Es una costumbre de Am Israel (el
Pueblo de
Israel) bendecir al novio y la novia bajo la jupa con la
bendición de
las matriarcas: “El Eterno te conceda que la mujer que va a entrar en
tu casa
sea como Rajel y como Lea, las cuales edificaron
Cómo edificaron ambas
Ambos redentores se unirán finalmente, como dice el
profeta Iejezkel: “Así dice el Eterno; he aquí que voy a
tomar el palo de Iosef
que está en mano de Efraim, con las tribus de Israel,
compañeros suyos, y los
pondré sobre el otro, es decir, sobre el palo de Iehudá,
y los haré un solo
palo, y vendrán a ser uno mismo en Mi mano” (Iejezkel 37:19). Y
cuándo seremos
merecedores de esa unión?. Cuando sean reunidos los exilios,
como dice el
versículo “así dice el Eterno, he aquí que voy a
tomar a los hijos de Israel de
entre las naciones donde se han ido, y los recogeré de todas
partes, y los
traeré a su tierra. Y los haré una sola nación en
la tierra, sobre las
serranías de Israel, y un solo rey será rey de todos
ellos, y ya no serán más
dos naciones, ni estarán divididos en dos reinos" (Iejezkel
37:21-22).
En la actualidad, bienaventurados somos, cuán
grande es nuestra dicha que
somos merecedores de vivir en la generación de la reunión
de los exilios. Am
Israel regresa a su tierra, a sí mismo, y se cristaliza su
fisonomía
nacional bajo la forma de un estado independiente, que tiene un fuerte
ejército
y una sólida economía. La tierra es reconstruida
paulatinamente, y ya hoy en
día el país ocupa un importante lugar en la familia de
los pueblos. Pero no es
esa nuestra meta: No formamos un estado sólo para satisfacer
nuestros intereses
existenciales y nada más. El objetivo del Estado de Israel y de Am
Israel
es una meta mundial cosmopolita: Abundar de bien y luz a todo el mundo,
como le
fue prometido a nuestro patriarca Avraham, “y haré de ti una
nación grande, y
te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y tú
serás una bendición… y serán
bendecidas en ti todas las familias de la tierra” (Bereshit 12:2-3). Y
como
dice el profeta Ishaya: “Y acontecerá que en los postreros
días, el monte de
Meshiaj Ben Iosef es la preparación para Meshiaj
Ben David, de la
misma forma que el rey Shaul - descendiente de Binyamin, hijo de Rajel
- es la
preparación para el rey David - descendiente de Iehudá,
hijo de Lea.
Y no está tan lejano el día en que seremos
merecedores de ver con nuestros propios ojos la plasmación de
las palabras del
profeta: “Y habitarán en la tierra que di a Mi siervo Iaacov, en
donde
habitaron vuestros padres, y habitarán en ella así ellos
como sus hijos, y los
hijos de sus hijos, para siempre. Y Mi siervo David será
príncipe de ellos para
siempre” (Iejezkel 37:25).
De quien anhela la salvación plena
Dov
Bigún