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Rav Shlomó Aviner El Demonio Centrífugo
Rav Shlomó Aviner
(Beahava Ubeemuna No588)

Yo soy el Demonio Centrífugo. No piensen que mi apariencia inspira aversión: Por el contrario, soy muy culto y educado, inteligente e ilustrado. Yo utilizo argumentos que parecen muy lógicos para convencer a cada sector que le conviene separarse de los otros grupos. Si trabajaremos de esa sofisticada forma, lograremos disgregar a la nación en pequeños trozos, y coronar a la maldad.
No
subestimo otros demonios: Por ejemplo, los tres demonios del culto a otros dioses, adulterio y asesinato se unieron hasta que lograron destruir el Reinado de Israel y los expulsaron a la galut (exilio). Pero eso sólo duró 70 años. Yo les daría la nota de “suficiente”. Pero yo, gracias a la Sinat Jinam (odio gratuito), produje una destrucción que ya dura casi dos mil años!.
Tampoco
subestimo a los demonios de nuestros días: Por el contrario, yo trabajo junto con ellos. Como el demonio de la Devastación de la Enseñanza, o de la Pérdida del Recato. Pero con toda humildad - ellos no me llegan ni a los tobillos.
Pero en los últimos tiempos, me encuentro muy preocupado por mis pocos logros. Por ejemplo: Con el asesinato de Arlazarov, se sembró mucho odio entre la derecha y la izquierda entre los habitantes del país de aquel entonces, realmente, un buen trabajo por mi parte. Por ello, tenía la esperanza que después del asesinato del Primer Ministro seremos merecedores de alguna buena guerra civil, o por lo menos de alguna brecha social… pero no paso casi nada!.
También en el episodio del hundimiento del barco Altalena tenía muchas esperanzas – pero nada pasó. La culpa la tiene el estado: En la galut, había un pueblo disperso y disgregado, y este estado liga cada vez más a las personas entre ellas!. Me preocupa mucho. O por ejemplo: Hace cien años las relaciones entre los jaredim (ultra-ortodoxos), los jilonim (seculares) y los datiim-leumim (religiosos-nacionalistas) eran pésimas. Ellos eran realmente enemigos, y a duras penas se lograban poner de acuerdo en algún punto. Y ahora, ellos se acercan cada vez más!.
Por ello, yo solicito su ayuda: Sólo de esa forma queda alguna esperanza de disgregar a la nación. Tenemos suerte que nuestra principal arma para alcanzar la meta de la división aún permanece intacta, e incluso fue sofisticada:
Lashón HaRrá (calumnias)!. Incluso los religiosos de todo tipo no consideran un pecado contar calumnias de su prójimo, o darles crédito. Allí, pululan libremente los microbios del odio. Y ahora, los distintos medios de comunicación ayudan mucho: El diario, la radio y la televisión. Y no debemos olvidar al joven integrante del Club de los Ensuciadores: El Internet, que realmente hace maravillas!.
Pero no malgasten ese arma en vano: No calumnien a alguna persona que es bien conocida, porque sencillamente no les creerán, y después ya no les
darán crédito. Lo mejor, es hablar mal de personas que no son entendidas. Ese es un terreno fértil para cultivar el odio. Y no desprecien ningún logro en ese campo: Si lograrán sembrar el odio incluso en el corazón de una sola persona, hay esperanzas que ese odio se esparza y se apodere lentamente de toda la sociedad!. Y lo mejor, es centrarse en personas extremistas, faltas de paciencia – como los que hablan libremente de una guerra fraticida. O como los que yo tanto disfruto de ellos: Proclaman  que se oponen a una guerra entre hermanos, pero sencillamente no consideran “hermanos” a sus enemigos!. Realmente, es algo genial!. Marchen por su camino: No hablen en contra de la unidad, por el contrario, preséntense como los devotos de la unidad - y al mismo tiempo convenzan a las personas que “ellos” y “aquellos” no son parte del pueblo, y por el bien de la unidad hay que excomulgarlos y alejarlos!.
No menosprecien al enemigo. Vean que después de mucha labor, logré destruir a
Gush Katif (los asentamientos judíos de la Franja de Gaza) y expulsar 8000 hombres, mujeres y niños. Pensé que finalmente brotará una guerra civil respetable… pero todo fue en vano!. Esas personas y los que los apoyan, realmente están convencidos del amor, o como ellos lo llaman: “Amor y fe”.
En efecto, el principal problema lo constituyen las personas del tipo Rav Kuk. Para él y para los que se le asemejan, la unión realmente es su aliento de vida. Yo desgarro – y ellos vuelven a coser. Yo fracciono – y ellos vuelven a unir!. Ellos lograron inmunizar lo que apodan “
Ahavat Israel” (amor por todo el Pueblo de Israel) hasta tal punto que no hay prueba o crisis que pueda quebrantarla!. Ellos han desarrollado toda una teoría, según la cual todas las fracciones dentro del pueblo son necesarias y vitales.
Por lo tanto, no alcanza con atacar a esas personas difundiendo calumnias, sino que también se los debe incitar a reaccionar de la misma
forma. Porque el gran problema con ellos es que no importa cuanto se los insulte y se les haga sufrir, ellos continúan con su rectitud y encima añaden amor!.
No se olviden de rezar: “Que sea Tu voluntad, que sea merecedor de separar entre las personas y sus prójimos, ver los defectos de mi compañero y no ver sus virtudes, que sea merecedor de ser uno de los que arruinan, y me salve de la verdad”.