Ese
judío – es tu hermano
Rav
Shlomó
Aviner (Beahava Ubeemuna No592)
Ese judío con el que tú discrepas, con el que te enojas –
es tu
hermano. También él aporta a la nación – como
tú. Él también es parte de la
nación – como tú.
No grites con ardor: “Yo tengo toda la verdad!”. No digas: “Todo
fue logrado por mi mérito!. Todo es gracias a mi grupo!”. No es
así: Todo fue
logrado gracias a todos, por mérito del pueblo.
No pienses que las diferencias de opinión son las que disgregan
al
pueblo: Las diferencias de opinión no son dañinas, a
condición que se respetan
unos a otros, a condición que no se niega la legitimidad de
otros matices, a
condición que se toma en cuenta el común denominador, a
condición que se
entiende que lo que nos une es mucho mayor de lo que nos separa, “amad,
pues,
la verdad y la paz” (Zjaria 8:19).
Ver lo negativo – es fácil. Por ello, en vez de criticar a tu
prójimo, critícate a ti mismo y aprende a valorar a tu
prójimo, aprende a
juzgarlo para bien.
Lee lo que está escrito en el libro “HaEmuna VeHaHasgaja”
de Rabí Shmuel de Altzan, en base a las enseñanzas del Gaón
(genio del
estudio de
Es muy
fácil caer en el error de la venta de Iosef hablando palabras
muy bellas
respecto a la unión. Culpar – es muy fácil. Ver todo
negro o blanco – es muy
fácil. Pero saber apreciar una
situación compleja – es difícil. Esforzarse por la
unión – es difícil. No una
unidad para obtener algún provecho político o de otro
tipo – sino que una unión
por la unión en sí, la unión como ideal, unirnos
porque así desea D’s – que
estemos unidos. No que seamos uniformes - sino que estemos unidos!.
Cuánto
sufrimos en la
esclavitud de Egipto, para salir
de allí con una gran riqueza: La unión. Cuánto
sufrimos en la galut (exilio) dos mil años – para poder ser
capaces de unirnos en nuestra tierra. No pongamos en peligro lo
principal,
porque la unión – es realmente la gueulá (Redención).