"Rendid
culto a D's con temor"
Rav Azriel
Ariel (Beahavá Ubeemuná
No505)
No, no se trata de un error
de imprenta. Todos conocen y cantan el
versículo: "Rendid culto a D's con alegría, presentaos
frente a Él con canciones"
(Tehilim 100:2). Pero hay otro versículo que lo complementa:
"Rendid culto
a D's con temor, y alegraos con temblor" (Tehilim 2:11).
Parecería ser que la fiesta de Purim está
relacionada con el
versículo "rendid culto a D's con alegría". Pero la
alegría llega
justamente al final del relato de la Meguilá,
cuando leemos "para los judíos había luz
y regocijo y alegría y honra" (Ester 8:16), mientras que el
relato en sí -
con todos sus vuelcos - comprende mucho temor y gran estremecimiento. Y
debemos
admitir que el camino que nos hace llegar a "rendid culto a D's con
alegría", pasa justamente por "rendid culto a D's con temor".
Y ahora, en cuanto al relato de la Meguilá: Todos los
corazones están
colmados de temor. "Y en cada una de las provincias dondequiera que
llegaba la orden del rey y su decreto los judíos tenían
gran duelo, y ayuno, y
llanto y lamentación, y muchos se acostaban en saco y ceniza"
(Ester 4:3).
La desesperación se apodera de todos los corazones. Un poderoso
sentimiento de
impotencia: No hay lo qué hacer. El poderío
político de Haman - se encuentra en
su apogeo. Él cuenta con el apoyo incondicional del rey y todos
sus ministros y
súbditos: "Todos los siervos del rey que estaban en la puerta
del rey se
arrodillaban y postraban ante Haman, porque así había
ordenado el rey"
(Ester 3:2). Mordejai - que se rebela frente a Haman - no logra
ningún
provecho, y sólo alienta el odio ardiente. Por ello, los meses
que restan hasta
la ejecución del decreto no son aprovechados para escapar o
defenderse. Y
sabiendo todos que después de su ejecución no
quedará nadie en vida para dolerlos,
decidieron decir Kadish (oración por la persona que
falleció) por ellos
mismos - con un año de anticipación!.
Es Ester la que dirige la revolución. Ella comprende que cuando
ella se
dispone a hablar con Ajashverosh, es sólo la punta del iceberg
del proceso, que
principalmente ocurre en lo profundo de los corazones. "Ve,
reúne a todos
los judíos, cuantos se hallen en la capital Shushan, y ayunad
por mí, y no
comáis ni bebáis durante tres días" (Ester 4:16).
No se trata de otro
ayuno más, producto de la pérdida del apetito y haberse
desesperanzado de la
vida. Se trata de un ayuno de rezo: "Los ayunos y sus plegarias"
(Ester 9:31). Se presentan frente a D's decenas de miles de
judíos carentes de
fuerzas. Ellos saben que todo es obra de Él, y todo está
en sus manos.
Reconocen que no es por azar que esa desgracia recae sobre ellos, sino
que es
la mano de D's la que la dirige. Quizás parte de ellos
podrían haberse enojado
con Él. Pero admitiendo que D's es el que obra, les confiere -
en forma
paradoxal - cierta sensación de seguridad. Ese es su primer
encuentro con el temor
a D's. Todavía bajo una fuerte sensación de temor
al castigo, pero
su temor por
Haman se ha trocado en un temor por D's, y ese temor al castigo es el
principio
del vínculo.
El temor al castigo tiene cierto aspecto depresivo. El temor - infunde
una gran debilidad, pero en lo profundo es también una fuente de
fuerzas. Si
D's es tan poderoso y tan temible, entonces también es posible
valerse de Él y
rogar que nos salve. Él no solo nos impone su autoridad:
Él también se
encuentra a nuestro lado, y nosotros podemos confiar en Él.
"Cercano está el
Eterno a todos los que Le invocan, a los que Le invocan
auténticamente"
(Tehilim 145:18). Esa fue la gran potencia del decreto de Haman: "Fue
más efectiva
la concesión del anillo real [a Haman. N. del T.] que cuarenta y
ocho profetas
y ocho profetisas que hubo en Am Israel" (Meguilá 14A).
Sólo después de haber descendido hasta las profundidades
del abismo de
la desesperación, sólo después de haberse sentido
faltos de fuerza frente a D's
- llegó el momento de la salvación paulatina. Al
finalizar el tercer día de
ayuno, Haman monta a Mordejai sobre el caballo real, y en boca de
Mordejai
ponen nuestros sabios los versículos: "Te ensalzo, oh Eterno,
porque Tú me
has alzado... hiciste subir del sepulcro mi alma, dísteme vida
para que no
descienda a la sepultura... mas escondiste Tu rostro, y yo quedé
conturbado... Tu
has cambiado para mí mi lamento en regocijo, has desatado mi
cilicio, y me has
ceñido de alegría" (Tehilim 30:2-12). Un día
después fue colgado Haman del
árbol, y la situación comenzó paulatinamente a
invertirse.
El temor al castigo se transformó lentamente en temor a la Soberbia Divina.
El pueblo - que sintió la espada sobre su cuello, y vio con sus
ojos cómo se
aleja de sus cabezas - aprendió a admirar la potencia Divina, y
junto a ello -
el amor de D's por Su pueblo Israel. Ahora sintieron más y
más hasta qué punto
D's está cercanos a ellos, y no sólo los trata con
autoridad desde lo alto.
Pero eso no fue suficiente. La salvación, a fin de cuentas, no
llegó
directamente de la mano de D's: El camino fue indirecto. Los
judíos recibieron
permiso para reunirse y defenderse ellos mismos. Ahora, pueden sentir
que la
potencia Divina surca en sus venas, y todo lo que hagan - es gracias a
la
fuerza del D's de Israel. Podían sentir que D's confía en
ellos, y los autoriza
a luchar y defenderse con la fuerza que Él les
proporcionó. El temor del
pecado, que se transformó en temor a la Soberbia Divina,
llegó el
momento que se encuentre con el amor. Gracias a ese amor volvieron a
aceptar
nuevamente la Torá,
la Torá
que aceptaron en el pasado en el Monte de Sinai por coerción
autoritaria,
cuando el monte se encontraba sobre sus cabezas.
Acaso seremos merecedores que ese proceso - como les hizo D's a
nuestros
antepasados en aquel entonces - vuelva a ocurrirnos en nuestros
días?. Acaso
también nosotros seremos merecedores que a través de
"rendid culto a D's
con temor" lleguemos a "rendid culto a D's con alegría" y con
amor?.