"Que
nuestros ojos
contemplen Tu misericordioso retorno a Tzion"
En la
actualidad
En el año 5717 - hace cincuenta
años - dijo el Rav Tzvi Iehudá Kuk
zt"l: "Debemos añadir alegría en la Fiesta de la
Independencia,
alegría por la revelación de la Shjina (manifestación
de la presencia
Divina) y el regreso a Tzion, y alegría porque Israel es
edificado nuevamente.
Toda la construcción, renacimiento y existencia del Estado de
Israel está entretejido
con milagros que D's nos revela… Acaso se podía predecir hace
cincuenta años
que los turcos que gobernaban en nuestra tierra reciamente
serían expulsados de
ella totalmente?. Y acaso alguien se podía imaginar hace diez
años que la gran
Inglaterra será obligada a abandonar su dominio de la tierra?...
Cada tractor,
cada tanque y cada avión que fortalece al país tiene kdushá
(santidad)
Divina. Y cada trozo y cada detalle es una manifestación del
contenido nacional
Divino de la kdushá de Am Israel, incluso si
muchos no reconocen
que es la Providencia la que orienta y dirige los acontecimientos. Esa
es la
realidad, es un echo inamovible, ya sea que lo reconozcan o no…
Todavía no fue
conquistada toda la tierra, tampoco Ierushalaim, el Mikdash de
nuestro
reinado, aún no se encuentra en nuestro poder [el discurso fue
dicho antes de la
Guerra de los Seis Días], la cantidad y calidad de nuestra
soberanía sobre
nuestra tierra aún requiere ser completada y desarrollada. Pero
la fundación
del Estado de Israel ya es la plasmación del Reinado Celestial,
y debemos
añadir alegría en nuestro Día de la Independencia,
alegrarnos porque fuimos
merecedores de estar en nuestra tierra independiente…" (Sijot HaRav
Tzvi
Iehudá, Iom HaAtzmaut 5).
En la actualidad, si hace cincuenta años -
cuando el Estado
de Israel se encontraba al principio de su camino - teníamos que
alegrarnos por
la bondad que D's le hizo a Su pueblo con su fundación, cuanto
más después de
58 años, cuando más de 5 millones de judíos viven
en nuestro país, que se
desarrolla a pasos agigantados, y ya hoy en día es una de las
potencias
mundiales, desde el punto de vista económico y militar. Vemos en
forma palpable
cómo "nuestros ojos vean Tu reinado", un reinado nacional
material, y
no se encuentra lejano el día en el que todos seremos meritorios
de la
plasmación de nuestro ruego "que nuestros ojos contemplen Tu
misericordioso
retorno a Tzion": No sólo el regreso del reinado, sino que
también el
retorno del alma, del kodesh y del Beit HaMikdash (El
Templo).
Fuimos merecedores de "nuestros ojos vean" - una mirada material- y
ahora anhelamos que también "contemplen" - una mirada profunda,
interna (ver allí).