El
manantial de Miriam
Rav
Iaacov Filver (Beahavá
Ubeemuná No571)
La familia judía es la que garantiza la supervivencia de Am
Israel a
lo largo de todos los acontecimientos de su historia. Por ello, cuando
llegaron
a Egipto recalca la Torá "cada uno con su familia"
(Shmot
1:1). Y cuando Paró (El Faraón) le pregunta a
Moshé "quién y quién
son los que han de ir?" (Shmot 10:8), le contesta "con nuestros
jóvenes y con nuestros ancianos iremos, con nuestros hijos y con
nuestras
hijas" (Ídem., 9). El individuo particular y la nación no
pueden ser
libres cuando el marco familiar se encuentra desarmado. Y por ello, no
fuimos
ordenados ofrendar un sacrificio particular o público en
recuerdo de la gueulá
(Redención) de Egipto, sino que "y tomarán cada uno
un cabrito por
familia, un cabrito por casa" (Shmot 12:3), recalcando el elemento
familiar en el milagro de Pesaj. También la mitzva
del encendido
de las velas de Januca fue definida como "una vela por cada
persona
y su casa" (Shabat 21B), por la misma razón (ver Ein Ayá,
allí).
La importancia de la integridad de la familia como uno de los factores
que
garantizan la gueulá, fue comprendida por Miriam desde
su niñez. Y desde
ese entonces, invirtió toda su actividad en la
preservación y el cuidado de la
integridad de la familia, y la correcta relación entre los
cónyuges.
Nos encontramos con Miriam cuatro veces en la Torá: La
primera, con
el nacimiento de Moshé. La segunda, luego de la partición
del Iam Suf.
La tercera, cuando habló en contra de Moshé. Y la cuarta,
en su muerte. Acaso
existe algún denominador común en esos cuatro episodios
en los que ella es
mencionada?. Cuando analizamos cada episodio, encontramos que el
denominador
común es la familia judía.
Respecto al primer episodio, está escrito: "Un hombre de la casa
de
Levi fue y tomó por esposa a una hija de Levi" (Shmot 2:1).
Dijeron al
respecto en el midrash: Ese hombre, es Amram, y esa mujer, es
Iojebed,
su esposa. Amram se había divorciado de ella, cuando Paró
dictaminó
matar a todo niño que nazca. Y ahora, volvió a casarse
con ella, siguiendo el
consejo de su hija Miriam que le dijo: Tu decreto es más severo
que el de Paró,
ya que él sólo decretó matar a los niños,
pero tú has decretado tampoco
concebir niñas (Shmot 2:1, Rashi). Tan importante le era a
Miriam la integridad
de la familia judía, que fue capaz incluso de reprender a su
padre, para que
devuelva a su esposa!.
Luego de la partición del Iam Suf, surge Miriam por
segunda vez:
"Y Miriam, la profetisa, hermana de Aharón, tomó un
pandero en su mano, y
salieron todas las mujeres en pos de ella, con panderos y con danzas"
(Shmot 15:20). Si bien es cierto que no hay en este caso una
relación directa
con la familia, la partición de las aguas está
relacionada en cierta forma con
la edificación de la familia, como dijeron nuestros sabios: "Es
tan
dificultoso encontrar pareja, como partir el Iam Suf"
(Sanhedrin
22A). Y por ello, podemos entender por qué justamente Miriam
comenzó a danzar
cuando eso ocurrió.
En el tercer caso, cuando Miriam habló en contra de
Moshé, existe una
relación directa con su preocupación por la integridad de
la familia. El
versículo dice: "Y hablaron Miriam y Aharón contra
Moshé, con motivo de la
mujer kushita que él había tomado" (Bamidvar 12:1). Rashi
comenta (allí) que
ellos criticaron a Moshé por haberse apartado de su esposa. Y
cómo lo sabía
Miriam?. Porque ella se encontraba al lado de Tzipora (la esposa de
Moshé)
cuando le dijeron que "Eldad y Midad profetizan en el campamento"
(Bamidvar 11:27), y entonces la escuchó decir: Pobre de sus
esposas, si ellos
serán profetas entonces se apartarán de ellas, como hizo
mi esposo. Fue de esa
forma que Miriam supo ese detalle íntimo, y temió que el
pueblo imite a Moshé -
lo que desintegraría el marco familiar. Es así que ella
reprendió a su hermano,
por su preocupación por la integridad de la familia judía.
También el cuarto episodio, su muerte, está relacionado
en forma indirecta
con la edificación de la familia en Am Israel. Dice el midrash:
"Tres grandes y buenos protectores tuvo Am Israel;
Moshé, Aharón y
Miriam. Y por su mérito, fueron merecedores de tres obsequios:
El manantial, el
Man (alimento milagroso que comieron en el desierto), y las
Nubes de
Honor. El Man, por mérito de Moshé. El manantial,
por mérito de Miriam. Y
por mérito de Aharón, las Nubes de Honor (que los
acompañaban en el desierto).
De momento que falleció Miriam, cesó el manantial" (Shir
HaShirim Rabah,
Cáp. 4, comienza "Teomei Tzvia"). El manantial es el lugar donde
encontraron su pareja nuestros antepasados: Eliezer encontró a
Rivka para
Itzjak al lado del pozo, Iaacov encontró a Rajel al lado del
manantial, y
también Moshé encontró a la hija de Itro (Tzipora)
al lado del manantial en
Midian. Simboliza la edificación de la familia, y por
mérito de Miriam - que
toda su vida se ocupó del fortalecimiento de la célula
familiar - Am Israel
fue merecedor de un manantial milagroso, que los acompañó
en sus vagabundeos
por el desierto.
Pero debemos preguntar: Por qué fue castigada Miriam cuando
habló en contra
de Moshé, y no lo fue cuando reprendió a su padre?. A
primera vista, semejante
actitud de una hija para con su padre es mucho más severa que
para con un
hermano - más pequeño que ella?. La diferencia, fue la
forma y el estilo que
utilizó: Para con su padre habló en forma suave, y por
ello Rashi utilizó el
término "amráh" - que siempre denota suavidad.
Pero para con
Moshé, dice el versículo "vatedaber" - y el
término "dibur",
es siempre duro. Es más: A su padre Amram le habló en
privado, entre cuatro
ojos. Pero a Moshé lo reprendió en público, frente
a toda la congregación -
para que nadie siga su ejemplo. [En forma similar, Ieruvam fue
merecedor del
reinado porque reprendió a Shlomó, pero fue castigado por
haberlo hecho en
público (Sanhedrin 101B)].
Y podemos concluir de ello, para todas las generaciones, que
también cuando
se actúa para bien en algún asunto relacionado con Clal
Israel (la
totalidad genérica del Pueblo de Israel), el fin no justifica
los medios, y no
se debe lograr ese propósito ofendiendo al prójimo,
descalificándolo o
despreciándolo. Como hizo Tamar (Bereshit, Cáp. 38):
Cuando se disponían a
quemarla en la hoguera, llevaba en su vientre al Meshiaj
[Peretz, del
que saldrá el rey David. N. del T.]. Y a pesar de ello, se dijo
a sí misma:
"Será quemado el Meshiaj, y no avergonzaré a
Iehudá en
público!". Y también nosotros, en nuestra actividad para
apresurar las
pisadas del Meshiaj en nuestra generación, debemos
cuidarnos de no
utilizar medios deshonestos, incluso si pensamos que eso podrá
acelerar el
proceso. Debemos utilizar sólo medios moralmente correctos, como
dice el
versículo: "Tzion será rescatada con el juicio, y sus
habitantes con
justicia" (Ishaya 1:27).