“Y
Balak, hijo de Tzipor, vio todo lo que había hecho Israel al
Emorita”
(Bamidvar 22:2). Comenta Rashi: “Se dijo Balak; esos dos reyes en los
que
confiábamos - Sijon rey de los Emoritas y Og rey del Bashan – no
pudieron
hacerles frente. Entonces nosotros, por supuesto que no!. Por ello
está escrito
a continuación: ‘Y se atemorizó Moav en gran manera a
causa del pueblo, porque
era numerosos, y Moav estaba perturbado con motivo de los Hijos de
Israel’
(Bamidvar 22:3)”. Ellos le temieron a Am Israel (el Pueblo de
Israel)
hasta tal punto que perdieron las ganas de vivir. Y por miedo a Israel
pactaron
la paz con los Midianitas – a pesar que siempre se odiaron.
La aplastante victoria de Israel frente a Sijon y Og atemorizó
mucho a los
Moavitas y a los Knaanitas, como escuchamos decir a Rajav a los
espías que
envió Ioshua: “Yo sé que el Eterno os ha dado esta
tierra, y que el terror a
vosotros ha caído sobre nosotros, y que han desmayado todos los
habitantes del
país a causa de vosotros, porque hemos oído decir
cómo el Eterno secó las aguas
del Iam Suf delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y
lo que
hicisteis a los dos reyes de los Emoritas que estaban de la otra orilla
del
Yardén, a Sijon y a Og, a quienes destruísteis. Y como lo
hubimos oído, se nos
derritió el corazón y no ha quedado ya aliento en hombre
alguno a causa de
vosotros” (Ioshua 2:9-11).
En la actualidad, de la misma forma que en el pasado
las
victorias de Israel derritieron el corazón de nuestros enemigos
- los Emoritas,
los Moavitas y los Knaanitas - y no se atrevieron a hacernos frente,
también en
nuestros días así debe ser. Sólo si venceremos a
nuestros enemigos una victoria
aplastante lograremos que los árabes reconozcan nuestro
legítimo derecho de
vivir en nuestro país tranquilamente y en paz, a lo largo y a lo
ancho de toda
nuestra tierra. Para vencer a los árabes – primero debemos
unirnos “como una
sola persona, en un sólo corazón”. En vísperas de
la Guerra de los Seis Días el
Primer Ministro Levi Eshkol inteligentemente agregó al gobierno
a Menajem
Beguin, formando un gobierno de unidad nacional – y gracias a esa
unión
contamos con la ayuda Divina, y vencimos a los enemigos que se
preparaban para
atacarnos. También en nuestros días, primeramente debemos
formar un gobierno de
unidad nacional. Y luego, podremos disuadir a nuestros enemigos y
contrarrestar
el peligro palpable que amenaza a nuestro país –
dentro de él y también por fuera, la amenaza de
Irán y los demás países árabes.
Y de esa forma contaremos también con la ayuda Divina, y se
cumplirán los
versículos: “He aquí que el pueblo como león se
levantará, y cual león se
alzará...” (Bamidvar 23:24), “se agacha, se acuesta como
león y cual leona, quién
osará levantarlo?” (Bamidvar 24:9).
anhelando la salvación plena
Dov
Bigún