Una
persona inhumana
Rav
Shlomó Aviner (Beahavá Ubeemuná
No520)
Yo acuso a nuestro Primer Ministro de no ser
humano.
No lo acuso por el hecho que no es dati (religioso), porque no
tiene fe, o porque no es tzioni (sionista), o porque no es leumi
(nacionalista);
simplemente por ser inhumano.
Yo también acuso al gobierno y al Kneset (parlamento)
que se
dejan llevar por él, como si no tuviesen parte de la
responsabilidad. Pero en
primer lugar lo acuso a él, porque si abandonase todo ese asunto
es evidente que
el gobierno y el Kneset inmediatamente harían un
plebiscito - y todos
saben cuál sería la resolución del pueblo.
Yo lo acuso de ser inhumano: Si para trasladar el parque
zoológico de
Ramat-Gan se necesitan cinco años - para plantar árboles
y esperar que crezcan,
preparar fuentes de agua y madrigueras, para que los canguros puedan
vivir en
su hábitat natural - entonces, el que tira personas a la calle
sin prepararles
un alojamiento alternativo, el que así se comporta, no es humano.
Si para trasladar criaderos de pescados del Golfo de Eilat - por
cuestiones ecológicas - se prepara una solución
alternativa durante dos años,
pero en este caso se tira afuera familias enteras - hombres, mujeres y
niños - a
carrones en Nitzanit o se les entrega una suma mínima con la que
no se puede
alquilar ni una casa en Ashkelón. El que hace algo así,
no es humano.
Porque el que desvalija a plena luz del día una industria
repleta de
computadoras que son estimadas en millones, sin pagar ninguna
indemnización,
sin tasación ni liquidación alguna - no es humano. Porque
el que tira niños y
niñas de sus escuelas, sin procurarles ningún marco
alternativo - no es humano.
También el que olvida que después de la
destrucción de Iamit hubo
familias que se deshicieron y personas que se suicidaron, y ahora
separa
familias amargadas de las comunidades que las refuerzan, evitando que
se
divorcien y sus niños caigan en el crimen - yo pregunto; hacer
algo así es
humano?!.
Y yo los advierto de antemano: Nuestro Primer Ministro - y junto con
él
los directores del Programa de Desconexión - les contestaran que
todo ya está
preparado maravillosamente, y la razón por la que se demora, es
por la terrible
obstinación criminal de los habitantes del lugar - que por
alguna razón que no
está clara quieren permanecer en sus casas. Pero sepan que las
pocas familias
que se allegaron a los organismos estatales y pidieron alguna
alternativa, cambiaron
de parecer cuando vieron que todo es mentira. Entonces, díganme
ustedes: Acaso
él es humano?!. Y no es mi intención hablar en este
momento de los
asentamientos del Neguev contiguos a Aza, que no sólo se
encontrarán en peligro
de ser bombardeados sino que también estarán expuestos a
las incursiones de los
terroristas - por tierra o por túneles debajo de la tierra - y
ningún sistema
defensivo fue preparado para ellos - y también al respecto cabe
preguntar si
nuestro dirigente es humano. Pobre del pueblo que quien lo dirige no es
humano!.
Hay!, cuanto tiempo tendrá que transcurrir hasta que una persona
se comporte
como tal.
Por ello, yo acuso a nuestro Primer Ministro de ser inhumano. Y no lo
hago en mi nombre particular, ya que los que se oponen a la criminal
evacuación
son más de la mitad de la nación, y todos ellos gritan a
través de mi garganta:
Tú no eres humano!.
Esa es la regla, no se abandona - a ningún judío de Am
Israel, ni
a ninguna zona de Eretz Israel!.
Hubo una vez un experimentado médico cirujano en Ierushalaim,
que se
llamaba Dr. Najum Kuk, que durante toda la Guerra de los Seis
Días continuó casi sin
descanso, día y noche, con su labor en la sala de operaciones
del hospital
"Bikur Jolim" en Ierushalaim, esforzándose por salvar los
heridos de
las batallas. Durante todos esos días, les explicaba a sus
ayudantes una y otra
vez: "Está prohibido amputar miembros!. Debemos hacer todo lo
posible por
salvar al enfermo sin amputarle una mano o un pie". A veces la
situación
era muy grave, y el enfermo estaba casi desahuciado. Pero Dr. Najum Kuk
no
renunciaba. Puso a prueba toda su rica experiencia médica,
luchó para salvar
los miembros del herido, y fue merecedor de una gran ayuda de D's: En
la
mayoría de los casos, logró salvar los miembros de los
heridos y de esa forma
no los convirtió en defectuosos para el resto de sus vidas.
Cuando se calmó del gran esfuerzo físico y
anímico, explicó cómo se le
ocurrió semejante idea - fue gracias a su tío, el hermano
de su padre: El Rav
Kuk. Lo escuchó más de una vez decir: "No debemos perder
la esperanza
incluso de miembros decadentes del cuerpo, y hay que hacer todo lo
posible para
volverlos a unir al cuerpo, y devolverles la vida. Mientras no se ha
perdido el
bien genérico, no debemos perder la esperanza de ellos". El Rav
Kuk habló
de otro tipo de miembros - miembros de Am Israel, cuando se
refería a
quienes se encuentran alejados de la Torá.
Pero la regla que formuló es cierta
también respecto a
miembros físicos, en forma textual. Por ello, él se
esforzó para salvar los
miembros de los soldados que liberaron la Ciudad Vieja
de Ierushalaim,
cuando su lema era: En contra de amputación de miembros (Rav
Pinjas Miler,
Maase She Ayá, Midot VeHalijot Gdolei Israel 112-113).
También nosotros nos oponemos a la amputación de trozos
de nuestra
tierra, de nuestra Torá, de nuestro pueblo, de nuestro
ejército. "Y
quién como Tu pueblo Israel, un pueblo en la tierra".