"Permaneced
firmes, y veréis la
salvación que D's obrará"
Rav Azriel
Ariel (Beahavá Ubeemuná
No510)
Un pueblo de esclavos
liberados sale de Egipto, han pasado 400 años de galut
(exilio) y han finalizado 210 años de una esclavitud
insoportable. Am
Israel marcha seis días en el desierto, victorioso:
"Llevando las
alabanzas de D's en su boca, y espada de dos filos en su mano" (Tehilim 149:6). La nube Divina marcha frente
al campamento por el día, y la columna de fuego los alumbra por
las noches. Y
en el lejano horizonte - en dirección del oriente - se encuentra
la tierra
prometida, Eretz Israel. Si bien el camino es largo,
parecería ser que
lo completarán con relativa facilidad: "Una voz clama en el
desierto;
despejad el camino del pueblo del Eterno... todo valle será
elevado, y todo
monte y cerro bajado, y lo torcido será enderezado, y lo
áspero allanado... y
se manifestará la
Gloria
del Eterno" (Ishaya 40:3-5).
Y de pronto - sus ojos se ven oscurecidos. Frente a ellos, aparece el
tempestuoso mar. Tras ellos - los egipcios, que los persiguen. Y a
ambos lados
- "el desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes y
escorpiones" (Dvarim 8:15). Un callejón sin salida. Una gran
confusión se
apodera de ellos. Dónde está D's y Moshé, su
profeta?!. Qué ha pasado con todas
las promesas en cuanto a una gueulá (Redención)
plena y una salvación
pronta?. Por qué nos dejamos tentar, abandonamos nuestras casas
y todo lo que
teníamos en Egipto, y salimos a un camino cuyo fin será
tan trágico?.
Y dentro del campamento, dentro del corazón - se escuchan cuatro
voces. De
entre los renglones de los versículos podemos dilucidarlas, como
nos describen nuestros
sabios en el midrash (Mejilta):
"Cuatro sectas se encontraban a la orilla del mar:
Los de la primera, decían que hay que tirarse al mar
[suicidándose, porque todo está perdido]. Respecto a
ellos dice el versículo 'se
rebelaron junto al mar' (Tehilim 106:7) [y son ellos los que dijeron:
'Acaso a
falta de sepulturas en Egipto nos has traído para morir en el
desierto?!'(Shmot
14:11)]...
Los de la segunda, decían que se debe volver a Egipto
[todo el
proceso de gueulá fue un error. Lo principal, debe ser
cuidar los logros
obtenidos hasta ahora. Y son ellos los que dijeron 'mejor nos fuera
servir a
los egipcios que morir en el desierto' (Shmot 14:12)]...
Los de la tercera, decían que se debe luchar contra los
egipcios
[algo así como la lucha en Metzada o la rebelión del
Ghetto Varsha; morir
gloriosamente como valientes, para que así sea escrito en la
historia].
Los de la cuarta, le rezaban a D's [organizaban grandes rezos
colectivos, quizás también grandes manifestaciones], como
dice el versículo: 'Y
clamaron los hijos de Israel al Eterno' (Shmot 14:10)".
A cada una de esas cuatro posiciones le contesta D's una respuesta
específica: "Entonces dijo Moshé al pueblo; no
temáis" (Shmot 14:13).
Por qué no?. "Permaneced firmes y veréis la
salvación que D's obrará para
vosotros hoy" (Ídem.). No hay ninguna razón para
desesperar, y no tiene
sentido suicidarse. "Porque en cuanto a los egipcios que hoy
habéis visto,
nunca más los volveréis a ver" - no hay ningún
motivo por el cual regresar
a Egipto. "El Eterno luchará por vosotros" (Shmot 14:14) - no es
necesario que ustedes luchen una batalla heroica, sólo para
argumentar que por
lo menos hicieron un intento. "Y vosotros guardaréis silencio"
(Ídem.):
No es hora de rezar, sino que de hacer - acciones constructivas y
positivas.
Am Israel escucha, y se sorprende.
Qué es lo que deben
hacer en un momento tan difícil, que no es suicidarse, ni
rendirse, ni luchar
ni siquiera rezar e implorar?. Sencillamente, continuar!. Adelante!. Y
así le
dice D's a su siervo Moshé: "Manda a los hijos de Israel que marchen!"
(Shmot 14:15).
Am Israel comienza a andar, pero no
comprende. El terror
los paraliza. Los egipcios se aproximan. El desierto los encierra. Y el
mar
delante de ellos. Llegan hasta la orilla del mar, las olas lamen sus
pies, la
sal arde en sus rostros; el tempestuoso mar continúa sin cambio,
y la confusión
vuelve a apoderarse de ellos. Qué deben hacer ahora, al borde
del precipicio?.
También al respecto nos cuentan nuestros sabios en el midrash
(Mejilta):
"Cuando Am Israel se encontraba a la orilla del mar, las
tribus discutían entre ellas... una decía: Yo no
descenderé primera al mar, y
otra decía: Yo tampoco descenderé al mar primera.
Mientras discutían y se
aconsejaban, Najshón Ben Aminadav saltó al mar, y tras
él toda su tribu".
Frente a semejante manifestación de capacidad de sacrificio, esa
gran
fe, todos quedan expectantes. Qué sucederá ahora?. Pero
nada ocurre, y las
cuatro voces vuelven a escucharse en el corazón de cada uno. Y
entonces - dicen
nuestros sabios en el midrash:
"El mar no se abrió, hasta que entraron en él y se
sumergieron
hasta su nariz, y sólo entonces se rasgaron las aguas y se
encontraron sobre la
tierra".
Sólo en ese momento las aguas se abrieron: Pasaron sobre tierra
firme y
cantaron alabanzas a D's.
Y nosotros - que no tenemos un profeta que nos dirija - nos encontramos
frente a las cinco voces que reverberan a la orilla del mar, y nuestras
tribulaciones se expresan a través de ellas. Acaso haremos como
esta secta, o
esa otra?. Acaso buscaremos una nueva posición, que no
existía en aquel
entonces?. Y por encima de todas esas voces, volvemos a escuchar a D's
que le
dice a Moshé: "No temáis, permaneced firmes y
veréis la salvación que D's
obrará para vosotros... manda a los hijos de Israel que
marchen", a pesar
de todo. Y entonces nos preguntamos: Acaso nosotros seremos merecedores
también
en nuestros días como nuestros antepasados en aquel entonces?.
Acaso también
frente nuestro se abrirá el mar?. O quizás D's
elegirá redimir Su pueblo de
otra forma, por otro camino, largo o corto, difícil o
fácil, recto o
serpenteante?.