(pan ácimo) y maror (hierbas amargas). Y más
tarde, en el desierto,
comenzará la disputa entre el "pan celestial" - el man -
y la
olla de la carne de Egipto, o los pescados, los cohombros, los melones,
los
puerros, las cebollas y los ajos (Bamidvar 11:5). Hasta hoy en
día, incluso en
los lugares más alejados de la identidad judía, es
cuidado cierto recuerdo de ella
bajo la forma de las comidas típicas festivas: Kneidalaj
de Pesaj,
Oznei Aman de Purim, o las Sufganiot de Januca.
Pero no se puede basar la identidad propia en la comida. Justamente en
ese momento en que "la matzá
y el maror se encuentran frente
a ti" (Hagadá de Pesaj) -
cuando la vista y el gusto se encuentran en su máxima actividad
-
cada miembro de Am Israel debe
contar a sus hijos el relato que ellos
expresan, el relato de la salida de Egipto. "Y en aquel día
contarás a tu
hijo, diciendo; es a causa de lo que hizo conmigo el Eterno cuando
salí de
Egipto" (Shmot 13:8). El relato de la salida de Egipto es mucho
más que el
relato de la bondad y los milagros que D's nos hizo. Ese es el
relato de la
creación del pueblo como Pueblo de D's, como un pueblo que
Con la salida de Egipto fueron entregadas
otras mitzvot, que profundizan la conciencia
de la libertad
y la identidad propia. Brit Milá (circuncisión)
- como el sello de la libertad en el cuerpo del judío, y los Tfilin (filactelias) - que nos
recuerdan los
principios básicos de la fe y el relato de la salida de Egipto -
que imprimen
el sello de la libertad en su espíritu.
El camino a la libertad es largo, y muy
complejo. Debe abarcar todos los campos de la vida, y todos los
aspectos de la psicología
individual y nacional. Ella exige un cambio envolvente y
genérico, en el
calendario, en la comida y en la salida de un lugar determinado,
también en la
economía y en la lengua, y sobre todo - en la conciencia, que su
principal
consolidación llegará al cabo de cincuenta días,
el día en que será entregada
Y quién sabe, quizás todos los eventos de
nuestros días tienen como objetivo volver a plantearnos la
exigencia de
"sacar la galut de los judíos"?...