Artículos | Imprimir | Página inicial


Rav Iaacov Filver Una persona que dirija la congregación
Rav Iaacov Filver
(Beahavá Ubeemuná No573)

Son muchas las crisis que pasa la sociedad israelí en nuestra época - pero la más aguda es la crisis de liderazgo. Es notoria en todos los campos, y quizás todas las demás son generadas por ella. En su libro “Jobat HaLebabot” (Shaar HaBejira, Cáp. 5) nota su autor que la Providencia Divina hace que las personas se pongan de acuerdo en la elección de una persona que los dirija y sea su líder, a la que ellos escuchan y obedecen - a pesar que en forma natural las personas no coinciden en su opinión. Ese acuerdo es imprescindible para la subsistencia de la sociedad humana, y sin ella las personas nunca coincidirían en construir una torre o una muralla, y todo sería un anarquismo. Y por ello, dijeron nuestros sabios: “Reza por el bien del gobierno, ya que de no ser por él las personas se comerían unas a otras” (Avot 3:2). El liderazgo es una necesidad humana, y a ello se refirió Iotam con su parábola (Shoftim 9:7-15): “Una vez los árboles fueron a ungir rey sobre ellos”. En su parábola, describe distintos tipos de liderazgo: Hay un líder que es como un olivo – que aporta al público en el plano espiritual, como el aceite que alumbra. Y hay un líder que es como una higuera – que endulza la vida de los habitantes del lugar. Y hay un líder que es como un viñedo – que alegra al D’s y a las personas con su producción. Pero en la práctica no son ellos los que gobiernan, sino que el mando es tomado por el espino – un arbusto punzante que no aporta nada al público, solo arruina y hace doler. A veces el público es el culpable que alguien semejante es su dirigente – cuando en su necedad lo eligen como líder. Pero a veces es un castigo Divino, por la forma corrupta que se condujo el público anteriormente. Así dicen nuestros sabios (Baba Kama 52A): “A la cabeza del rebaño marcha una cabra. Y cuando el pastor se enoja con el rebaño, ciega a esa cabra”. Comenta Rashi: El pastor tiene una cabra perspicaz, que las otras acostumbran a seguir. Cuando el pastor se enoja la ciega y ella se tropieza y cae en los pozos – y todo el rebaño tras ella. En forma similar, cuando D’s castiga a Su pueblo, les nombra dirigentes que no son correctos. La cabra ciega, es un ejemplo de un liderazgo fracasado. También los espías son un ejemplo de un liderazgo de ese tipo.
Cuando nuestro Rav Moshé se encuentra a punto de concluir su papel, comprende que no es sobreentendido quién lo sucederá. Él no confía en el público que sabrá nombrar un líder que lo continúe, pero al mismo tiempo tampoco confía en sí mismo, y no hace como Iaacov antes de su muerte, que definió qué papel tendrá cada uno de sus hijos. Entonces, le ruega a D’s: “Nombre el Eterno… un hombre que esté sobre la congregación” (Bamidvar 27:16).
Por qué le pidió Moshé a D’s que Él nombre su sucesor?. Nuestros sabios dicen (Guitin 14A): “Nadie llega a adquirir los conceptos de la Torá, sino que fracasando”. Moshé ya fracasó en el pasado en ese aspecto, cuando nombró a los espías para explorar la tierra. De ello aprendió que nombrar al líder correcto es una tarea que supera las posibilidades humanas - incluso de nuestro Rav Moshé - y le pide a D’s que Él lo nombre.
Y cómo sabemos que Moshé fracasó en el nombramiento de los espías?. El Ramba”n (Rabí Moshé Ben Najman) en su comentario a la Torá (Bamidvar 13:2) dice que D’s sólo consintió en que fuese enviada una persona de cada tribu, pero Él no dijo qué persona debería ser enviada. Sólo le ordenó a Moshé: “Envía hombres que exploren la tierra... un hombre de cada una de las tribus de sus padres enviaréis” (Bamidvar 13:2). Y Moshé decidió elegir justamente esos – y ellos hicieron el mal. Cuál fue el error de Moshé?. A primera vista, cuando fueron elegidos no hubo ningún error, ya que en ese momento ellos eran correctos (Bamidvar 13:3, Rashi). Entonces, no había ninguna razón para que no fuesen elegidos?!. Y si Moshé no tomó en cuenta que el líder, luego de haber sido nombrado, puede cambiar su forma de ser y decir que “las cosas se ven ahora distintas”, qué culpa tiene?. Incluso si Moshé sabía que existía esa posibilidad y la tomó en cuenta – ya que Moshé le cambió el nombre a “Oshea Bin Nun”, y lo llamó “Ioshua” rogando que D’s lo salve de lo que traman los demás espías (Bamidvar 13:16, Rashi) – él eligió los mejores que encontró. Y a pesar de ello, en la práctica fracasó. Por ello, cuando era necesario nombrar un nuevo líder para Am Israel (el Pueblo de Israel), esta vez Moshé no confía en sí mismo, sino que le pide a D’s: “Nombre el Eterno, el D’s de las almas de todo ser viviente, un hombre que esté sobre la congregación, que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, y que los haga a ellos salir y entrar, para que no sea la congregación del Eterno como ovejas que no tienen pastor” (Bamidvar 27:16-17). Y así dicen en el midrash: “‘Nombre el Eterno... un hombre que esté sobre la congregación’ – cuando le fue dicho que morirá, pidió misericordia por Am Israel, que les proporcione un dirigente que sea capaz de soportarlos. Dijo: D’s, Tú conoces las almas de todo ser viviente, Tú sabes quién es paciente y quién es irritable. Por favor, nombra un hombre que dirija la congregación que salga delante de ellos en el desierto, y que se ocupe de todas sus necesidades, y que los haga salir con rapidez, y que rece para que ellos entren a la tierra”.
Otro ejemplo de un fracaso en la elección del líder para Am Israel, fue cuando D’s le ordenó al profeta Shmuel encontrar alguien que supla a Shaul. También Shmuel - a pesar que él mismo se dedicó íntegramente por el bien del pueblo, y no tomó ni un sólo burro de nadie - se equivocó cuando pensó elegir a Eliav, por su buena apariencia y su estatura. Pero D’s le hizo ver su error, diciéndole: “Porque el hombre mira a los ojos, mas el Eterno mira al corazón” (Shmuel Alef 26:7).
También hoy en día, necesitamos pedir como nuestro Rav Moshé: “Nombre el Eterno... un hombre que esté sobre la congregación...”. Si bien ese rezo es actual en toda generación, en la nuestra es muy necesario. Nuestro deseo es que seamos meritorios frente a D’s que así sea, pronto, en nuestros días.