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Rav Dov Bigún Meshiaj Ben Iosef
y Meshiaj Ben David
En la actualidad (Beahava Ubeemuna No598)

Es una costumbre de Am Israel (el Pueblo de Israel) bendecir al novio y la novia bajo la jupa con la bendición de las matriarcas: “El Eterno te conceda que la mujer que va a entrar en tu casa sea como Rajel y como Lea, las cuales edificaron la Casa de Israel” (Rut 4:11).
Cómo edificaron ambas la Casa de Israel?. De Rajel salió el tzadik (justo) Iosef, y de Lea salió el rey David – y de ellos salen Meshiaj Ben Iosef (el Mesías del linaje de Iosef) y Meshiaj Ben David (el Mesías del linaje de David). “En el Meshiaj Ben Iosef se revela la cualidad del nacionalismo de Am Israel en sí mismo” (Orot, Pág. 160), mientras que en Meshiaj Ben David “se revela el objetivo final del nacionalismo, que es la aspiración de unir todos los seres del mundo en una sola familia, y que todos invoquen el Nombre de D’s” (Orot, allí).
Ambos redentores se unirán finalmente, como dice el profeta Iejezkel: “Así dice el Eterno; he aquí que voy a tomar el palo de Iosef que está en mano de Efraim, con las tribus de Israel, compañeros suyos, y los pondré sobre el otro, es decir, sobre el palo de Iehudá, y los haré un solo palo, y vendrán a ser uno mismo en Mi mano” (Iejezkel 37:19). Y cuándo seremos merecedores de esa unión?. Cuando sean reunidos los exilios, como dice el versículo “así dice el Eterno, he aquí que voy a tomar a los hijos de Israel de entre las naciones donde se han ido, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra. Y los haré una sola nación en la tierra, sobre las serranías de Israel, y un solo rey será rey de todos ellos, y ya no serán más dos naciones, ni estarán divididos en dos reinos" (Iejezkel 37:21-22).

En la actualidad, bienaventurados somos, cuán grande es nuestra dicha que somos merecedores de vivir en la generación de la reunión de los exilios. Am Israel regresa a su tierra, a sí mismo, y se cristaliza su fisonomía nacional bajo la forma de un estado independiente, que tiene un fuerte ejército y una sólida economía. La tierra es reconstruida paulatinamente, y ya hoy en día el país ocupa un importante lugar en la familia de los pueblos. Pero no es esa nuestra meta: No formamos un estado sólo para satisfacer nuestros intereses existenciales y nada más. El objetivo del Estado de Israel y de Am Israel es una meta mundial cosmopolita: Abundar de bien y luz a todo el mundo, como le fue prometido a nuestro patriarca Avraham, “y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y tú serás una bendición… y serán bendecidas en ti todas las familias de la tierra” (Bereshit 12:2-3). Y como dice el profeta Ishaya: “Y acontecerá que en los postreros días, el monte de la Casa del Eterno será establecido como cabeza de los demás montes, y será ensalzado sobre los collados, y afluirán a él todas las naciones. Pues caminarán muchos pueblos y dirán; venid y subamos al Monte del Eterno, a la Casa de Dios de Iaacov, a fin de que Él nos enseñe en cuanto a Sus caminos, porque también nosotros queremos andar en Sus senderos. Entonces, saldrá la Torá de Tzion, y de Ierushalaim la palabra del Eterno” (Ishaya 2:2-3).
Meshiaj Ben Iosef es la preparación para Meshiaj Ben David, de la misma forma que el rey Shaul - descendiente de Binyamin, hijo de Rajel - es la preparación para el rey David - descendiente de Iehudá, hijo de Lea.
Y no está tan lejano el día en que seremos merecedores de ver con nuestros propios ojos la plasmación de las palabras del profeta: “Y habitarán en la tierra que di a Mi siervo Iaacov, en donde habitaron vuestros padres, y habitarán en ella así ellos como sus hijos, y los hijos de sus hijos, para siempre. Y Mi siervo David será príncipe de ellos para siempre” (Iejezkel 37:25). 

De quien anhela la salvación plena
Dov Bigún