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Rav Iaacov Filver El liderazgo y la gueulá
Rav Iaacov Filver
 (Beahava Ubeemuna No601)

La gueulá (Redención) de Egipto fue milagrosa, y D’s podría habernos sacado de Egipto sin intervención humana alguna. Como nos salvo cuando atacó a las huestes de Ashur, como dice el versículo: “Salió el ángel del Eterno, e hirió en el campamento de los de Ashur ciento ochenta y cinco mil hombres” (Ishaya 37:36). Y fue agregado también: “Y envió el Eterno un ángel que destruyó a todos los hombres fuertes y valerosos, con los príncipes y los capitanes, en el campamento del rey de Ashur, y él volvió con rostro avergonzado a su propia tierra” (Divrei HaIamim Bet 32:21). Y a pesar de ello, la Providencia Divina se esmeró para que en la salvación de Egipto haya también una participación humana. Aprendemos de esa forma que el líder es un factor central en el proceso de la gueulá.
Uno de los graves problemas de nuestra generación es la falta de líderes: Am Israel (el Pueblo de Israel) se siente como un rebaño sin pastor. Un ejemplo de líder judío óptimo fue nuestro Rav Moshé. Cuando lo encontraron flotando en el Nilo, dice el versículo “he aquí que el joven lloraba” (Shmot 2:6). En hebreo, está escrito “naar” (joven). Y nuestros sabios lo interpretaron como un acróstico: “Neeman (fiel, en hebreo) – como dice el versículo ‘en toda Mi casa, él es fiel’. Anav (modesto, en hebreo) – como dice el versículo ‘y el hombre Moshé era muy modesto’. Roé (pastor, en hebreo) – como dice el versículo ‘y apacentaba Moshé el rebaño’”. Una persona modesta es una persona que no piensa en sí misma, sino que se anula frente a los demás. La modestia de Moshé fue notoria desde el principio de su camino: Es un príncipe, que vive en el palacio de Paró (el Faraón) y puede disfrutar de todas las delicias del mundo, y a pesar de ello él renuncia a su encumbrada posición y “salió a donde estaban sus hermanos” (Shmot 2:11). No como un visitante - que sólo observa - sino que ayuda y colabora con sus oprimidos hermanos. Hasta tal punto, que puso en peligro su vida – por lo que fue perseguido, y tuvo que escapar de Egipto dirigiéndose a una tierra extraña y lejana. También era fiel: La fidelidad del líder no se limita solamente a no prometer lo que no podrá cumplir, a no decir hoy una cosa y mañana hacer otra – incluso si arguye que ahora ve la situación de otra forma. Ser un líder fiel es también no atropellar al que se encuentra en su camino y lo estorba en su carrera personal – como hizo Moshé, cuando se negó a tomar el mando a cuestas de su hermano Aharón. Y así dice el midrash (Tanjuma Shmot 27): “Tú te piensas que Moshé se demoró en recibir su papel porque no quería?. No es así, sino que lo hizo por respeto a Aharón. Se dijo Moshé: Hasta que yo llegué, mi hermano Aharón profetizaba en Egipto ochenta años - y ahora llegaré yo y competiré con él?!. Y por ello, no quería ir”. Otra expresión de su fidelidad
la encontramos en su conducta cuando D’s le propone exterminar a todo Am Israel – después del Pecado del Becerro de Oro – y convertir a Moshé y su descendencia en un gran pueblo que lo supla. Esa proposición en realidad es cambiar a los patriarcas – Avraham, Itzjak, Iaacov – por Moshé, y comenzar a formar nuevamente un pueblo del que él será el patriarca. Y Moshé rechaza esa proposición, y ruega: “Acuérdate de Avraham, de Itzjak y de Israel, siervos tuyos...” (Shmot 32:13). E incluso está dispuesto a renunciar a su Olam HaBa (mundo venidero) por el pueblo, diciendo “y ahora, si perdonares su pecado, está bien. Mas si no, bórrame a mí, Te lo ruego, de Tu libro” (Shmot 32:32) – cuando el “Libro de D’s” se refiere al mundo eterno. Y la cualidad del pastor auténtico la notó D’s en Moshé cuando se le escapó un cabrito y finalmente lo encontró tomando agua. Le dijo Moshé: “No sabía que escapaste porque estabas sediento!. Seguramente estas cansado”, y montándolo sobre su hombro lo trajo al rebaño. Le dijo D’s: “Tienes misericordia para con el rebaño de las personas – Yo te juro que tú serás el pastor de Mi rebaño, Am Israel!” (Shmot Rabah 2).
Cuando Rabí Ioshua le dice a Raban Gamliel (Brajot 28A): “Pobre de la generación que tú eres su sostén, y pobre del barco que tú eres su capitán!”, pregunta el Rav Kuk (Ein Ayá, Brajot, allí): Cuál es la diferencia entre “sostén” y “capitán”?. El "sostén" es el líder que está atento a los problemas del individuo particular y se preocupa por sus necesidades. Como el “sustento”, que es el nombre genérico de las necesidades básicas personales de cada individuo, que son distintas según la persona. En contraste, el “capitán” no presta atención a los detalles, él se preocupa de todo el barco en general, en hacerlo partir del puerto y llegar a su destino, sin estar al tanto de las necesidades de cada individuo particular que viaja en él. Y explica el Rav Kuk que un líder auténtico de Am Israel es un dirigente que sabe conjugar ambos aspectos: Se preocupa de las necesidades y el sufrimiento del particular, y al mismo tiempo saber marcar una conducción general que proporcione las soluciones para las dificultades de todo el público.
Ambos aspectos se encontraban en Moshé: “Salió a donde estaban sus hermanos, y observó sus cargas” (Shmot 2:11). Según el midrash, Moshé observó la situación desde dos puntos de vista: Como “sostén” y como “capitán”. Y así dice el midrash (Vaikrá Rabah 37): “Vio que ponían las cargas más pesadas sobre los pequeños, y las cargas livianas sobre los mayores. Ponían cargas de hombres sobre las mujeres, y cargas de mujeres sobre los hombres. Ponían cargas de ancianos sobre jóvenes, y cargas de jóvenes sobre ancianos. Y entonces, Moshé cambiaba sus cargas”. Ese es el aspecto de las dificultades particulares de los individuos, en el que Moshé se conduce como un “sostén” para el pueblo. Y al mismo tiempo, también se ocupó de las necesidades generales del público: “Vio que no tenían ningún día de descanso, y le dijo a Paró; si alguien tiene un esclavo y no lo deja descansar ningún día a la semana, finalmente se muere. También tus esclavos: Si no les dejas descansar ningún día, ellos morirán!. Le contestó Paró: Haz como tu dices. Moshé, entonces, les instituyó el shabat como día de descanso”.