Bendito sea que me hizo
mujer
Rav
Shlomó Aviner (Beahavá
Ubeemuná No557)
No.
Yo no pretendo rebelarme
frente a la formulación del Sidur (libro
de rezos) y cambiarla. Yo rezo como se acostumbra, diciendo "bendito
eres…
que me has hecho de acuerdo con Tu voluntad", y me siento muy bien con
ello - rezando de la misma forma que lo hacía mi culta abuela.
Yo sólo pretendo
expresar lo que siento: Estoy contenta de ser mujer!. Muy contenta!. No
me
falta nada siendo mujer. A mi abuela tampoco le faltaba, ni tampoco a
mí.
Hay algo que está muy
claro: No envidio a los hombres ni los
imito, no
intento asemejarme a ellos - y convertirme en un "hombre"
desperdiciado, en vez de una mujer plena consigo misma, y la criatura
más feliz
sobre la tierra. No me siento menos importante frente a los hombres. Yo
se
perfectamente que muchos hombres se sienten más importantes que
yo: No me
importa. Si así quieren - que así sea: Yo no
competiré con ellos. Si ellos
necesitan sentirse superiores, que les plazca. Yo no necesito sentirme
superior, yo siento que yo soy yo, y me es bueno con lo que soy.
Por ello, no comprendo todo tipo
de esfuerzos de organizaciones
feministas
que intentan proporcionarnos cargos masculinos: No necesito prendas de
vestir
ni profesión masculina - para rivalizar en la sociedad
competitiva y carrerista
masculina. No necesito un peinado masculino, ni un maquillaje masculino.
No comprendo la pugna de las
inglesas, con sus amplios sombreros y sus
largos vestidos - para qué necesito toda esa loca vida
política?.
Yo influyo de otra forma, de una
forma más respetable. Mi lema
es: "Gloriosamente
ataviada la hija del rey en el interior" (Tehilim 45:14). Mi fuerza se
encuentra dentro de mí en mi interior. Es una fuerza femenina.
Yo siento que la
Shjina (manifestación de la Presencia Divina) se
encuentra dentro de mí.
También la palabra Shjina es femenina, no es cierto?!.
Yo me dedico a edificar un hogar,
a formar una relación de
pareja, a
educar, a entregarme a mis hijos. Yo construyo algo agradable y
comprometedor
al mismo tiempo. Mi esposo se enreda y se complica un poco en ese
aspecto, con
definiciones de todo tipo - pero en mí caso, todo eso surge en
forma natural.
Soy capaz de sonreír, de compartir, hacer partícipe,
amar. Mi fuerza es
interna, oculta. Yo no soy extrovertida, no hago aspavientos - todo se
encuentra dentro de mí.
No digo que siempre me es
fácil con mi esposo. Él no
comprende todo lo que
le digo, me ofende y yo lloro… No, no soy susceptible. Cuando otra
persona me
ofende, no lloro - lloro sólo cuando él me ofende, porque
dependo de él. Se lo
expliqué varias veces, y él lo comprendió, pero
más tarde volvió a comportarse
de esa manera. Por lo visto, es más difícil cambiar que
comprender. Pero mi
forma de lucha no es como la suya. Él me habla con un estilo tan
masculino, tan
duro. A veces incluso insulta - y se piensa que eso lo hace más
hombre. Yo no
utilizo armas masculinas, sólo femeninas: Dulzura - con
él y con los niños.
Si, soy un poco sicóloga,
y también un poco trabajadora
social. Qué gran
papel tengo!. Cuido de mi pareja y de la educación de los
niños, en jornadas de
tres turnos diarios, incluyendo shabat y días de
enfermedad!.
A veces se me terminan las
baterías. Entonces, las vuelvo a
cargar. A
veces, por mérito de Sara, Rivka, Rajel y Lea, nuestras
matriarcas que tanto
leí acerca de ellas. A veces, es mi esposo el que carga mis
baterías, a veces
mis amigas. A veces yo misma. Si, me gusta mirarme en el espejo y
sonreírme. Al
principio me maquillaba, pero finalmente llegué a la
conclusión que no tengo lo
que esconder, y no tengo lo qué recalcar. No tengo nada en
contra del
maquillaje - ni tampoco a favor de él. También sin
maquillaje soy hermosa y
especial a mis ojos - y no para caer en gracia a los ojos de otros
hombres.
Ellos no me interesan. Es para sentirme bien: Ropas lindas, velos
hermosos…
Cuando me resulta difícil
hablar con mi esposo, yo hablo conmigo
misma
dentro de mí, o a veces con mis amigas, cara a cara o por
teléfono. Tengo
varias "amigas por teléfono". Con las amigas siempre puedo
abrirme,
puedo sentirme mujer. No!. No sustituyen a mi esposo!. Es algo
adicional. Lo
principal para mí - es el hogar. Quiero ser amada y amar. Quiero
estar
enamorada, y que me amen. Quiero ser una madre buena y comprensiva. No
aprendí
nada de eso en ningún lugar, quizás poseo lo que se apoda
"inteligencia
emocional". Yo siento capacidad creativa natural en la casa.
Pero me es muy agradable con mis
amigas. El mundo cultural está
pensado
para los hombres: Allí hay todo tipo de elementos que me son
ajenos. No es para
mí. Organizamos a veces un encuentro para cantar con las amigas:
Yo necesito
cantar!. Así expreso mi alma. Hay también quienes tocan
algún instrumento
musical. Yo sólo se tocar la flauta. En esas noches, me siento
natural.
También participo de
talleres. Charlamos de todo lo que llevamos
dentro de
nosotras. D's no lo permita! - no hablamos Lashón
HaRrá (calumnias) de
mi esposo o mis hijos - sólo hablo de mí misma.
Realmente, me es muy placentero
estar acompañada de mujeres. Por supuesto, pertenezco a mi
esposo y a mis hijos
- pero también pertenezco a la "tribu" de las mujeres. Todas
nosotras
pertenecemos a esa tribu, sin importar la edad, situación
familiar o profesión.
Nos sentimos contentas juntas, nos reímos juntas sin
límites, una risa pura,
una risa continua, como una campanilla.
Este es mi secreto: Tengo una
matriz, en la que envolví a
mí bebe. También
después que nació, yo continúo
envolviéndolo. Yo amo, amo - y deseo que me
amen.
Me amo a mí misma. Siento
que poseo una intuición sana
que me alumbra, que
dentro de mí hay sabiduría, que nazco nuevamente todo el
tiempo. Tengo fe en mí
misma, en la gran sabiduría dentro de mí. Por ello, yo
digo con gran alegría:
"Bendito sea que me hizo mujer"!.